El número de
menores extranjeros no acompañados mensualmente a nuestras costas es
significativo desde principios de la década 2000, pero el número ha ascendido
exponencialmente en los últimos meses.
El
procedimiento que se sigue con estos menores es el siguiente: tras ser
atendidos por Cruz Roja y la Guardia Civil, son enviados a un Centro de Acogida
Inmediata, mientras se gestiona su situación de desamparo y son tutelados por
la Junta de Andalucía. Tras un tiempo en estos Centros son derivados a los
recursos que la administración, en concreto por el equipo técnico y educativo
del centro de acogida, considera más oportuno para él. Al no ser posible el
acogimiento familiar, la gran mayoría de estos menores son trasladados a un
Centro Residencial Básico, que será su casa hasta que cumplan la mayoría de
edad. Estos Centros tienen una capacidad limitada, tanto en recursos humanos,
económicos y materiales, y actualmente se encuentran totalmente desbordados. El
Centro de La Concepción en la Línea, por poner un ejemplo, con capacidad para
24 menores, hoy está ocupado por 218[1]
menores, lo que provoca una situación de completa incapacidad para poder
realizar la actividad que deben hacer.
Estos Centros
no han sido dotados de más profesionales para poder llevar a cabo un trabajo de
calidad, por lo que es imposible que un educador/a pueda realizar su trabajo
con garantías de éxito, donde los perdedores en primera instancia son los
menores que se encuentran en el Centro. La labor de los profesionales que
trabajan en estos Centros pasa totalmente desapercibida para el resto de la
población, pero es fundamental para atajar la situación de estos menores.
Otra cuestión
a tener en cuenta es el estado de deterioro en el que se encuentran algunos de
estos Centros, “casualmente” los que se encuentran en peor estado son los
Centros públicos que son gestionados directamente por la Junta de Andalucía. El
Centro de Acogida Inmediata “El Cobre” de Algeciras[2],
Centro de referencia para todos los que trabajan o han trabajado en este sector
en la Provincia de Cádiz, tenía prevista una obra de mantenimiento desde el año
2011, que no llegó a realizarse, encontrándose ahora en un estado semiruinoso
que hace imposible que haga la función para la que fue concebido y mucho menos
afrontar una situación de crisis migratoria como la que vivimos a día de hoy.
Lo que evidencia en qué posición de prioridades se encuentra este sector para
la Junta de Andalucía.
Un tema muy
comentado por la prensa ha sido como los menores abandonan el Centro que los
acoge[3],
lo que significa que muchos de estos menores vagan por España, sin recursos y
sin protección alguna. Este es un tema de calado, ya que hay que posicionarse
dentro de los objetivos de estos menores. La mayoría de las veces los menores
vienen con el objetivo de trabajar para poder escapar de la miseria, en otras
ocasiones buscan la protección de la administración una protección que no encuentran
en su países de origen. Si un menor una vez que llega a España se le ubica en
un Centro que no dispone de recursos para su protección integra, hacinado con
cientos de menores en su misma situación, este menor o menores “escaparan” de
nuevo de su situación para viajar a otra provincia o comunidad autónoma donde
encuentren otro Centro menos saturado. En las ocasiones donde el objetivo es
encontrar trabajo, las costas andaluzas no son más que la primera parada de un
largo viaje. En muchos casos, a los pocos días después de reponerse y descansar,
se marchan en dirección a Comunidades Autónomas con más oferta laboral como
Cataluña o el País Vasco o a otros países como Francia o Alemania, lugares
donde esperan tener una oportunidad para cumplir sus objetivos. Si 14
kilómetros que separan África de Europa no ha sido un impedimento para que
estos menores cumplieran su objetivo, un pequeño muro no será más que un
pequeño obstáculo que salvar.
De lo que
hagamos hoy con estos menores dependerá la convivencia futura en nuestros
pueblos y ciudades, ya que aunque algunos de ellos marchen a otros países como
Francia, Alemania, Holanda… otros vuelvan a su país de origen, un número
importante se quedará en España, donde hará su vida, creará una familia y se
convertirán en nuestros vecinos. Para tener una convivencia cívica en un futuro
será mejor que hoy les demos la oportunidad que su país de origen les negó.
Ninguno de los
que hoy vemos ajenos esta realidad estamos libres de que el día de mañana nos
veamos obligados a emigrar de la comodidad de nuestra vida y emprender camino
hacia la búsqueda de un futuro mejor, empatizar con estas personas es la mejor
forma de dar sentido a nuestra humanidad.
En mi libro
“La Realidad Escondida. Aventuras y desventuras de un educador de Centros de
Protección de Menores” Edit. Hilos de Emociones, cuento mi experiencia como
Educador en distintos Centros de Andalucía, donde relato situaciones vividas en
primera persona desarrollando mi trabajo así como la experiencia y los sueños
de los menores con los que trabajé, situaciones, en algunos casos, realmente
peligrosas, durante un periodo donde había un flujo de entrada de menores constante
pero asumible por la administración (http://hilosdeemociones.es/producto/la-realidad-escondida/).
No quiero ni imaginar que situaciones estarán viviendo los compañeros y compañeras
que trabajan actualmente en los Centros que hoy están completamente desbordados
y sin herramientas para poder hacer su trabajo. Sólo me queda desearles suerte a
menores y educadores para cumplir sus objetivos.
“Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir
su residencia en el territorio de un Estado”.
Art. 13.1 Declaración de los Derechos Humanos.
Gracias por dar voz a todos esos menores que son invisibles en nuestra sociedad.
ResponderEliminarGracias por el comentario, son muchas las experiencias vividas en el sector de menores y es una obligación hacer visible esta realidad.
EliminarSuerte para todos porque esto es sólo un síntoma de cómo está el mundo.
ResponderEliminarGracias por reflejar la realidad.
En un mundo injusto siempre pagan las consecuencias los sectores más desfavorecidos.
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