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miércoles, 29 de mayo de 2019

NI NOS DOMARON...


Si hay algo que caracterice a la militancia de izquierdas es su capacidad de resistencia. Los malos resultados electorales sufridos a nivel general en las pasadas elecciones del 26 de mayo, no son, ni de lejos, la peor situación que han sufrido las organizaciones de izquierdas a lo largo de su historia.

Salvo en honrosas excepciones, los resultados han sido francamente malos, pero lejos de desanimar a la militancia, esta situación la hace más compacta, más fuerte y más combativa, y es que, lejos de lo que pasa en los grupos mayoritarios, donde acuden algunas personas para poder catar los frutos que genera el poder, la militancia de izquierdas, de la que se viene llamando la “izquierda transformadora”, lo único que la guía son los ideales y los sueños por conseguir un mundo mejor, más justo, más libre, donde la colaboración esté por encima de la explotación.

No tener fácil acceso a las mieles del éxito es suficiente método de control para que trepas y aprovechados no medren en las estructuras de la izquierda.
Conozco compañeros que militaron durante la dictadura, compañeros que cumplieron condena, quien aun tiene algún familiar enterrado en una cuneta desconocida, quien fue agredido por la policía en manifestaciones durante la transición, y a pesar de todo siguen estando al pie del cañón luchando por conseguir un mundo más justo.

Unos malos resultados electorales no nos van a apartar de la lucha, sería insultar a aquellos y aquellas que se jugaron algo más que cierta representación municipal, autonómica o nacional.
Hacer la revolución no es llevar a cabo un estallido violento contra las instituciones, sino cambiar las estructuras socioeconómicas que mejoren las condiciones de vida de la mayoría social. Tal y como dijo Ernesto “Che” Guevara el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor: amor a la libertad, amor a la justicia, en definitiva amor a la humanidad. Y en ese amor a un mundo más justo seguimos en la brecha.
No nos queda más que reflexionar, corregir errores y continuar la lucha.
Seguiremos siendo la china en el zapato, la voz de los trabajadores en precario, los jóvenes que se ven obligados a emigrar, los desempleados, las mujeres, los pensionistas…, a fin de cuentas seguimos siendo LA RESISTENCIA.
“Ni nos domaron, ni nos doblaron, ni nos van a domesticar” Marcelino Camacho.

martes, 21 de mayo de 2019

“MUJER, RETORNA AL HOGAR”


El 28 de noviembre de 1934 se publicaba en la revista conservadora de la localidad del Puerto de Santa María, llamada Revista Portuense, un artículo titulado “Mujer, retorna al hogar”, donde se valoraba el papel de la mujer como esposa y regente del hogar, al servicio del hombre.
Comenzaba el conocido Bienio Negro (1934-1936) durante la II República Española, donde los grupos conservadores encabezados por la CEDA, ostentaron el gobierno de la nación.

Este discurso viene a la razón de los movimientos de liberación de la mujer que crecían a partir de la entrada de la II República a partir de 1931, donde podemos destacar aspectos como el divorcio, el voto femenino, libertad de culto, etc. y que se vieron truncados con la posterior guerra civil que tuvo como resultado cuarenta años de dictadura.
Es curioso que las declaraciones de Ortega Smith, Secretario General de Vox, podrían formar parte del artículo anteriormente mencionado. Hace pocos días, Ortega Smith, declaraba que las mujeres podían decidir sobre cortarse el pelo o pintarse las uñas, pero no pueden decidir sobre su propio cuerpo.
Es bochornoso que en pleno siglo XXI, haya representantes políticos empeñados en hacernos retroceder cien años, y aún más bochornoso es que haya población que lo apoye.

Desde aquí, me gustaría aprovechar estas líneas para pedir a todos y a todas que la mujer no retorne al hogar, que salga a la calle, que reivindique su espacio, que impida que volvamos a retroceder en libertades.
Es el momento de luchar por nuestros derechos, no podemos dejar que vengan a decirnos como debemos vivir, como debemos expresarnos, con quien dormir, etc.
La “liberación de la mujer” es un imperativo necesario y aún queda mucho por hacer, el techo de cristal, visibilización, violencia de género, etc., día tras día vemos como son noticias sobre violaciones, muertes de mujeres a manos de sus parejas o exparejas, etc.

No podemos permitir que nos obliguen a volver atrás, España es pionera de avances sociales y siempre que se han producido estos avances los conservadores ha hecho todo lo posible por derrumbar esos avances, sirvan como ejemplo los siguientes:
-          El voto femenino se consigue en España en 1933, tras el Golpe de Estado de 1936 nadie volverá a votar hasta la muerte del Dictador cuarenta años después.
-          En 2005, España es uno de los primeros países en legalizar el matrimonio igualitario, abriendo el camino para que otros países siguieran la misma senda, visibilizando un colectivo tan denostado como el LGTBI.
No permitamos que nos vuelvan a llevar a 1934.
“El proletariado no tiene sexo; es el conjunto de todos los hombres y mujeres que luchan para obtener un fin común”. Ernesto “Che” Guevara.

martes, 14 de mayo de 2019

MÁS DEMOCRACIA.


