Que “El Quijote” es la obra cumbre de la literatura española es algo que está fuera de toda duda, que la mayoría de los españoles no la han leído, también, a pesar de todo, creo que no queda nadie en España que no conozca la temática principal de la obra y alguno de sus capítulos, al menos de manera superficial.
La obra en cuestión trata de como un hombre se vuelve loco al leer, de manera compulsiva y exclusiva, libros de caballerías, creyendo ser un Caballero Andante que debe vivir aventuras a lo largo y ancho de España, y como es natural vive un sinfín de altercados.
Como soy de la opinión que de todos los libros se puede extraer una enseñanza o bien análisis de la realidad que vivimos, me ha venido a la cabeza que en la actualidad ya no se leen libros de caballerías, pero se ven partidos de futbol, en algunos casos, de manera compulsiva y exclusiva y esto ha hecho que haya muchas personas que, al igual que Don Quijote, se crea una figura del balompié a la altura de las grandes estrellas de este deporte.
Es curioso como jugadores de equipos modestos, exigen a sus clubes un sueldo (o gratificación, al tratarse de equipos amateur) muy superior a lo que realmente aportan para sus clubes, como si de una estrella se tratara, cuando en realidad debería estar agradecido por poder desarrollar su deporte favorito en un club federado.
Al igual que Don Quijote, que veía gigantes donde en realidad había molinos, estos jugadores intentan emular a las grandes estrellas intentando jugadas y filigranas que difícilmente llegan a buen término, generando pérdidas de balón que en muchas ocasiones pone en peligro a su equipo.
Por otro lado, los aficionados tampoco ayudan a que el “Quijote futbolístico” sea consciente de la realidad, ya que espera ver que su equipo juegue como los equipos de primera división, algo evidentemente imposible debido a los medios y recursos con los que cuentan los clubes modestos, pero que al tratar a los futbolistas de su equipo como referentes deportivos de la localidad o “exigiéndoles” que realicen jugadas como las que ha visto en el partido de turno del fin de semana, estos futbolistas se engrandecen e intentan realizarlas aun faltándoles la destreza necesarias para llevarla a cabo.
Todo esto me lleva a las siguientes preguntas:
¿Cuántos de estos futbolistas seguirían practicando este deporte de manera federada si su equipo no le renovase la ficha año a año?
¿Es lícito que estos futbolistas exijan una gratificación muy superior a lo que aportan a su club?
Si la respuesta es no ¿Por qué es una práctica habitual?
¿Terminará el futbol televisado con los clubs modestos que juegan en ligas amateurs?
“Dad crédito a las obras y no a las palabras” Miguel de Cervantes.
Pd. Que nadie quiera ver nada concreto donde hay una crítica general.
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