Las películas de la franquicia Marvel han recaudado, desde el 2007, 29.500 millones de dólares, llevando a cabo películas donde han reaparecido superhéroes conocidos por todos, Spiderman, Iron Man, Hulk, Thor, etc., haciendo que miles de jóvenes den una nueva vida a personajes que vieron su momento más brillante en la época en la que los comics eran el único formato donde acercarte a ese mundo.
Yo, como todos, también tenía mi superhéroe
favorito, en mi caso mi superhéroe favorito era el Dios del Trueno, Thor, pero
no porque fuera alto, rubio y guapo, en mi caso, lo que llamaba mi atención era
su martillo, llamado Mjolnir, con el paso del tiempo creo que mi admiración por
Thor y su martillo viene determinado de que mi padre fuera carpintero, y el
Dios del Trueno era un reflejo de mi figura paterna.
Hoy, han dejado de gustarme las
películas de superhéroes, estas películas nos hacen ver que la sociedad solo
puede ser salvada por personas que o bien tienen superpoderes, que nadie más
tiene y que han sido conseguidos de una manera extraordinaria, como puede ser
Spiderman o Hulk, o bien tienen tanto dinero que se han fabricado sus propios “poderes”,
como el caso de Iron Man. El mensaje que trasladan estas películas es que la
humanidad necesita una figura con poderes sobrenaturales para mantenerla a
salvo. Los simples mortales somos meros observadores (en el mejor de los casos)
o víctimas de los malvados que quieren acabar con la humanidad (en el peor de
ellos), nada podemos hacer contra la maldad de la que debemos ser salvados.
Nunca me han gustado los salvadores, la historia nos demuestra que todos los “salvadores” que han existido han terminado esclavizando a aquellos que pretendían salvar.
Sigo creyendo que cuando los seres humanos trabajan juntos hacia un objetivo común no hay nada que los detenga, que la solidaridad es capaz de combatir cualquier mal, que la bondad puede hacer frente a la maldad, que luchar por el bien común es más poderoso que buscar el beneficio individual.
Y si tengo que seguir eligiendo un superhéroe,
seguiré eligiendo a Thor, encarnado en mi padre, al que le he visto hacer
proezas dignas de cualquier protagonista de las películas de Marvel, aunque
esas proezas quedarán en el ámbito de lo privado.
“La verdadera seguridad se halla más bien en la solidaridad, que en el
esfuerzo individual aislado” Fiodor Dostoyevski
Si bien es verdad que la mayoría de las pelis del Universo Marvel transmiten esos valores maniqueos que señalas, existe un cómic muy reivindicable (adaptado a cine y TV) llamado WATCHMEN que trata, precisamente, de los peligros que conlleva erigirse en salvaguardas de la humanidad teniendo superpoderes.
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