No se puede entender la Democracia sin que la población participe en la toma de decisiones políticas, al fin y al cabo todo es Política.
Para que exista una verdadera democracia, debemos atenernos a su significado etimológico, compuesto por las palabras griegas “demos” (pueblo) y “Kratia”(gobierno), esto es el “Gobierno del pueblo”.
Fue con el movimiento 15 M cuando se puso en cuestión, por primera vez en España desde 1978, el modelo político existente, donde jóvenes y no tan jóvenes se cuestionaban si el modelo político era una verdadera democracia.

Para que el pueblo participe de las decisiones deben de crearse mecanismos válidos que posibiliten esta participación con garantías. Pero la creación de herramientas de participación no es suficiente para que ésta se dé con garantías, la principal herramienta es la formación de la población en los asuntos públicos.
Nuestro sistema cuenta con un déficit desde su origen, y es la falta de formación de la ciudadanía con respecto a los mecanismos establecidos para la participación en política.
Poca gente conoce la Ley que rige cualquiera de los procesos electorales que se llevan a cabo en nuestro país, o qué es una Iniciativa Legislativa Popular (ILP), cuales son los mecanismos de contactos con los representantes políticos de su circunscripción electoral, etc.
El desconocimiento es el caldo de cultivo para la manipulación, por eso es importante tener un pueblo formado, que conozca sus derechos, las herramientas de las que dispone para poder hacer llegar su voz a los organismos oficiales, y no ser oídos únicamente cada cuatro años.

Para ello, existen dos caminos para articular estas herramientas de participación: o bien los organismos oficiales crean estos mecanismos o bien la presión popular genera estas herramientas.
Según el Estatuto de Andalucía en su artículo 11. Promoción de los valores democráticos y ciudadanos. Cita textualmente “Los poderes públicos de Andalucía promoverán el desarrollo de una conciencia ciudadana y democrática plena, fundamentada en los valores constitucionales y en los principios y objetivos establecidos en este Estatuto como señas de identidad propias de la Comunidad Autónoma. Con esta finalidad se adoptarán las medidas precisas para la enseñanza y el conocimiento de la Constitución y el Estatuto de Autonomía”.

Ahora que estamos en campaña electoral para las municipales, es el momento de exigir, como ciudadanos y ciudadanas, que los Ayuntamientos “promuevan el desarrollo de una conciencia ciudadana y democrática” generando mecanismos de participación y la formación suficiente para hacer un país más democrático.
“Empoderamiento significa ser capaz de elegir y de actuar de manera efectiva conforme a las elecciones realizadas “ Zygmunt Bauman.

miércoles, 8 de mayo de 2019

DECONSTRUCCIÓN SOCIAL.


La sociedad en la que vivimos cada vez es más impersonal, a pesar de ser la sociedad que tiene más herramientas de interconexión entre los miembros de la misma. Las distintas redes sociales han hecho que podamos estar en contacto a lo largo y ancho del planeta, aun así, es asombrosa la soledad que padecen muchas personas en las sociedades avanzadas.
Hace pocos días teníamos la triste noticia, publicada por Europa Press, con el siguiente titular: Hallan otro cadáver momificado de un hombre en Puente Vallecas (Madrid) del que no se sabía nada desde hacía un año.

Es terrible que una persona, no solo muera en soledad, sino que además no haya nadie que lo eche de menos durante un año, lamentablemente este tipo de noticias cada vez son más habituales en los medios de comunicación.
Esta situación debería llevarnos a la siguiente reflexión: ¿es esta la sociedad que queremos? ¿sería esta situación imaginable hace treinta años?
La sociedad occidental presume de ser una sociedad avanzada, incluso se atreve a exportar su modelo de convivencia a otras sociedades con otros modelos sociales más humanos, donde las relaciones personales prevalecen a las relaciones económicas, a pesar de no poseer las herramientas para ampliar la conectividad entre todas las personas.

No hace mucho que vivíamos en casas con las puertas abiertas donde los vecinos se conocían y los hijos se criaban entre todos, se sabían las necesidades de unos y otros y no dudaban en echarse una mano cuando era necesario. En la actualidad somos celosos de nuestra privacidad, intentamos no contar nuestros problemas y es más fácil saber dónde hemos ido de vacaciones siguiendo nuestras redes sociales que porque se lo digamos a las personas que viven cerca de nosotros.
Esta es la sociedad que estamos construyendo, pequeñas islas individuales desde las que tendemos puentes ocasionalmente para cuestiones concretas. Cabría hacerse otra pregunta ¿vivimos mejor ahora que antes? No lo creo.
Lamentablemente, cada vez son más las personas que mueren solas, mientras el resto seguimos el vertiginoso ritmo que hemos impuesto a nuestras vidas.
A pesar de todo ¿hay algo más triste que morir solo? Rotundamente sí, morir solo y que nadie te eche de menos.
“El mundo como lo hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento, no puede ser cambiado sin cambiar nuestro pensamiento” Albert Einstein.