http://www.ujaen.es/revista/rei/linked/documentos/documentos/15-4.pdf
El análisis crítico de
este artículo de investigación, lo voy a fundamentar en las seis lecciones que
existen en él.
Lección
1: Para que las
políticas y las prácticas en el ámbito escolar puedan avanzar, es necesario
definir lo que conlleva la educación inclusiva.
Aunque exista una definición objetiva a nivel nacional o
internacional de lo que es la inclusión, la realización de ésta va a depender
básicamente de la concepción e ideología que se tenga sobre su necesidad y
beneficios para la sociedad y los propios centros educativos, tanto a nivel
individual como sobre todo, a nivel de Equipos Directivos
Lección
2: Las prácticas
inclusivas dentro del aula suponen la dinamización de los recursos humanos
disponibles con el fin de vencer las barreras a la participación y el
aprendizaje.
Para poder llevar esto
a cabo, fundamentalmente, hay que tener muy claro y muy presente el objetivo
real que se pretende con la inclusión y todo lo que se vaya creando y
exponiendo en un centro educativo enfocarlo para dar la mayor cobertura posible
para lograr el objetivo. Hay varias formas: alumno-tutor de la misma clase,
alumno-tutor de otros niveles del centro, voluntario-tutor, trabajo
cooperativo, los especialistas dentro del aula,.. Es primordial un cambio de
enfoque en la educación tradicional e incluso en la formación de maestros
tutores y especialistas. Los maestros
especialistas que atienden a alumnos/as con dificultades son reacios a pensar
que su trabajo puede tener los mismos beneficios dentro del aula, por ejemplo
los especialistas de PT y AL, elaboran mucho material visual y manipulativo que
sería muy beneficioso para todo el grupo-clase. Según mi punto de vista, creo
que son reacios porque no conciben ni saben trabajar en gran grupo, sería
cuestión de ir cambiando esa conceptualización.
Quien también hace una
labor importante para poder llevar a cabo la inclusión son los voluntarios, en
el caso de las Comunidades de Aprendizaje. Con esta metodología en la que prima
la inclusión, en un futuro próximo se verán los resultados de los beneficios de
los especialistas, AL, PT, y Compensatoria, dentro del aula, al igual que la
labor de los voluntarios para así poder presentar resultados positivos para que
los políticos y las Administraciones vean la necesidad de poder tener más de un
docente dentro del aula y no fuera de ella.
Lección
3: Trabajar con
distintas formas de evidencia disponible puede ser un motor eficaz para alentar
a los docentes a desarrollar prácticas más inclusivas.
Para
poder ir cambiando y alentando a los docentes sobre la inclusión, también hay
que tener en cuenta que ellos tienen que cambiar el “chip” y cuestionarse algunos interrogantes:
-
¿Son
mejores las clases con grupos de alumnos/as homogéneos o heterogéneos? ¿Por
qué?
-
¿Qué
es ser o tener una buena clase?
-
¿Qué
nivel es el que hay que mejorar? ¿Solo académico?
-
¿En
qué hay que ser optimistas?
-
¿Es
positiva la diversidad de alumnos/as en cuanto a capacidad intelectual,
diversas nacionalidades, étnias,…? ¿ O es un marrón?¿por qué es un “marrón”?
-
Si
tuviéramos un hijo/a con alguna “diferencia” como nos gustaría que fuese su aula y grupo-clase? ¿Mi clase y mi trabajo
sería el idóneo para mi hijo/a?
Lección
4: La utilización
del apoyo pedagógico adicional al servicio de los alumnos requiere de una
cuidadosa planificación y de la formación adecuada de aquellos que están
comprometidos con dicha labor.
Este aspecto ya lo he comentado anteriormente, por ello los
especialistas de AL, PT y, en el caso de que exista Compensatoria, deben dar un
giro y ampliar su labor para todo el grupo-clase.
Además de que la labor de éstos debe ser más revisada,
siempre constructivamente, para poder conocer mejor sus beneficios y
resultados, ya que, existe siempre una dicotomía; los tutores piensan que estos
especialistas tienen una varita mágica para resolver los problemas y los
especialistas piensan que con las horas que les pueden dedicar no van a
conseguir suficiente; conclusión, que trabajen dentro del aula de forma
cooperativa.
Lección
5: Las escuelas
inclusivas pueden ser de diversas formas, pero lo que todas ellas guardan en
común es la existencia de una cultura organizativa que contemple la diversidad
del alumnado de manera positiva.
Esta lección te hace
preguntarte: ¿Qué es un buen colegio? ¿Cómo sería el mejor colegio?
Bajo
mi punto de vista, hoy por hoy en las escuelas no hace falta enseñar tanto
contenidos, ya que ahora muchas de esas informaciones las podemos encontrar en
los medios de comunicación e informáticos.
Ahora
es el momento de trabajar de manera multidisciplinar y resaltando los valores y
la convivencia como algo esencial., tal y como se expresa en la base
fundamental de las Comunidades de Aprendizaje.
Tanto
en la familia como en la sociedad cada
cual son y somos diferentes, en algunos aspectos coincidimos con otros y en
otros no. Pues en las aulas pasa lo mismo. Algunos requieren más atención académica,
otros emocional, otros más del acercamiento a los compañeros, a los adultos, a
enfrentarse cada cual a sus limitaciones y conocer cuáles son sus virtudes para
trabajarlas y compartirlas,… a aprender de los demás y conocer a los compañeros
y poder ayudarlos . Son tantas cosas que a día de hoy son necesarias para los
niños, y también para los adultos, que la escuela o centros educativos son
ambientes idóneos para conseguirlo, por supuesto haciendo partícipe a toda la
comunidad educativa.
Lección
6: El papel
principal de los líderes escolares es el de trabajar conjuntamente con sus
colegas para fomentar la cultura inclusiva en sus escuelas.
Es difícil entender en la sociedad en la que vivimos, que
todos somos diferentes y por ello, todos tenemos los mismos derechos a una
educación tanto académica como educativa de calidad, la mejor para “todos”. ¿Pero
es así?. Los niños y niñas deben crecer viendo a sus compañeros iguales a ellos
mismos, con ganas de aprender, de convivir, de ayudar y de ser ayudados, de
colaborar, de hacer grupo y no ser individuos aislados. Todo ello repercutirá
en la sociedad y en las propias familias.
Es
por ello por lo que este análisis concluye con lo siguiente:
Los niños van por la inclusión, somos los adultos los que tenemos mas barreras para aceptar la inclusión, hay que ver en la sala de clases como se prouduce una comunión armoniosa donde todos apoyan y cuidan el proceso... somos los adultos hipócritas que no creemos en esta educación inclusiva donde muchas veces no aceptamos que exista esta igualdad de derechos en el aula.
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