Translate

lunes, 8 de diciembre de 2025

LA FALACIA COMO ARGUMENTO

 

Las teorías de la “sustitución demográfica” y de la “incompatibilidad cultural” es el “caballo de Troya” con el que la extrema derecha quiere inculcar su relato racista en las mentes de los ciudadanos.

Estos pseudoargumentos no son fáciles de contrarrestar debido a dos factores: en primer lugar porque la mayoría de las personas estamos dispuestos a creer todas aquellas cuestiones que encajen con nuestra forma de entender el mundo, por lo tanto los mensajes simples son los más fáciles de asumir por todos, en segundo lugar porque entender la complejidad de  la realidad requiere la práctica de pensamiento crítico, reflexión y estudio y todo eso se consigue dedicando tiempo, un tiempo que cada vez es más escaso, consumido por entretenimiento vacuo que entretiene sin aportar ningún tipo de aprendizaje.

El argumento de la “sustitución demográfica” se sustenta en que, como los inmigrantes tienen más hijos que los autóctonos, en pocos años la población de origen migrante será superior a la autóctona. Este argumento ha sido rebatido por el Instituto Nacional de Estudios Demográficos de Francia, que han demostrado que la población migrante en el plazo de una generación adopta la “regla” demográfica del país de acogida.

El discurso sobre la “incompatibilidad cultural” reside en que hay culturas que no son compatibles, este relato toma el concepto cultura como algo estático, mientras que la cultura es dinámica y un concepto lo suficientemente complejo como para que no haya una definición unánime. Solo tenemos que ver cómo ha cambiado la forma de vida, los usos y costumbres que tenemos hoy y compararlos con los de nuestros padres o abuelos. La “cultura” está en constante transformación. Una definición muy acertada es la de que la “cultura es todos aquellos conocimientos que una persona necesita para vivir” por lo tanto todo el mundo tiene “cultura”.

En la actualidad hay más de tres millones de españoles residiendo en el extranjero. Estos españoles están en su pleno derecho de seguir manteniendo sus costumbres y de adoptar aquellas que entiendan que les facilita la vida en su país de acogida.

El discurso de la sustitución demográfica y la incompatibilidad cultural no son más que cuentos para asustar y generar miedo en la población, y como ya es sabido, el miedo es el mejor catalizador para activar el instinto de supervivencia que todos poseemos.

“La fuerza que posee la propaganda totalitaria descansa en su capacidad de aislar a las masas del mundo real” Hannah Arendt

 

miércoles, 3 de diciembre de 2025

CONFLICTO ARGUMENTAL

 

Hay una polarización creciente en todos los sentidos, esta polarización es espoleada por los medios de comunicación. Las tertulias televisivas dividen a sus participantes en “defensores” y “detractores” de las argumentaciones que exponen los ideólogos y portavoces políticos.

Estas tertulias  televisivas conforman la opinión pública que no es otra cosa que la opinión publicada anteriormente a la que la masa social hace de altavoz, repitiendo consignas y dogmas difundidos por distintos medios.

Pero ¿Dónde reside el valor de los distintos argumentos?

Es difícil no estar de acuerdo con los argumentarios que se difunden y las personas que se posicionan contra ellos se afanan en contraargumentar con desigual fortuna, porque el valor del discurso no radica en los argumentos que los sustentan sino en el punto de partida que valida dichos argumentos.

Para explicarlo pondré una serie de ejemplos:

Si Santiago Abascal expone sus motivos para estar en contra de la inmigración basándose en la alta criminalidad que genera o denunciando una posible invasión de países mayoritariamente musulmanes, es difícil no estar de acuerdo con él, porque todos sus argumentos están destinados a validar un punto de partida que no cuestiona y que dan por cierto. Si las personas que no coincidimos en ese análisis ponemos en cuestión su argumentario, todo nuestro discurso caerá en saco roto, porque, dando por hecho que el punto de partida es cierto, sus argumentos son muy sólidos.

Pero la debilidad del argumentario del Sr. Abascal cae por su propio peso cuando lo que se cuestiona es la base sobre la que construye su argumentación. Ni la inmigración genera criminalidad ni hay una “invasión islamista”, y hay pruebas que demuestran que es un punto departida falso, cuando este punto se desmonta su castillo de naipes argumental se desmorona.

La base del discurso es sobre la que se construye toda argumentación, analizando si esa base es cierta o, interesadamente falsa, se puede desmontar cualquier tipo de discurso, pero  claro, para eso debemos estar dispuesto a analizar, pensar, informarnos y reflexionar sobre lo que escuchamos.

Si la presidenta de la Comunidad de Madrid dice que hay que desalojar al gobierno porque gobierna con ETA, partiendo de ese punto como cierto, es difícil argumentar en contra, solo hace falta conocer que ETA ya no existe para que todos sus argumentos caigan por sí mismos.

Esta técnica sirve para analizar todo tipo de discurso, porque la realidad es la que es y no la que nos gustaría que fuera.

“La gente reinterpreta las cosas para encajarlas en una estructura básica de valores morales que, de hecho, todos compartimos” Noam Chomsky