Ya en 1948, G. Orwell, daba a
entender en su libro 1984, la importancia del control de las palabras para
poder ejercer el dominio de las clases oprimidas, de ahí la aparición de la neolengua.
El objetivo de esta Neolengua no
era otro que evitar que la población pueda pensar libremente, dando el
significado preciso a las palabras para que sus imágenes mentales puedan ser
controladas. Por ejemplo, si eliminamos el significado actual de democracia, y
lo sustituimos por otro más “conveniente”, será imposible que la imagen mental
que proyectemos sea la de un verdadero “Gobierno
del Pueblo” que es su significado original y etimológico.
Los políticos clásicos nos tienen
acostumbrados a utilizar este neolenguaje, para enmascarar lo que realmente
quieren decir, valgan estos ejemplos.
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Cambio de ponderación impositiva = subida del
IVA y otros impuestos – Dicho por Cristobal Montoro.
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Cese temporal de la convivencia = divorcio de la
Infanta Elena – Dicho por la Casa Real.
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Externalización de servicios = Privatización de
servicios públicos.
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Minijob = empleo precario.
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Moderación salarial = bajada de sueldos.
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Y un largo etc.
Con este uso del lenguaje
intentan disfrazar y maquillar la realidad para que la verdad no retumbe en los
oídos de los ciudadanos que estamos sufriendo la situación actual.
No es lo mismo decir que es
necesaria una “moderación salarial” que la imagen mental que genera es que hay
personas que cobran demasiado y que deben aportar solidariamente parte de su
sueldo para sustentar la economía nacional, a que digan vamos a bajaros el
sueldo.
Pero a todo este tipo de
ingeniería lingüística estábamos acostumbrados desde hace tiempo ya, lo que, al
menos a mí me ha sorprendido es la utilización de las mismas técnicas por parte
de partidos que dicen, venir a regenerar la
“democracia”, SÍ me refiero a PODEMOS. Pongo ejemplos para que se vea
más claro lo que quiero decir.
Términos como “casta”, “abajo” o “ciudadanía”
entre otros, carecen de significado analítico para poder ser utilizados
políticamente y lo que me sorprende es que sus creadores son científicos
sociales, lo que me da la certeza de que no es el azar o un uso casual lo que
les ha llevado a utilizarlos.
¿Qué es casta? ¿Quiénes son los
políticos de la casta? ¿Qué hay que hacer para convertirse en casta? ¿Qué hay
que hacer para salir de la casta? Si nos atenemos al significado “tradicional”
del término “casta” estas preguntas no tienen sentido. Entendiendo en el
contexto en el que se cita dicha palabra ¿no sería más útil utilizar el término
“oligarquía”?
Pero sigamos, ¿Qué es ser de
abajo? ¿Quién son los de abajo?¿existen políticas de abajo?¿negar la existencia
de izquierdas-derechas da por finalizada la lucha de clases como motor de la
historia? ¿No sería más útil utilizar los términos oprimidos, trabajadores?
¿Son igualmente de “abajo” los movimientos skinhead de los barrios obreros de
ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia?
Si aglutinamos en el término “abajo”
a todas las personas que están desposeídas de privilegios que poseen los
poderosos, podemos encontrar el siguiente problema, esas personas esperan que
la política les dé solución a sus problemas.
Si ponemos por ejemplo, que una
de las principales preocupaciones de la población es el desempleo, las
soluciones a este problema son distintas
en función del arco ideológico en que nos situemos (tradicionalmente derecha –
izquierda)
Una persona de “abajo” que
pertenezca a un movimiento Skinhead de extrema derecha verá con buenos ojos la
expulsión de los inmigrantes a los que culpa de su situación de desempleo. Sin
embargo una persona de “abajo” que pertenezca a movimientos asociacionistas de “izquierdas”
verá bien un reparto más equitativo del trabajo.
¿Qué políticas son verdaderamente
de “abajo”?
¿Por qué el uso de la palabra
ciudadanía? ¿Quién son los ciudadanos? ¿Es igual de “ciudadano” el Sr. Rato que
un trabajador por cuenta ajena o un autónomo? ¿Por qué no se utiliza la
división de la sociedad en términos de clase? ¿Porque ciudadano y no clase
trabajadora?
En mi opinión la indefinición de
todos estos términos no son otros que tratar incluir al mayor número de
personas posibles. Aglutinar el descontento en una única opción, pero más tarde
habrá que dar una respuesta política a todo ese cajón de sastre. No se puede
incluir sin dejar claro cuál va a ser tu línea política porque el resultado
puede ser desastroso y la frustración generada aún mayor que la inicial.
No se puede pedir la confianza de
la mayoría sin explicar cuál va a ser las líneas maestras que van a seguir las
políticas una vez alcanzado el poder.
Yo me sigo considerando de
izquierdas, y perteneciente a la clase trabajadora, creo que es más concreto
que decir que soy de abajo y ciudadano. En fín allá cada cual.
Salud.