El pasado sábado 2 de marzo, Estados Unidos llevaba a cabo una operación de ayuda aérea al pueblo palestino donde lanzó 38.000 paquetes de alimentos sobre el campamento de refugiados palestinos en la Franja de Gaza.
Este acto sería digno de elogio, si
no fuera porque son los Estados Unidos los que vetaron en la ONU una petición
del alto el fuego en Gaza propuesta por Argelia, solo cinco días antes. Enviar
comida está muy bien a un pueblo que están matando indiscriminadamente, hay que
recordar que el jueves anterior a esta acción humanitaria estadounidense, los
israelíes mataron a 115 palestinos mientras se encontraban en un reparto de
alimentos y el mismo sábado ya eran diez los niños palestinos que habían muerto
por desnutrición.
Este genocidio que está cometiendo Israel ya lleva cobradas más de 30.000 vidas, entre ellos mujeres, ancianos y niños, con el permiso de Estados Unidos, principal valedor del Estado de Israel. La Real Academia de la Lengua Española define hipocresía como “fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”, si hubiera que poner un ejemplo de lo que significa esta palabra la acción llevada a cabo por Estados Unidos el pasado sábado sería un ejemplo perfecto.
No dudo que los palestinos hayan
agradecido la lluvia de alimentos, tan necesarios, pues son una cuestión de
vida o muerte, pero, estoy seguro de que, agradecerían mucho más que Estados
Unidos presionara a su socio, Israel, para finalizar con las matanzas de
inocentes que está llevando a cabo.
Ante esta masacre, la comunidad
internacional, sumisa a la potencia imperial, mantiene silencio y mira hacia
otro lado mientras siguen cayendo bombas sobre inocentes.
Que curiosos somos los humanos que somos
capaces de legislar contra el maltrato animal y somos incapaces de levantar la
voz contra los poderosos mientras masacran a otros seres humanos. Ya nos
advirtió Hannah Arendt sobre la banalidad del mal.
La Historia acabará poniendo a cada
cual en su lugar y espero que la conciencia de los que pudieron hacer algo y no
lo hicieron los atormente el resto de sus días.
“la injusticia en cualquier lugar es
un amenaza para la justicia en todas partes” Martin Luther King.
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