Mucho se temía la vuelta al cole a principios de septiembre, los peores presagios se ceñían sobre los resultados de que los niños y niñas se incorporaran a clases en medio de esta pandemia que estamos sufriendo, sin embargo, los resultados, por lo positivo, han sorprendido a todos los que esperaban poco menos que el apocalipsis.
Sin embargo
los resultados están siendo más que positivos una vez que han transcurrido
aproximadamente dos meses desde que se iniciara la vuelta a las clases, sin
embargo justo al inicio de la vuelta a la universidad no paran de salir
noticias sobre estudiantes expulsados cautelarmente por conductas arriesgadas,
fiestas en colegios mayores que no cumplen los estándares de seguridad,
universidades cerradas…
La pregunta
que deberíamos hacernos es por qué la vuelta a las clases de la Educación
Primaria y Secundaria Obligatoria está siendo todo un éxito en lo que se
refiere al ínfimo número de casos detectados y porqué parece ser un caos la
vuelta a la universidad, cuando son a estos últimos a los que se les presupone
un mayor índice de responsabilidad.
Los miedos se
centraban en los cursos más pequeños, que si no iban a aguantar tener la
mascarilla puesta, que si no sabrían mantener la distancia de seguridad, que si
las entradas y salidas del colegio serían un foco seguro de contagio.
Sin embargo hay que felicitar a los profesionales de la Educación Obligatoria, maestros y profesores, así como a los equipos directivos donde habiendo sido abandonados por las entidades superiores (Juntas de Comunidades Autónomas) se han dejado la piel diseñando un protocolo de actuación ante una situación completamente desconocida para ellos, dando como resultado un 1% de contagios en Centros Educativos de toda España.
Por otro lado
los niños y niñas, cumplen las nuevas normas establecidas sin cuestionarlas, lo
que evita la propagación del virus en los Colegios e Institutos.
Sin embargo,
la población universitaria está dotada de una característica que adolece la
población infantil y es su creencia de que ellos y ellas son invulnerables.
Esta es una característica propia de la juventud en todas las épocas de la
historia, con el riesgo de propagación del virus que supone en estos tiempos.
Creo que la
visión de los niños y niñas, deberían ser tenidas en cuenta con mayor
frecuencia y en la actualidad vuelven a dar muestras de una coherencia y
sensatez mucho mayor que la de muchos adultos.
“No
puedes respirar del todo, pero no pasa nada, es mejor eso que morirse”
Declaraciones de una niña a la puerta de su colegio a principios de septiembre.
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