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jueves, 14 de mayo de 2020

MI PARTIDO DE FUTBOL.

Esta semana he cumplido 44 años, y podría decirse, utilizando un símil futbolístico, que ya me encuentro jugando la segunda parte del partido de mi vida, y ¡vaya tela como se está poniendo el partido!

He vivido, al menos que tenga constancia, dos crisis económicas globales, la del 2008 y la que ahora comienza a aparecer gracias a la paralización de la economía provocada por la pandemia mundial que estamos viviendo, pero a pesar de todo esto, puedo decir que el partido no pinta mal gracias al gran equipo del que he tenido la suerte de pertenecer.

He tenido los mejores entrenadores que podía tener, mis padres, que siempre me han animado a conseguir los retos que me he planteado, que me han aconsejado en los momentos en los que el rival presionaba y perdía la posesión del balón, los que me enseñaron a plantarme en el terreno de juego y a no dar un balón por perdido, a adquirir la técnica necesaria para afrontar los lances duros que estaban por venir, a lo que siempre puedo recurrir en momentos de incertidumbre.

El segundo entrenador sería mi hermana, a la que siempre le pido consejos y seguimos teniendo nuestras confidencias, una relación, que como los buenos vinos, mejora con cada año que pasa.

Pero si los entrenadores son buenos, igual de bueno es el equipo en el que juego. Mi compañera Inma es el 10 del equipo, se sitúa en el centro del campo y distribuye el juego como nadie, organiza el equipo y corrige los fallos que se puedan cometer.

Sin duda el tridente ofensivo es de lo más letal, mis hijos, que con cada sonrisa, meten gol a los momentos difíciles que vivimos y te hacen llevar siempre la iniciativa del partido.

Mis amigos, con los que puedo contar para hacer una pared que desequilibre a la defensa rival en una jugada de ataque.

Y aunque el partido se ponga cuesta arriba, aunque parezca que la presión que recibimos terminará por hacernos un gol que nos ponga difícil alcanzar la victoria, con este equipo es imposible perder, porque, incluso si el marcador se nos pusiera en contra, hay minutos por disputar y calidad para remontar el resultado.

Y yo, al que nunca se le dio muy bien jugar al futbol, intento no desmerecer formar parte de este equipo.

Gracias por estos maravillosos 44 años.

 

 

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