Que el
movimiento feminista es uno de los movimientos sociales con mayor visibilidad y
que está consiguiendo mayores logros, no cabe la menor duda. Las movilizaciones
sociales con las que cada vez más personas se sienten identificadas son cada
vez más numerosas, los colectivos que se autodenominan “feministas” se están
multiplicando por todo el mundo, esto sin duda es un logro del que deberían
aprender otros movimientos sociales, principalmente el movimiento obrero.
Las
referencias inmediatas del movimiento feminista nos llevarán a los años sesenta
en los Estados Unidos, en los movimientos a favor de los Derechos Humanos
encarnados en la figura de Angela Davis.
Si nos
adentramos en la historia del movimiento feminista internacional, llegaremos a
primeros de siglo tomando como referentes a Jane Austeen o Virginia Wolf, a las
que sumaremos a las mujeres que se organizaron a favor del voto en Inglaterra
que se expandió por todo el globo, conocidas como “las sufragistas”.
En España,
hemos de saltarnos cuarenta años de dictadura franquista para encontrar al colectivo
denominado como “las sin sombrero” a las que pertenecen autoras de tanta
relevancia como María Teresa León o María Zambrano, entre otras.
En el plano
político, encontramos a mujeres que lucharon con todas sus fuerzas para que las
mujeres tuvieran la oportunidad de ejercer el voto, en las mismas condiciones
que los hombres, durante la Segunda República Española, como Victoria Kent o
Clara Campoamor. En el sector educativo podemos destacar a María Maeztu con su
academia para mujeres, donde se impartían las enseñanzas de la Escuela Libre de
Enseñanza.
Y hasta aquí
llegamos, años veinte del siglo pasado. Sin embargo, existió un movimiento
feminista previo, y que se identificaba y se definía como tal.
Gracias a
Manuel Almisas Albendiz y su formidable trabajo de investigación podemos
conocer la historia del movimiento feminista hasta el último cuarto del siglo
XIX. En su obra ¡PASO A LA MUJER! Biografía de Amalia Carvia, podemos
contemplar como el movimiento feminista tenía unos referentes que podían
compararse al movimiento feminista en Inglaterra, que ponía a España en el mapa
de Europa en lo relativo a luchas y avances sociales.
La figura de
Amalia Carvia, fue un referente del movimiento feminista español desde finales
del siglo XIX hasta la victoria de las tropas fascistas en la Guerra Civil
Española, donde ella y todas las mujeres volvieron a los fogones, donde el
régimen franquista encerró a las mujeres y sus aspiraciones a no ser tratadas
como ciudadanas de segunda clase.
El libro de
Manuel Almisas debe ser leído, estudiado y difundido para poder conocer las
raíces del movimiento feminista en España y poder estar orgullosos de una parte
de la historia de nuestro país donde se luchó por un mundo más justo para todos
y todas.
Tomando a
Amalia Carvia como eje central, Almisas descubre todo una colectivo de mujeres
organizadas y dispuestas a conseguir los mismos derechos que disfrutaban los
hombres.
“No, no pueden ser “bienaventurados” los
pobres de espíritu, ni los mansos, ni los pacíficos, “bienaventurados” serán
los fuertes, los que tengan las energías bastantes para revelarse contra todas
las injusticias” Amalia Carvia
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