Una de estas tardes de verano, me encontraba en uno de estos chiringuitos que se encuentran en plena playa tomando café con un amigo al que hacía tiempo que no veía, cuando llegó la hora de pagar, mientras pedimos la cuenta entablamos conversación con la camarera que nos había atendido, comentándonos que con el ritmo de trabajo tan acelerado no tenía tiempo ni de ir al baño. Mi amigo, que si de algo va sobrado es de guasa, le contestó que bueno, que el sacrificio merecía el sueldo de mil y pico euros que iba a ganar ese mes, contestando la camarera que ¡ojalá!, que tenía un horario de dos de la tarde a doce de la noche y que no llegaba ni a novecientos euros.
Mi amigo, al ver los derroteros que tomaba la conversación le contestó “Bueno, ya sabías lo que había cuando firmaste el contrato”, la respuesta de la camarera fue inmediata “¡¿qué contrato?!” Para terminar diciendo; “Después dicen que los jóvenes se van fuera de España ¿pues no nos vamos a ir?”
Esta conversación me lleva a una
serie de reflexiones:
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No
hay falta de camareros, como se ha difundido desde diferentes sectores de la
hostelería, hay falta de vergüenza. La queja de una parte del sector de la
hostelería se centraba de que era difícil encontrar camareros debido a la
subida del SMI, que esta subida de salarios hacía insostenible el mantenimiento y la creación de nuevos
puestos de trabajo para el verano, aun así vemos como hay quien sigue
utilizando las necesidades ajenas para enriquecerse saltándose la ley.
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El
término “robar” tiene acepciones que no están regidas por la RAE, porque cuando
un empresario no paga lo que debe y se apropia de parte del sueldo del
trabajador, le está robando parte del sueldo, cuando no tributa a la Seguridad
Social por las horas que está trabajando, está robándonos a todos y así es como
muchos hacen fortuna.
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La
profesionalidad hay que pagarla en cualquier empleo. Toque aquel que tenga la
oportunidad de evitar los excesos que se producen en la hostelería lo hará,
haciendo cada vez más difícil generar profesionales en el sector.
- Esta situación se solucionaría multiplicando las inspecciones de trabajo, sobre todo en establecimientos susceptibles de estas prácticas, la pregunta que deberíamos hacernos es ¿se quiere encontrar una solución a esta situación?
Puedo asegurar que el chiringuito
donde se desarrolla la conversación ha estado todo el verano a tope, con
precios nada asequibles.
Si te has sentido ofendido leyendo
estas letras, entonces eres parte del problema y siempre me tendrás enfrente.
“La producción
capitalista no es simplemente la producción de mercancías, es esencialmente la
producción de plusvalías” Karl Marx.