El siguiente
texto es una reflexión extraída de la lectura del artículo de Víctor Bretón Solo de Zaldivar: LAS
ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES Y LA PRIVATIZACIÓN RURAL EN AMÉRICA LATINA.
Que podeis leer íntegramente siguiendo el siguiente enlace: https://mcarmonacurtido.blogspot.com.es/2018/02/las-organizaciones-no-gubernamentales-y.html
Es común oír
hablar a los responsables de las ONGs y Asociaciones de distinta índole (entendiendo
por Asociación, aquellas que por volumen de socios y de ámbito trabajan a menor
escala que una ONG, y por eso para el desarrollo de este artículo englobaremos
a ambas dentro del término ONG), de ser “apolíticas”, ya que su situación les
obliga a tratar, negociar y entenderse con políticos de distintos partidos, de
todo el arco ideológico. Por lo que se podría entender que estas Asociaciones
son “apolíticas” y se centran únicamente en su frente de actuación.
Pero
¿Qué es una ONG? “Es una entidad compuesta por un conjunto de individuos que
voluntariamente y sin ánimo de lucro dirigen sus actividades hacia la
prestación de diferentes servicios a los sectores sociales más desfavorecidos”.
En
principio, una ONG, aparece para dar cobertura a un sector, que debería estar
cubierto por el Estado, y que las políticas económicas de este Estado no cubren
y por lo tanto es la sociedad civil, la que se encarga de cubrir esta
necesidad, lo que no tiene lógica es que uno de los frentes de batalla de esta
ONG no sea el cambiar estas políticas económicas, ni que realicen
reivindicaciones en contra de los gobiernos de turno, que deciden no priorizar
políticas a favor de ciertos sectores, y que por justicia tendrían que realizar la función que
hace esta ONG.
Como
resultado tenemos un tejido asociativo subsidiado por el Estado, cubriendo unas
necesidades que deberían estar cubiertas por este Estado, al que en sus
reivindicaciones no se encuentra el forzar al Estado a cambiar la política
económica para que la labor que hace la ONG sea realizada por el propio Estado,
sino ser financiadas por este mismo Estado, que en realidad ha privatizado ese
servicio a manos de estas organizaciones.
Las
ONG evitan ser relacionadas con ningún partido político, con el objetivo de
entablar buenas relaciones con aquel que esté en el poder, por lo que evitan el
enfrentamiento no realizando reivindicaciones políticas que ayuden al sector al
que se dedican.
Igualmente,
las administraciones, conocedoras de la influencia del tejido asociativo,
aumentan el presupuesto en estas partidas. “Privatizando” unos servicios que
deberían estar cubiertos desde lo público.
Esta
situación no es casual, en 1982 el Banco Mundial convocó a las ONGs para
estudiar el papel que deberían desempeñar estas organizaciones en el contexto
de la política neoliberal que se iba a aplicar a escala global, en los años
siguientes y que afectaría a la mayor parte de los países.
De
este modo los Estados se desentienden de unos servicios, a priori deficitarios,
pero vitales para la población, al menos para una parte, y crea unos grupos de
influencia que, a bajo coste, frenan el posible descontento por los recortes en
ciertas partidas.
A
mi modo de entender, las ONGs, deberían ser apartidistas, pero nunca
apolíticas, ya que su creación y su mantenimiento dependen directamente de
decisiones políticas, sus principales reivindicaciones deberían estar centradas
en cambios políticos que obliguen al Estado a dar los servicios que estas ONGs
realizan. El objetivo último de una ONG, debería ser desaparecer, por haber
conseguido que su función se realice desde las Administraciones públicas, de no
ser así lo que se hace es perpetuar y legitimar unas políticas que dejan en
manos del tejido asociativo acciones que deberían de llevarse a cabo desde lo
público, en perjuicio de la mayoría de la población.
Salud.
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