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jueves, 25 de enero de 2024

REGALOS

 

En una sociedad como la nuestra donde prima la imagen, la apariencia física se ha convertido en uno de los factores más importantes a la hora de relacionarnos. Las redes sociales se han encargado de potenciar esa idea, donde a la predominancia de la imagen, a las que se le añaden filtros para “mejorarla”, destacando colores, figuras, enfoque, etc., distorsionando la realidad para transmitir una imagen distinta a la original, eliminando o paliando las imperfecciones.


Existen miles de tratamientos para disimular las imperfecciones que la edad nos va dejando en el rostro, las intervenciones estéticas se han multiplicado, etc.

Nuestra relación con el mundo se ha convertido en una farsa, mostrándonos como esperan que nos mostremos y no como realmente somos.


Cuando recibimos un regalo, éste, suele venir envuelto en un bonito papel, brillante, con colores llamativos, dibujos artísticos, etc., pero al instante nos deshacemos del envoltorio para descubrir su interior, a la sorpresa inicial se une una emoción al ver lo que hay dentro, e independientemente del uso que se le dé al regalo, tras pasar un tiempo relativo con él, empieza a formar parte de nuestras pertenencias como una más, ya no es nuevo, ya lo hemos utilizado, ha dejado de sorprendernos, forma parte de nuestras pertenencias como una más. Sin embargo, cuando volvamos a tomarlo, no recordaremos el papel que lo envolvía, posiblemente habremos olvidado las emociones que sentimos al descubrir lo que era, y vagamente recordaremos las primeras veces que lo usamos, sin embargo, puede, que abra en nosotros una emoción cada vez que lo veamos o lo utilicemos, quizás nos agrade por lo que es, por lo que nos hace sentir, o puede que recurramos a ese objeto cuando tengamos alguna necesidad concreta, lo superficial habrá desaparecido al poco tiempo para quedar la esencia.


Con las personas pasa exactamente igual, todas y cada una de las personas que nos cruzamos son regalos que nos vamos encontrando, y al igual que los regalos el “papel” que los envuelve desaparece al poco tiempo, dejando al descubierto tal y como son, su capacidad de sorprendernos es cada vez más inusual, pero con el tiempo queda su esencia. Muchas pasarán, al igual que con las cosas que acumulamos en nuestra casa, al cajón del olvido, otras recurriremos a ellas por cómo nos hace sentir, o para satisfacer una necesidad concreta.

En el mundo de la imagen, la esencia sigue siendo lo más importante, porque el tiempo se encargará de tirar el “papel de regalo” a la basura, y se descubra a cada cual tal y como es.

Ten a esas personas cerca de ti, aunque estén lejos, yo procuro hacerlo con cada uno de esos “regalos” que la vida me pone por delante.

“Me avergoncé de mí mismo cuando me di cuenta que la vida era una fiesta de disfraces: ¡Y yo acudí con mi rostro real!” Franz Kafka

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