La zona gris se
define como el espacio donde se difuminan las fronteras, donde aspectos
culturales, sociales, ideológicos o económicos son invisibles, sin que los
límites queden bien definidos.
En política,
los partidos que se encuentran indefinidos ideológicamente, que sus límites
ideológicos son poco claros, son los que mejor se mueven en esta “zona gris”.
Todos los partidos tienen sus zonas grises, pero para algunos esa zona es más
amplia que para otros.
Permanecer en
la zona gris te facilita poder llegar a mayor número de simpatizantes, ya que
al no dejar claro cuáles son sus parámetros ideológicos, estos partidos tienen
la libertad de defender una postura y la contraria sin ningún tipo de rubor.
Pondré un par
de ejemplos para poder clarificar esta idea: Si un partido se define como
monárquico, no defenderá nunca las tesis del modelo de Estado republicano, y si
el partido se define como republicano no defenderá el modelo de Estado
monárquico. Un partido que se mueva en la zona gris con respecto a estas dos
posturas podría decir que se define como republicano pero que defiende a la
monarquía. Otro ejemplo puede ser que un partido se defina como Liberal, y
defienda la bajada de impuestos, cuando tenga oportunidad suba los impuestos
alegando la imposibilidad de cumplir con la palabra dada por motivos ajenos a
ellos.
Estos partidos
“imaginarios” utilizarían los distintos mensajes dependiendo del público al que
fuera dirigido, por lo que los que reciben esos mensajes lo aceptan con agrado.
Pondré otro
ejemplo que me viene a la cabeza de manera casual, imaginemos que un partido
durante la semana en que se celebra el día de la mujer trabajadora, en torno el
8 de marzo, hace una serie de discursos a favor del empoderamiento de la mujer,
participa en manifestaciones y concentraciones a favor de los valores de la
igualdad entre géneros, pero a los pocos meses fomenta la celebración de un
certamen de belleza que perpetua y difunde los estereotipos contra los que ha estado
luchando meses atrás.
Estos partidos
no estarían entrando en ninguna contradicción ya que su indefinición ideológica
los avala a la hora de tomar ambas decisiones que pueden parecer
contradictorias. Este tipo de actuaciones suelen estar refrendadas por la mayor
parte del electorado que argumenta su voto en la decisión que más concuerda con
sus valores, obviando la decisión contraria.
Lamentablemente
la memoria colectiva es muy breve, y puede llegar a aplaudir ambas decisiones
contradictorias, en la época donde más acceso tenemos a la información menos
tiempo parece permanecer los datos en la memoria común.
Es común ver
como contactos que tenemos en las redes sociales defienden una postura y la
contraria en sus publicaciones. Esta indefinición de los partidos políticos no
es casual es la propia de la indefinición ideológica general en la población.
La coherencia
política no es nada fácil de practicar, y deja de ser un imperativo moral
cuando la población no exige a sus representantes que se definan, que no actúen
a corto plazo y que sean moralmente consecuentes con sus ideales, tenga el
coste electoral que tenga.
John F.
Kennedy dijo “En la política es como en las matemáticas, lo que no es
totalmente correcto está mal”. Pero ¿Cómo determinar lo que es totalmente
correcto?
Partiendo de
la base que es imposible contentar a todo el mundo, lo correcto debe ir
definido por los límites ideológicos del partido, y actuar consecuentemente.
La zona gris,
allí donde se mezcla el blanco con el negro, es cada vez más grande entre los
partidos políticos españoles.
Salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario