lunes, 18 de abril de 2022

EN TODAS LAS GUERRAS QUIEN PIERDE ES EL PUEBLO.

 Anatomía de “Soldados y Padres” de José Jurado Morales.

Hay libros que vienen a ti en el momento adecuado, libros que te ayudan a entender la realidad que vives aunque fueran creados con otros fines. Eso me ha sucedido con “Soldados y padres” de José Jurado Morales, un libro que establece la relación entre poetas nacidos en la posguerra y cuyos padres participaron en la Guerra Civil Española. Entre los protagonistas se establecen relaciones singulares propias a la singularidad individual de cada uno de sus protagonistas.

Sin embargo, entre sus líneas subyace un análisis de la guerra, alejado de cuestiones geoestratégicas o militares, la guerra que hacen sus verdaderos protagonistas, personas que jamás pensaron portar un arma y mucho menos disparar a otros seres humanos, personas que mueren por órdenes de otros, los que finalmente se llevan las medallas y el reconocimiento, pero que rara vez mueren en el campo de batalla, personas que sufren la ansiedad y el miedo al dirigirse al frente, personas que dejan sus vidas atrás y que en muchos casos no vuelven a retomar porque las que vuelven de la guerra son muy distintas a aquellas que partieron, y todo esto es común a todas las guerras, incluyendo a las guerras que se producen en la actualidad.

A través de distintas citas extraídas del libro haré un análisis de lo que supone vivir una guerra, ya sea en Ucrania, en Siria o en cualquier otro lugar del mundo. Vamos a ello.

-          “Ese convencimiento acerca de la estupidez de las guerras viene potenciado por el hecho de que todo soldado puede perder la vida en cualquier momento” (Jurado, 2021-128).

Prácticamente la totalidad de la tropa que muere en una guerra no decide sobre los motivos que les han llevado hasta allí, simplemente son usados como peones en una partida que se juega desde despachos. El miedo es una sensación que todos los seres humanos experimentan en algún momento. El miedo es necesario porque te mantiene alerta, pero un exceso de miedo puede llegar a paralizarte y la parálisis en el frente de batalla puede llegar a ser la diferencia entre la vida y la muerte y ¿existe algo más estúpido que perder la vida por las decisiones de gente a la que no le importas?

El miedo es un factor común que todos los protagonistas relatan sobre la participación en la guerra de sus padres, independientemente del bando por el que luchen.

Lo que me lleva a la siguiente cita.

-          “Da lo mismo el bando por el que se luche cuando las balas y las metrallas matan sin distinguir ideologías y cuando las guerras cortan por igual unas existencias apenas iniciadas”. (Jurado, 2021-258)

Todas las personas que participan en una guerra se ven obligadas a ello, de alguna u otra forma, y en ningún caso es una elección propia. Se ven expuestas a perder la vida sin que exista un motivo para ello. Todas estas personas tienen unos planes de futuro, una historia previa, unos sueños, etc., que se ven cortados de raíz por motivos que trascienden a ellos mismos, el exilio, la represión o la muerte se encuentra entre las posibilidades de futuro de todos los combatientes. Resaltar el poema que dejó escrito Leopoldo Urrutia, padre de Jorge Urrutia antes de partir hacia el frente:

El libro donde estudié

Guardádmelo, camaradas,

Cuando vuelva, si es que vuelvo,

He de volver a sus páginas.

Si me quedo con la guerra,

Si por el campo me matan,

Dejad que en sus hojas blancas

Otros nuevos estudiantes

Aprendan a amar a España. (Jurado 2021-104)

-          “Nadie nace para combatir en una guerra, pero a veces el azar de los acontecimientos históricos provoca que a muchos les toque hacerlo” (Jurado 2021-258)

Como bien expone la cita, nadie está preparado para participar en una guerra y es el azar el que dispone las acciones de las personas “anónimas” que se ven envueltos en un conflicto armado. Disponer al azar la vida o la muerte de una persona, no deja de ser una situación deleznable, más aún cuando los que tienen la oportunidad de dirigir los hilos del conflicto, ven las vidas de estas personas como meras piezas prescindibles en sus planes bélicos.

-          “Los héroes no combaten lo hacen los seres humanos. Los héroes quedan para los libros y las películas” (Jurado, 2021-260)

Como bien cita el autor, son los seres humanos los que padecen las vicisitudes de la guerra, sus penalidades y carencias y finalmente son los que arriesgan su vida, por eso es tan importante la figura del héroe en la filmografía y la literatura bélica, el héroe es la imagen que se vierte sobre la población para que sirva de inspiración a la hora de realizar acciones que sobrepasan los límites de la razón. Pero cuando un soldado o un civil pierde la vida en la guerra, lo padecen y lo sienten, sus familiares y amigos y poco importarán las soflamas en la exaltación de su figura. Se mata no solo a la persona, sino también a sus planes de futuro, sus sueños y sus proyectos, todo lo que podía haber sido y que nunca será.

Como conclusión, diremos que los que después saldrán en los libros de historia siempre se mantendrán lejos del silbido de las balas, del atronador estruendo de los obuses y de la aleatoria trayectoria de la metralla. Observarán la batalla desde lejos apostados en sus despachos y visualizando los movimientos de las tropas en mapas o en modernos televisores que transmitan la imagen en directo desde algún satélite.

Lejos de los sesudos análisis geopolíticos, los estratégicos movimientos de tropas, las estadísticas de bajas, de la propaganda de guerra, al final de todo, los muertos siempre los pone el pueblo.

“La guerra es un lugar donde jóvenes que no se conocen y no se odian se matan entre sí, por la decisión de viejos que se conocen y se odian, pero que no se matan” Erich Hartman.

BIBLIOGRAFÍA.

JURADO MORALES, (2021) J. Soldados y padres. De guerra, memoria y poesía. Fundación José Manuel Lara. Sevilla.

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