El próximo tres de noviembre se celebran elecciones presidenciales en Estados Unidos, y aunque pueda parecer que se trata de un proceso interno del país, a nadie se le escapa que los resultados electorales influirán en el panorama geopolítico mundial los próximos cuatro años.
Los
contendientes pretenden representar al pueblo norteamericano, pero hagamos un
somero análisis de cada uno de los candidatos presidenciales:
Donald Trump (74 años), actual presidente de Estados Unidos, obtuvo la presidencia con tres millones de votos menos que su oponente del partido demócrata, pero las aritméticas del sistema electoral estadounidense lo auparon al cargo. Es un reconocido empresario multimillonario, que entre sus logros está haberse arruinado 5 veces, ya como presidente ha aumentado la tensión racial entre los ciudadanos estadounidenses, así como un trato inhumano a los colectivos de inmigrantes que cruzaban la frontera huyendo de la violencia o la pobreza, separó familias y enjauló a niños, a nadie se le puede olvidar aquellas imágenes horrendas. En cuanto a política social eliminó el exiguo programa de Seguridad Social implantado por la administración Obama, ha menospreciado el alcance de la pandemia de Covid-19 y alentado a grupos supremacistas blancos a ejercer la violencia con todo aquel que no encaje dentro del estereotipo wasp (Blanco, Anglo- Sajón y Protestante). En relación a la política internacional, ha incrementado la tensión con Corea del Norte, China y Rusia igualmente ha impuesto aranceles a los productos de sus supuestos socios de la Comunidad Europea, etc.
Joe Biden (77 años), el candidato por el partido demócrata, es un multimillonario que lleva en política durante 48 años, cuyo principal activo para estas elecciones es no ser Donald Trump. Fue miembro de la administración Obama y se muestra como un hombre sin el carisma del último presidente demócrata ni el empuje “feminista” que podía aportar Hilary Clinton, aun así las encuestas le dan una corta ventaja sobre el candidato republicano.
La
participación en las elecciones ha caído en Estados Unidos a un 56% lo que
indica una clara desafección del pueblo con el sistema actual, igualmente las
leyes que impiden ejercer el voto se ceba con la población más desfavorecida de
la nación.
Ante esto solo
caben las siguientes preguntas ¿quién representa los intereses de la clase
trabajadora estadounidense? ¿Cómo un multimillonario puede comprender las
necesidades de las clases populares a la que solo conoce por las estadísticas?
¿Está el sistema electoral norteamericano caduco? Con esta carta de
presentación ¿Cómo puede presentarse al mundo como “El defensor de la
democracia”? ¿Por qué occidente pretende emular un sistema que sólo representa
a las clases económicas poderosas?
Yo pongo las
preguntas ustedes deben encontrar las respuestas.
“La gente no vota necesariamente por sus intereses. Votan por su identidad” George Lakoff
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