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jueves, 27 de octubre de 2022

CON SUS MISMAS ARMAS

          No suelo volver a un artículo ya escrito, una vez que ha sido publicado, suelo dejarlo correr y mi atención se vuelca en otros aspectos  de la realidad socio-político-económica que nos golpea diariamente, siendo la situación que queda atrapada recurrentemente en mi cerebro, el tema en el que  se basará el artículo de la semana en cuestión.

Pero la realidad es que las palabras pronunciadas por Felipe González el pasado 17 de octubre continúan resonando en mi cabeza y al que ya aludí en el artículo de la semana pasada, pero creo firmemente que aún puede dársele una vuelta de tuerca más.

Reafirmándome en la reflexión escrita en el artículo anterior, “Buscar la verdad”[1], hay que reconocer que el mecanismo que utilizan una gran parte de la clase política, es la que fue descrita por el expresidente del gobierno, lo que aleja o acerca a los políticos del gobierno es la opinión de la mayoría de la gente.

Por lo tanto, Felipe González nos da la clave para que un gobierno (cualquier gobierno) actúe en favor de la mayoría social.

Si un partido político tiene como fin último alcanzar el gobierno, no por afán de llevar a cabo su programa electoral, guiado por unas líneas ideológicas determinadas, sino por el hecho de alcanzarlo sin más, la mayoría social deberá hacerle saber  a estos mismos partidos políticos cuales son sus reivindicaciones, para ello, en primer lugar deberá tomar conciencia  como clase social con intereses comunes a todos sus miembros.

En segundo lugar, ha de perder el miedo a reivindicar  lo que considera realmente justo, algo verdaderamente difícil, ya que, aunque una amplia mayoría de la población ha nacido, o al menos ha vivido una gran parte de su vida en un sistema democrático, los 40 años de represión franquista  sumado a la fuerza coercitiva del Estado, hace que aún sea común tener miedo a expresar las ideas propias.

En tercer lugar  conocer la realidad que condiciona, posibilita o imposibilita llevar a cabo las medidas legislativas concretas.

En cuarto lugar, organizarse, utilizando los medios constitucionales de los que nos hemos dotado para llevar a cabo las reivindicaciones. Hay que tener en cuenta que todo gobierno hace equilibrios en una balanza donde de un lado se encuentran los poderes económicos y del otro la mayoría social, si la clase trabajadora consigue el mismo nivel de organización que tiene las élites económicas, la balanza caerá a su favor, sin ninguna duda.

En conclusión, actualmente, los partidos políticos, a través de sus mecanismos de propaganda, intentan convencer de que las medidas que proponen son las que conviene a la mayoría, aunque sea evidente que solo beneficie a una parte. Sin embargo, existe la posibilidad de revertir la situación utilizando las mismas estrategias, y la clave para ello, la facilitada por Felipe González.

“Instrúyanse, porque necesitamos toda nuestra inteligencia. Conmuévanse, porque necesitamos  todo nuestro entusiasmo. Organícense, porque necesitamos  de toda nuestra fuerza” Antonio Gramsci.


[1] https://mcarmonacurtido.blogspot.com/2022/10/buscar-la-verdad.html

jueves, 20 de octubre de 2022

BUSCAR LA VERDAD


El pasado lunes 17 de octubre tenía lugar un encuentro entre los expresidentes socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, Felipe González y el actual presidente del gobierno Pedro Sánchez, en conmemoración al cuadragésimo aniversario de la victoria socialista en las elecciones de 1982.

 

En la rueda de prensa posterior, Felipe González hizo unas declaraciones que resultan significativas a la hora en la que los políticos entienden la democracia: “en democracia la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad, muchas veces nosotros sabemos que las razones se confunden, pero al final, esa verdad que es lo que los ciudadanos creen que es verdad, se traduce en decisiones de voto y esas decisiones de voto nos llevan o nos alejan del poder”. Lo que traducido resulta es que como diría Groucho Marx “estos son mis principios, si no les gusta, tengo otros”. Esto es que en política hay que seguir el pensamiento mayoritario para poder seguir agarrado al poder, porque según González esa es la verdad (aunque todo el mundo esté equivocado).

Fuente: @ElHuffpost (twitter)

No puedo estar más en desacuerdo con esas declaraciones. Como dice el dicho popular, “la verdad es la que es, la diga Agamenón o su porquero” y por mucho que una amplia mayoría esté de acuerdo esa no tiene porqué ser la verdad.

Tal y como lo define el expresidente, estar en sintonía con el sentir popular es lo que acerca o aleja del poder a los políticos, sin embargo, debería preguntarse ¿dónde está el criterio pedagógico de la clase política?, ¿dónde queda la ideología?, ¿cuál es el objetivo de alcanzar el poder?, etc.

La búsqueda de la verdad ha sido uno de los objetivos principales de la filosofía a lo largo de su historia. La mayéutica socrática es buen ejemplo de ello, magistralmente redactado por Platón en sus diálogos, sin embargo, esta búsqueda ha dado paso a la construcción de una “verdad” utilitarista basado en los principios propagandísticos de Goebbles donde una mentira repetida cien veces se convierte en verdad, cuando en realidad sigue siendo una mentira.


La verdad, no es una cuestión de perspectiva, no existe “nuestra verdad”, la verdad está compuesta por hechos objetivos incuestionables que pueden coincidir con nuestro criterio o no coincidir, pero seguirá siendo la verdad.

En política, la verdad debería estar centrada en lo que es mejor para la mayoría de los ciudadanos, no en lo que los ciudadanos creen o dejan de creer, y al contrario de lo que dice el expresidente, los políticos deben intentar convencer a los ciudadanos de que sus propuestas es lo que, de verdad, más conviene a la mayoría, no lo contrario.

“Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta” Sócrates.

jueves, 13 de octubre de 2022

HOY, 1984

 

En 1948 veía la luz la obra de George Orwell titulada “1984”, allí se describe una sociedad futurista distópica, donde el Sistema tiene todo el poder con respecto al individuo, describe una sociedad gris, donde el atreverse a cuestionar el Sistema es castigado, no solo con la muerte, sino con la desaparición total de la historia, no dejar huella, no haber existido nunca.


Esta sociedad, descrita por Orwell, se fundamenta en los siguientes pilares: el control total de la prensa, manipulando la información siempre en beneficio propio, el control del pasado para justificar las acciones del presente, el control total de los movimientos de la población, manipulación de los datos, trasladar la certeza de que el “Gran Hermano”, nombre con el que se designa al líder, todo lo ve, todo lo sabe, pero nadie lo conoce realmente, un mundo dividido en tres bloques: Oceanía (que podríamos considerar occidente) Eurasia (Europa y Asia) y Asia Oriental, en un estado de guerra continuo.


Hoy estamos en 2022 y nuestro presente no parece muy distinto (aunque hay matices que lo diferencian) al que describió Orwell en su novela.

La manipulación de la información, es más que evidente, donde los grandes medios dirigen el foco a aquellas noticias que interesa difundir, con el enfoque necesario para posicionar a favor o en contra a la población según interese. La prensa no es controlada por el Estado, sino por la banca, que es quien se sienta en los consejos de dirección de los grandes grupos de comunicación.

La historia se manipula a placer, ocultando datos, exagerando otros, importando más el relato interesado que los datos objetivos. La gente parece más interesada en aprender historia a través de series de televisión que de su estudio como ciencia.

Nuestros gustos, intereses, si viajamos o nos quedamos en casa, nuestras compras etc., son controladas por empresas gracias al terminal del teléfono móvil, todos hemos visto como nos llegan anuncios a nuestras redes sociales, después de haber hablado de una posible compra, un posible viaje, etc., que estamos interesados en realizar.


La sensación de que no hay alternativa a este sistema, todo lo que cuestione al Sistema es tachado de “radical”, “peligroso”, “antidemócrata”, etc., los “expertos” saben lo que necesitamos y las políticas que hay que aplicar, la democracia ha quedado en segundo plano. Cuestionar al Sistema te posiciona fuera de él y te aísla del resto.

La guerra de Ucrania ha iniciado una recomposición de bloques muy similares a los descritos por Orwell, y la sensación permanente de estar en guerra, incluso sin que nuestro país lo esté oficialmente, hace que la población se encuentre en continua tensión.

Desconozco si hay marcha atrás, si esta situación es reversible, si en algún momento las utopías volverán a tener más fuerza que las distopías. Lo que sí es seguro es, que mientras la ilusión de crear un mundo mejor que el que tenemos no supere al conformismo que nos hemos implantado, la obra de Orwell se hará cada vez más presente.

“Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán conscientes. Ese es el problema” 1984. George Orwell

miércoles, 5 de octubre de 2022

REGULACIÓN O PROHIBICIÓN

 

Existe un debate que surge intermitentemente donde se confrontan dos tesis relacionadas con la prostitución, estas tesis son: regulación o prohibición (aunque se suele usar el eufemismo “abolición”).

La primera de las posturas, la regulación, se fundamenta en que  ya que la prostitución es un asunto que existe desde tiempo inmemorial, si se va a ejercer, que se cuente con una serie de garantías y derechos laborales, su cotización a la Seguridad Social, etc.

La segunda de las posturas, la prohibición, establece medidas coercitivas para aquellas personas que la ejerzan, que la consuman o inciten a ella, con el objetivo de hacer desaparecer la prostitución de nuestro país. Hay que decir que la prostitución en la actualidad se encuentra en una situación de “alegalidad” (no es legal, pero tampoco está prohibida).

Antes de tomar parte en alguna de las dos posiciones deberíamos de pararnos a pensar en las siguientes cuestiones:

-          ¿Quién ejerce la prostitución? Me atrevería a asegurar que las personas que ejercen la prostitución lo hacen para cubrir una imperiosa necesidad económica (no incluyo a las personas que han sido víctimas de trata y se han visto obligadas a ello). Ninguna persona sueña en su niñez con ser prostituta (utilizaré el género femenino ya que es una actividad mayoritariamente feminizada). Nadie que tenga otras opciones laborales se plantea ejercer la prostitución.

-          ¿Quién se beneficia de los ingresos de la prostitución? Todos los clubs de carretera que se encuentran a lo largo y ancho de España pertenecen a una persona o grupo de personas que obtienen grandes beneficios gracias a la actividad que en ellos se lleva a cabo.

La prostitución es un ejemplo más de la lucha de clases, donde personas con necesidades económicas son explotadas por personas que se aprovechan de su situación de debilidad. ¿Cuántas personas provenientes de familias socioeconómicamente bien situadas se dedican a la prostitución? Podríamos asegurar que la mayoría de las prostitutas provienen de las clases populares.

Pero, la prohibición no puede ser suficiente, ya que, a fin de cuentas, estas mujeres cubren sus necesidades económicas con esta actividad, así que habrá que invertir en programas sociales que ayude a este colectivo a poder ganarse la vida con otro trabajo.

No es una cuestión moral, ni tampoco económica, es simplemente, una cuestión de justicia, porque, parafraseando a J. J. Rousseau, nadie debería verse en la necesidad de venderse a otra persona.

Para profundizar en este tema recomiendo la lectura de “El año que trafiqué con mujeres” del periodista Antonio Salas.

“La prostitución es la más horrible de las aflicciones producidas por la distribución desigual de los bienes del mundo” Flora Tristán.