La inestabilidad global hace incompleto el análisis de una cuestión concreta
El mundo se ha convertido en un lugar inestable donde es difícil poner el foco en un único asunto para hacer un análisis. En un mundo global, donde la decisión de un país, una empresa, una persona determinada… tiene consecuencias en diferentes partes del mundo y de diferentes formas, centrar la atención en una de las cuestiones de actualidad deja flecos sin atar en otras muchas cuestiones.
Si centramos la atención en uno de los aspectos de la actualidad nacional, es difícil decidirse por qué tema tratar: la situación política provocada por la Dana en Valencia, ha provocado un maremoto político, donde las cuentas públicas han sido puestas en manos de la extrema derecha, lo mismo que ha pasado en Murcia. El gobierno sigue sin presentar Presupuestos Generales del Estado, mientras avanza en aumentar el gasto en defensa, sin especificar de dónde sacará el dinero sin tocar otras partidas económicas. La Federación Española de Fútbol, deja fuera como sede del Mundial 2030 al estadio de Balaidos (Vigo) para meter a Anoeta (San Sebastián) dejando un pufo a corrupción sin dar explicaciones por ello, se sigue desmontando la Sanidad Pública y cada vez es más difícil que te den una cita médica en un tiempo razonable. Otro año más se cierran plazas en la Educación Pública mientras se mantienen los conciertos con la Educación Privada. La crisis de los migrantes en Canarias a la que ninguna institución parece importarle, etc.
Si, por el contrario, prestamos nuestra atención al panorama internacional la situación no es más alentadora: a las dos guerras a las que se está poniendo el foco de atención mediático, Ucrania y Gaza, han generado una disensión entre los socios históricos como EEUU y Unión Europea. EEUU y Rusia, se reparten Ucrania mientras Europa intenta entrar a formar parte del juego, siendo ignorada por las potencias principales, mientras que en todas estas negociaciones Ucrania no le dan el papel de “actor principal”. En Gaza, Israel sigue perpetrando un Genocidio, con el visto bueno de la “Comunidad Internacional” buscando apoderarse de todo el territorio palestino para que las constructoras del presidente norteamericano monten allí un resort de lujo para ricos. Europa prepara a sus ciudadanos para un posible conflicto y recomienda tener preparada una mochila para sobrevivir durante 72 horas en caso de conflicto bélico o desastre natural, mientras exige a sus Estados miembros que aumenten el gasto en defensa, para dejar de depender de la OTAN y EEUU militarmente. Donald Trump habla sin ningún tapujo de anexionarse Canadá y Groenlandia y envía a la mujer del vicepresidente de gira por Groenlandia en un acto de provocación. EEUU deporta a cárceles sin juicio previo a miles de inmigrantes, a los que después se les pierde la pista, sin que nadie pregunte por su salud. Las bolsas fluctúan generando una enorme inestabilidad financiera. Donald Trump firma con su rotulador aranceles a los productos de todo el mundo generando una guerra comercial…
Y mientras todas estas situaciones son provocadas por las decisiones de
unos pocos, ¿qué hace la población? ¿por qué no se
manifiesta para que se tenga en cuenta sus necesidades? La población, abrumada,
sigue a lo suyo, esperando que todo lo que he comentado anteriormente le afecte
lo menos posible.
“La
gente reinterpreta las cosas para encajarlas en una estructura básica de
valores morales que, de hecho, todos compartimos” Noam Chomsky