Las teorías de la “sustitución demográfica” y de la “incompatibilidad cultural” es el “caballo de Troya” con el que la extrema derecha quiere inculcar su relato racista en las mentes de los ciudadanos.
Estos pseudoargumentos no son fáciles de
contrarrestar debido a dos factores: en primer lugar porque la mayoría de las
personas estamos dispuestos a creer todas aquellas cuestiones que encajen con
nuestra forma de entender el mundo, por lo tanto los mensajes simples son los
más fáciles de asumir por todos, en segundo lugar porque entender la
complejidad de la realidad requiere la
práctica de pensamiento crítico, reflexión y estudio y todo eso se consigue dedicando
tiempo, un tiempo que cada vez es más escaso, consumido por entretenimiento
vacuo que entretiene sin aportar ningún tipo de aprendizaje.
El argumento de la “sustitución demográfica” se sustenta en que, como los inmigrantes tienen más hijos que los autóctonos, en pocos años la población de origen migrante será superior a la autóctona. Este argumento ha sido rebatido por el Instituto Nacional de Estudios Demográficos de Francia, que han demostrado que la población migrante en el plazo de una generación adopta la “regla” demográfica del país de acogida.
El discurso sobre la “incompatibilidad
cultural” reside en que hay culturas que no son compatibles, este relato toma
el concepto cultura como algo estático, mientras que la cultura es dinámica y
un concepto lo suficientemente complejo como para que no haya una definición unánime.
Solo tenemos que ver cómo ha cambiado la forma de vida, los usos y costumbres
que tenemos hoy y compararlos con los de nuestros padres o abuelos. La “cultura”
está en constante transformación. Una definición muy acertada es la de que la “cultura
es todos aquellos conocimientos que una persona necesita para vivir” por lo
tanto todo el mundo tiene “cultura”.
En la actualidad hay más de tres
millones de españoles residiendo en el extranjero. Estos españoles están en su
pleno derecho de seguir manteniendo sus costumbres y de adoptar aquellas que
entiendan que les facilita la vida en su país de acogida.
El discurso de la sustitución
demográfica y la incompatibilidad cultural no son más que cuentos para asustar
y generar miedo en la población, y como ya es sabido, el miedo es el mejor
catalizador para activar el instinto de supervivencia que todos poseemos.
“La
fuerza que posee la propaganda totalitaria descansa en su capacidad de aislar a
las masas del mundo real” Hannah Arendt




