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miércoles, 7 de julio de 2021

DAVID CONTRA GOLIAT.

             Que los únicos bancos de los que te puedes fiar son los que están colocados en los parques de tu pueblo o ciudad, es algo que, creo, todos sabemos ya a estas alturas. Las dudosas praxis, los grandes beneficios que generan a costa de todos los contribuyentes, habiéndose convertido en un lobby con capacidad para hacer torcer el brazo de cualquier Estado es una realidad evidente,  por lo que podemos imaginarnos como de indefensos nos encontramos los ciudadanos de a pie ante el todopoderoso Goliat.

Hace unos días me llegó una historia, que muestra cuales son todas las artimañas que puede utilizar la banca para someter a un pequeño empresario cuyo único objetivo es vivir a la vez que proporciona empleo a sus vecinos, permítanme que omita nombres, por motivos evidentes.


Encontrándonos en marzo del año pasado y viendo la crisis que estaba por llegar, este pequeño empresario solicitó a su sucursal bancaria una reunificación de su deuda con el objetivo de poder hacer frente a los pagos sin realizar ningún despido en la plantilla, ante la negativa del banco a reunificar sus pequeños préstamos le propusieron una rehipoteca de su vivienda habitual sumando la contratación de una alarma y una televisión (artículos que no necesitaba en absoluto), a lo que se niega rotundamente. Viendo como pasaban los meses y como los pagos de los seguros sociales se venían encima, solicitó a su sucursal que le fraccionaran el pago de la tarjeta de crédito para poder realizar los pagos con mayor solvencia, en lo que encontró una nueva negativa por parte de su sucursal.

No contento con estos, su entidad le canceló, sin previo aviso, la línea de crédito que tenía concedida, complicando, aún más, su estabilidad financiera, llegando al punto de incluirlo en la lista de morosos “ASNEF”, lo que le impedía buscar financiación en otras entidades.

Estando con el “agua al cuello”, su entidad le propone una prórroga de la línea de crédito por tres meses, así como dos préstamos personales con los reunificar sus deudas, creyendo que puede ser una tabla de salvación a su situación, y con la desesperación provocada por la falta de liquidez con la que abonar a sus trabajadores y trabajadoras, acepta y una vez que ha firmado la documentación en Notaría, recibe una carta del banco informándole que el departamento de riesgo de la entidad bancaria le ha denegado los préstamos por lo que anula la documentación firmada previamente, pero validando la vinculación de la esposa del empresario con las deudas que este mantiene con la entidad (previamente estaba excluida ya que se encontraban en régimen de separación de bienes).

Por lo que en la actualidad se encuentra sin financiación, en un listado de morosidad que le impide financiarse por otros medios y con su esposa endeudada debido a la “trampa” tendida por el banco.

Este es un ejemplo de como una entidad bancaria puede hacer hundir no solo a una empresa, sino a una persona cuyo único objetivo es trabajar.

Evidentemente, todo lo expuesto anteriormente se encuentra en los circuitos de reclamación pertinentes, debido a la mala praxis y el dolo con el que ha actuado la entidad bancaria, y espero que se solucione justamente.

“Los que hacen que las cosas cambien no son los que esperan, sino los que luchan” André Comte-Sponville.

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