viernes, 1 de junio de 2018

FRANQUICIAS POLÍTICAS.


Todos los partidos políticos nacionales tienen su expresión a nivel local, quiero decir que en cada ciudad y pueblo de España, existe una agrupación local que defiende las posturas ideológicas del partido que tiene su máxima expresión en el ámbito nacional. Aunque muchas veces, la mayoría de las veces, los responsables de estas agrupaciones locales no tengan, ni los conocimientos, ni el carisma, ni la exposición mediática de las personas que en última instancia dirigen estos partidos. En muchas ocasiones incluso los miembros de las agrupaciones locales difieren de las decisiones llevadas a cabo en su partido a nivel nacional, pero aun así, siguen defendiendo las políticas que estos partidos representan. 
 Esta situación me lleva a la conclusión de que los partidos funcionan de manera similar a las franquicias empresariales.
Una empresa forma parte de una franquicia porque la empresa matriz, le proporciona unos servicios, un estatus dentro del mercado, una marca reconocida, seguridad al consumidor, un método de trabajo, que facilita la venta de sus productos en un mercado altamente competitivo, a cambio la matriz recibe un royalty por sus servicios.
Un partido político funciona de forma similar, facilita a la agrupación local, un nombre reconocido, distintos servicios (jurídicos, políticos, publicitarios…) estatus en el panorama político, imagen de seriedad, lo que facilita la difusión de su programa a la hora de enfrentar unas elecciones y el reconocimiento del electorado.
Las franquicias son armas de doble filo, ya que si una empresa miembro de este grupo en otra localidad, o la misma empresa matriz, realiza un mal servicio o comete una ilegalidad todas las empresas que pertenecen a esta red se ven perjudicadas por culpa de la mala acción de terceros.
¿Habría alguna empresa dispuesta a formar parte de una franquicia que fuera famosa por robar a sus clientes? De darse este caso ¿no serían sospechosas todas las empresas de esta red de realizar las mismas acciones?
Una franquicia que realizara tales acciones iría sin remisión a la ruina, con la huida de todas las empresas de la marca fuera de dicha red, ya que de no desvincularse de esta marca serían sospechosos de las mismas acciones o avalarían las acciones de sus compañeros, que es casi igual.
Aquí es donde difiere el mundo empresarial del político, hoy, en 2018, tenemos un partido que ha sido considerado partícipe a título lucrativo de una trama corrupta (https://politica.elpais.com/politica/2018/05/24/actualidad/1527156370_628789.html) sin embargo no ha habido ninguna “fuga” masiva de militantes, cargos públicos, no se han cerrado sedes, nadie ha recriminado la actitud bochornosa de la “matriz”, todo lo contrario. Ante el silencio cómplice de sus afiliados y cargos públicos sólo caben dos interpretaciones: o bien justifican el hecho condenado o bien restan importancia a los hechos demostrados. En ambos casos esta actitud es deplorable.
Seguir ostentando unas siglas que han sido condenado, a mi entender, por un caso tan grave, como beneficiarse de prácticas corruptas, no hace más convertir a estas personas en cómplice del delito cometido.



Me consta que la inmensa mayoría de los afiliados  del Partido Popular son gente honesta y decente, y desde aquí les pido que actúen para que las acciones de sus dirigentes no manchen su buen nombre.
“Más vale ser vencido diciendo la verdad, que triunfar por la mentira”
Mahatma Gandhi.

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