El pasado día
26 de noviembre el Diario de Cádiz, publicaba un artículo denominado “Una zurda
de oro en una patera”. Donde cuenta la historia del joven guineano Buba Barry,
a punto de fichar por los juveniles del Cádiz C.F.
El joven Buba,
con 17 años recién cumplidos ha realizado un viaje de 4.383 km entre Bamako,
capital de Mali y Nador, en Marruecos, donde se trasladó en patera hasta las
costas de Almería.
A pesar de que
esta historia termina con un sueño cumplido, el daño que puede hacer a miles de
jóvenes africanos, cuyos sueños no son compatibles con sus habilidades
futbolísticas, y aun siendo compatibles, puedan perder la vida en el desierto
del Sáhara o el Mediterráneo.
La pobreza
extrema con las que estos jóvenes viven en sus países de origen, junto a la
falta de oportunidades hace que busquen la oportunidad que le ofrece la falacia
del “sueño europeo”.
En lo que va
de año hay contabilizadas 1527 muertes en el Mediterráneo, más las no
contabilizadas, a las que habría que sumar las muertes que suceden en la
travesía del desierto, ¿Cuántas “zurdas de oro” han fallecido intentando llegar
a Europa?
Muchos de los
jóvenes africanos que intentan llegar a Europa, lo hacen con un único sueño,
ser futbolistas profesionales. Un sueño inalcanzable para la inmensa mayoría de
ellos, incluso el joven Buba, a punto por fichar por los juveniles del Cádiz
C.F. no tiene asegurado que llegue a jugar de forma profesional, debido a los
miles de factores que juegan en ese ansiado destino: lesiones, continuidad en
el juego y un porcentaje enorme de suerte.
Esta noticia,
a pesar de ser una noticia que aparenta un final feliz, puede ser un incentivo
para miles de jóvenes africanos que ante la falta de futuro en su país, decidan
jugarse la vida, digo bien, ¡jugarse la vida! para cumplir su sueño, teniendo
como ejemplo al joven guineano que parece haber conseguido lo que tantos
buscan.
Es una prueba
más de la falta de sensibilidad con la que se trata el tema de la migración.
Estoy seguro
que las fotos del joven futbolistas han corrido como la pólvora entre sus
amigos, allá en su país de origen, y hoy habrá miles de jóvenes con un
argumento más para lanzarse a la aventura de recorrer la mitad de África con la
idea de que es posible que al llegar a España haya un entrenador esperándolo
para hacerlo futbolista.
Es por eso,
que hay que establecer vías seguras para las personas migrantes, ninguna
realidad impedirá que intenten cumplir sus sueños.
Lo único que
espero que sus sueños no terminen convirtiéndose en pesadillas.
“Camina lento, no te apresures que a donde tienes que llegar es a ti mismo” José
Ortega y Gasset.
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