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martes, 30 de mayo de 2023

FILOSOFÍA EN UN PLATO DE LENTEJAS

 

Diógenes de Sinope (412 a.C.-323 a.C.) es quizás el menos conocido de los filósofos conocidos, también conocido como Diógenes el Cínico, cuenta con un variado número de historias, que son llamativas por la respuesta que el filósofo da a sus interlocutores independientemente de la posición social de éste. Tal sería la fama que alcanzaría que el propio Alejandro Magno llegaría a decir “si no fuera Alejandro, me gustaría ser Diógenes”.

Una de estas historias cuenta que estando Diógenes en la entrada de una casa cualquiera comiendo un plato de lentejas (las lentejas era el alimento más barato en la Grecia clásica) reparó en él Aristipo, otro filósofo que venía de la casa del gobernador, al verlo allí comiendo lentejas, se acercó a él y le dijo “si fueras sumiso y supieras alabar al gobernador, no tendrías que comer lentejas”, a lo que contestó Diógenes “si te gustaran las lentejas no tendrías que alabar al gobernador”.

En esta conversación se confrontan dos corrientes filosóficas contrapuestas: la escuela cínica a la que representa Diógenes y la escuela cireanaica representada por Aristipo.

Para la escuela cínica la felicidad consistía en volver a la naturaleza, alejándose de las convenciones sociales, de ahí la actitud de Diógenes que rechazó toda propiedad y vivía en la calle, durmiendo al raso cuando hacía buen tiempo y en un tonel cuando azotaban las inclemencias meteorológicas. Sin embargo para la escuela cirenaica, la felicidad se encontraba en el placer, practicando el hedonismo (la búsqueda del placer), de ahí se entiende que Aristipo adulara al gobernador para favorecerse de los posibles favores que éste pudiera facilitarle.

Han pasado más de dos mil años y estas escuelas filosóficas desaparecieron como tales pero si observamos con atención, aún existen cínicos (en la acepción filosófica de la palabra) y cirenaicos que pululan en nuestras calles, los vemos en televisión y pregonan su doctrina en redes sociales y medios de comunicación.

La pregunta que debemos hacernos sería ¿Cómo seriamos más felices siguiendo la doctrina de Diógenes, abandonando toda convención social aunque eso nos obligue a comer lentejas diariamente? O ¿seriamos más felices siguiendo las enseñanzas de Aristipo que nos facilitaría disfrutar de los placeres aunque para ello tuviéramos que dedicarnos a “hacer la pelota” a los poderosos de turno?

Seguramente la mayoría de las personas no está dispuesta a seguir a una u otra doctrina, y creo que se encontrarían igual de infelices teniendo que comer lentejas a diario que “haciendo la pelota” a los poderosos aunque eso les facilite comer los más ricos manjares.

¿Vale nuestra dignidad un plato de lentejas? Quién sabe, que cada cual ponga su precio.

 “Mediocre y sabiendo arrastrarse, uno llega a todas partes” Pierre Augustin de Beaumarchais.

 

domingo, 21 de mayo de 2023

SEGUIR EVOLUCIONANDO

 El siguiente paso en la evolución de los sistemas económicos a lo largo de la historia.

“La burguesía ha sido la que primero ha demostrado lo que puede dar de sí el trabajo del hombre; ha creado maravillas muy distintas a las pirámides de Egipto, a los acueductos romanos y a las catedrales góticas, y ha realizado campañas muy distintas a las emigraciones de los pueblos y a las cruzadas”. Esta cita no está sacada de ningún filósofo o economista conservador o liberal, como puede parecer, es un extracto del Manifiesto Comunista escrito por Marx y Engels en 1848, y es que a pesar de lo que pueden pensar aquellos que jamás han leído a estos autores, Marx y Engels llevan a cabo el  análisis más exhaustivo que se ha realizado nunca del sistema Capitalista, abarcando desde sus aspectos económicos, hasta los filosóficos y morales en los que se sustentan.

Todas las sociedades a lo largo de la historia han tenido un hándicap a la hora de mantener a la población, este hándicap ha sido superar la escasez de abastecimiento. La falta de alimento, generalmente, ha sido la principal causa de revueltas y revoluciones a lo largo de la historia, pero hasta la implantación del sistema capitalista y la revolución tecnológica que ha ido en paralelo, el sustento de la población estaba determinado por la condiciones naturales, plagas, sequías, inundaciones, etc., condicionaban la producción de alimentos y provocaban unos altos índices de descontento social.

Hoy, gracias a pesticidas, una mejora en las herramientas agrícolas, vacunas para los animales, etc., la producción se ha disparado y es posible alimentar a los 8,8 miles de millones de personas que habitamos el planeta.

Lo que no ha conseguido el sistema Capitalista ha sido un mecanismo de reparto justo y equitativo de la riqueza que facilite que se eviten hambrunas en algunas partes del mundo.

Existen datos que demuestran que el reparto desigual de la riqueza es la piedra en el zapato del sistema socioeconómico que impera de manera universal desde la caída del bloque soviético en los años 90. El Informe sobre el Desarrollo Humano publicado por la ONU en 1996 exponía que sólo 358 personas acumulaban tanta riqueza  como el 45% de la población mundial.

