Mucho se ha hablado, comentado y escrito sobre el beso que el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, le plantó en la boca a la jugadora de la selección española de fútbol, Jenni Hermoso, tras ganar la Copa del Mundo de Naciones, el domingo 20 de agosto de 2023.
Me resistía a escribir sobre este
tema, por evadir los temas de moda, que duran lo que duran y tienen la
profundidad que tienen, pero un comentario visto en Facebook me ha hecho
reflexionar sobre este asunto, y aunque me apena que una victoria histórica de
la Selección Española se haya visto empañada por este hecho, creo que es
importante profundizar en ello.
El comentario, del que eludiré su autoría, decía así “Se habla más de un beso que del futuro de un país. Así nos va.”
Y es que hablar de “un beso” es hablar del futuro de un país, incluso de su presente. Porque éste no fue solo “un beso”, sino que ese acto representa de manera física cuestiones que nos definen como sociedad, ese “beso” representa las relaciones de poder que se establecen entre “jefes” y “empleados”, no es un “beso” entre dos amigos, sino que es una “agresión” (así lo tipifica la legislación”) sobre una mujer, el beso representa la posición de superioridad que ejerce entre un superior y un subalterno, sin consentimiento, la propia protagonista involuntaria de esta situación expresaba en un vídeo dentro del vestuario “No me ha gustado, pero, ¿Qué hago yo?”, esas palabras ejemplifican una posición vulnerabilidad ante un hecho, no consentido y ante la que se ha visto forzada (destacar que Rubiales le sujeta la cabeza antes de besarla para evitar que gire la cara). También representa las relaciones que se establecen entre hombres y mujeres, donde el hombre se cree con autoridad para actuar sobre el cuerpo de una mujer de la manera que le plazca. Por lo tanto, si hablamos “de un beso” (de este beso en concreto) estamos hablando del futuro “de un país” (de nuestro país), hablamos de qué tipo de relaciones queremos que se establezcan entre hombres y mujeres y jefes y empelados.
Cuál sería la reacción, si las circunstancias que generan “ese beso” se dieran en otros contextos, si un jefe (anónimo) besara, sin consentimiento, en la boca a una empleada (anónima) al realizar una buena venta, si un hombre besara, sin consentimiento, en la boca a una mujer porque se encuentra desbordante de alegría. Quiero pensar que estos hechos recibirían el rechazo de la mayoría de la sociedad.
Un cargo público, como es el de
Presidente de la Federación Española de Fútbol, debe se ejemplar en su
comportamiento, ya que nos representa en sus actos públicos a todos los
españoles, y en el caso de Luis Rubiales, la ejemplaridad ha brillado por su
ausencia.
A pesar de todo, Rubiales no debe
dimitir, sino que debe ser despedido, dimitir le permitiría salir de este
asunto por la puerta de atrás para ser olvidado en poco tiempo, sin embargo su
despido mostraría que nuestra sociedad no está dispuesta a permitir abusos de
autoridad de ningún tipo. Hablar de este tema es hablar del presente de nuestro
país y del futuro que queremos.
“No estoy aceptando las cosas que no
puedo cambiar, estoy cambiando las cosas que no puedo aceptar” Angela Davis