Bases sociológicas para el apoyo a la monarquía.
La monarquía
es una forma de Estado que ha estado presente a lo largo y ancho del mundo
desde tiempo inmemorial, es imposible establecer fecha y lugar de la aparición
del primer rey, desde entonces a la actualidad la figura del rey se ha ido
adaptando a las distintas formas de gobierno y allí donde no ha sido capaz de
adaptarse ha desaparecido.
En nuestro país ha adoptado la figura de monarquía parlamentaria, dándole un tinte democrático a un estamento que por definición no lo es (monarquía = gobierno de uno).
Siempre me he
preguntado por qué existen personas que apoyan a la monarquía, todas sus
funciones pueden ser ejecutadas por personas elegidas democráticamente, la
mayor parte de los países en el mundo carecen de rey, creer en la monarquía es
asumir que hay personas que son superiores a otras por el simple hecho de haber
nacido en la casa real y creo que es en este último punto donde está la clave
del apoyo monárquico.
Cuando me refiero
al apoyo a la monarquía no me estoy refiriendo a los cortesanos y élite
empresarial que se aprovecha de su cercanía al monarca, me refiero a personas
anónimas con trabajos anónimos que consideran que Felipe VI es la persona
indicada para ostentar la jefatura del Estado por el simple hecho de ser hijo
de Juan Carlos I y que la persona indicada para sucederle será su hija Leonor
por el simple hecho de ser su primogénita.
Asumir esta realidad es colocar en la cúspide de la pirámide social al rey, cuyo único mérito es ser hijo de sus padres, pero a la vez es asumir que existe una pirámide social donde se obvia el mérito y la capacidad para posicionarte. Por lo tanto, los monárquicos asumen que hay personas mejor situadas pero que también hay muchas que se encuentran por debajo de ellas en dicha pirámide (al menos en su idea de escala social).
Mientras desde el ideario republicano se señala a la parte alta de la pirámide con el objetivo de democratizar las altas esferas, dando un papel fundamental a los méritos y capacidades de las personas encargadas de llevar las riendas del país, desde los defensores de las ideas monárquicas se mira la pirámide hacia abajo mirando con desdén a todos aquellos que tuvieron la desgracia de nacer en clases menos favorecidas. La existencia de un rey justifica su propia posición en la pirámide social.
Parafraseando
a J. Stiglitz (Premio Nobel de Economía en 2001) la mayoría de las personas que
nacen pobres morirán pobres por más conocimientos que tengan al igual que la
mayor parte de los que han nacido ricos morirán ricos por más inútiles que
sean. La existencia de un rey también justifica la posición social, heredada
por nacimiento complaciéndose de que siempre haya alguien peor situado.
“La
legitimidad de un régimen procede de la aceptación por la sociedad de los
principios que están en la base de su organización política” Miguel Artola.
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