Mientras el primer mundo tira la mitad de la comida que produce, el tercer mundo sufre las consecuencias de la hambruna de manera periódica, una situación que se hace insostenible, provocando guerras (desconocidas y silenciadas en el primer mundo) y movimientos migratorios de personas que intentan acceder a condiciones mínimas de dignidad.

El hambre fue lo que dispuso cambios políticos significativos a lo largo de la historia, fue el hambre lo que provocó la Revolución Francesa o la Revolución Rusa, por citar sólo de las dos revoluciones más importantes de la Era Contemporánea, puede que la economía se haya globalizado, pero sus consecuencias las sufriremos de forma global, cuando el hambre sea insostenible, los “parias de la tierra” volverán a alzarse exigiendo lo que en justicia les pertenece.

“El capitalismo provoca desigualdades acusadas en la riqueza, cimentadas en la propiedad privada o acceso diferencial a los recursos y a la infraestructura de la producción” Marvin Harris.

Manuel Carmona Curtido

lunes, 15 de mayo de 2023

HACE 90 AÑOS

 

Hace noventa años, Adolf Hitler a la cabeza del partido nazi se hacía con el poder en Alemania, es fácil oir que Hitler ganó unas elecciones, de ser esto cierto ¿Cómo fue posible que en un sistema democrático triunfara la barbarie nazi? ¿Todos los alemanes se volvieron locos seguidores de un sociópata como Hitler? ¿Cuál fue el caldo de cultivo que propició la victoria nazi?

En realidad Hitler, nunca ganó unas elecciones democráticas. En enero de 1933, el partido nazi obtuvo el 11% de los votos, pero debido a la inestabilidad política, los partidos conservadores propusieron a Hiddenburg que nombrara a Adolf Hitler canciller, con la idea de utilizarlo para sus propios fines, en ese parlamento, el partido nazi solo tuvo dos miembros, en febrero de 1933 el Reichstag arde y el partido nazi, se apresura a culpar a los comunistas del incendio, el único apresado es ajusticiado tras un juicio con escasas garantías, comienza la persecución de opositores al nazismo con el objetivo de acabar con cualquier oposición política para las siguientes elecciones. El 5 marzo hay nuevas elecciones y el escrutinio se divide entre partidos de izquierdas que obtienen el 30% de los votos y el partido nazi no obtiene la mayoría deseada.


El 15 de marzo se prohíbe el partido comunista y se endurece la represión, las cárceles se llenan y comienzan a construirse los primeros campos de concentración.

El 23 de marzo, el parlamento otorga a Hitler la capacidad de legislar sin oposición del parlamento. El golpe de estado se ha consumado. Lo que siguió es de sobra conocido por todos.

Previamente existe un caldo de cultivo que favorece todos estos acontecimientos: el antisemitismo era una corriente ideológica común en europa desde el siglo XIX, recomiendo que vean la película de Roman Polanski “El oficial y el espía” sobre el caso Dreyfus, que dio pie al famoso artículo de Emile Zola “Yo acuso”. Las humillantes sanciones impuestas por los vencedores a Alemania en el Tratado de Versalles, tras la primera guerra mundial, incentivó un nacionalismo exacerbado, corrientes filosóficas encumbraban el Darwinismo Social que justificaba el racismo y la división de los seres humanos en razas. El carisma de Hitler, como político joven, impetuoso y con una gran oratoria, que culpaba sin tapujos a los “culpables” de la situación de Alemania, que pregonaba la unidad nacional y prometía soluciones para la mejora de la situación de la población, junto con una estudiada propaganda, facilitaron que, llegado el momento, el partido nacionalsocialista alemán se hiciera con el poder.

No fue locura lo que vivió el pueblo alemán en los años treinta, fue producto de un número de situaciones, sumadas a la justificación “filosófica” y “científica” lo que permitieron ver con normalidad todo lo que sucedió después.

Es un tema tan complejo como apasionante, les invito a profundizar en los motivos del surgimiento del nazismo, conocer la historia nos vacunará contra los horrores del pasado.

“Allí donde la violencia se une con el poder, se da un incremento inmenso del potencial de violencia, impulsado por el poder de un espacio organizado, crece y se despliega siempre a costa de dicho poder” Hannah Arendt.

domingo, 7 de mayo de 2023

NO TENGAS MIEDO

 El miedo como herramienta de manipulación social.

El miedo es uno de los mecanismos de defensa más potentes del que disponemos, el miedo nos hace estar alerta, nuestro instinto de supervivencia se potencia, dejando en un segundo plano nuestra capacidad de razonar para poder actuar con rapidez en el momento necesario, evidentemente no vivimos en un entorno hostil donde necesitaríamos nuestros cinco sentidos para poder sobrevivir, pero hay datos que son significativos a la hora de poder analizar nuestros actos cuando percibimos el peligro.

Cuando vamos conduciendo y vemos un coche accidentado, nuestra atención se centra en este hecho, y durante un número de kilómetros significativo nuestra forma de conducir se hace mucho más segura: respetamos los límites de velocidad, extremamos la seguridad a la hora de adelantar, controlamos constantemente los vehículos que nos acompañan en la carretera, etc., esta atención se va relajando a medida que el tiempo de conducción se incrementa. Cuando se produce una pelea cerca de nosotros, solemos buscar un lugar seguro, alejarnos del espacio donde se está produciendo para evitar vernos implicados o recibir algún daño, etc., son muchas las situaciones donde el miedo nos pone a salvo, y no nos paramos a pensar que debemos hacer, sino que es nuestro instinto el que nos induce a actuar de una u otra forma para ponernos a salvo.

El uso del miedo ha sido utilizado históricamente para evitar que razonemos sobre las cuestiones que nos plantean, uno de los casos más evidentes son las noticias sobre las ocupaciones de viviendas, y la necesidad de contratar una alarma para evitar que cuando vengas de hacer la compra no se te haya metido un grupo de personas dentro de tu casa y no te dejen entrar. El miedo al de fuera, que te va a quitar el trabajo, o a vivir de tus impuestos, miedo a que Putin le dé por invadir España, miedo a que no haya dinero para las pensiones cuando nos jubilemos, el miedo hace que la población sea dócil y exija protección, a cambio de su propia libertad, endurecimiento de las penas, más policía, incremento en el gasto militar… lo que sea necesario para sentirnos seguros.

"EL MIEDO ES USADO PARA CONTROLARTE"

La mayoría de esos miedos son infundados y son creados con la finalidad de que nos sintamos desprotegidos, pero si controlamos nuestro instinto de supervivencia y razonamos las causas de estos miedos que nos han generado, veremos que no existe fundamento para sentir miedo, lo que necesitamos es pararnos a pensar, a razonar en que finalidad hay detrás de estos mensajes, ¿a quién le interesa que contratemos una alarma? ¿a quién  le interesa que contratemos un plan de pensiones? ¿quién sale beneficiado cuando se criminaliza a los inmigrantes? ¿quién se beneficia del incremento del presupuesto en defensa? ¿Quién se beneficia de nuestro miedo?

“Para sentir miedo es preciso que aún se tenga alguna esperanza de salvación por la que luchar” Aristóteles

lunes, 1 de mayo de 2023

SIGUIENDO EL RITMO

 

La revolución neolítica fue uno de mayores avances que ha experimentado la humanidad, el descubrimiento de la agricultura y la ganadería generó la aparición de la sedentarización de los grupos humanos provocando, con el tiempo, la  construcción de las primeras ciudades, del mismo modo, el nuevo modo de vida provocó nuevas enfermedades que el ser humano no había padecido anteriormente, como es el caso del reuma, artrosis y distintas dolencias relacionadas con los nuevos trabajos.

La revolución industrial fue un nuevo impulso en el avance de la humanidad que desarrolló nuevas enfermedades relacionadas con la contaminación ambiental, cada nueva etapa en la humanidad ha venido acompañada de nuevas dolencias directamente relacionadas con un nuevo modo de vida.

Hoy día, nuevas enfermedades están directamente relacionadas con nuestra forma de vida, muchas de estas enfermedades son padecidas sin que el paciente sea consciente de sus síntomas, la mayoría de ellas están relacionadas con las enfermedades mentales, el estrés, la ansiedad, etc., nos acompañan en nuestro día a día, sin que demos importancia a sus síntomas.

Los nuevos ritmos de vida impuestos nos hacen ir de un lado a otro, siempre pensando en lo siguiente que tenemos que hacer, nuestro trabajo es continuamente interrumpido con tareas pendientes, igual de urgentes que las que estamos realizando, un ritmo frenético que no nos deja disfrutar de lo que estamos haciendo y nos impide dedicar tiempo a acciones que han perdido valor, como disfrutar de una puesta de sol o pasar la tarde escuchando música.

Comemos mientras vemos la televisión, revisamos las redes sociales de manera sistemática, cualquier acto social va acompañado de publicaciones en Instagram, para poner de manifiesto que nuestra vida no es tan gris como vemos en nuestro día a día, nuestra capacidad de concentración se reduce y, cada vez más, solo podemos mantener la atención el tiempo que dura un video de tik tok.

La olla rápida aminoró el tiempo que hay que dedicarle a un buen guiso para que podamos dedicar ese tiempo a ser eficientes y rentables (aunque los beneficios de esa rentabilidad sean para otras personas). Las conversaciones con los demás se limitan a temas triviales porque hemos perdido el interés en lo que piensan los demás, si de todas formas los algoritmos me demuestran que tengo razón.

Con todos los avances que ha producido la humanidad desde que se llevara a cabo la revolución neolítica, cada vez disponemos de menos tiempo y disfrutamos menos del que tenemos. Quizás ha llegado el momento de parar, disfrutar de ver como se pone el sol en el horizonte, porque con toda seguridad, mañana volverá a salir el sol.

“Hay muchas maneras de estar vivo, pero solo una de estar muerto” Jorge Wagensberg