Las redes
sociales comenzaron siendo algo divertido, era un medio para ponerte en
contacto con personas que no veías habitualmente así como con otras personas
afines a tus mismos gustos, pero en la actualidad se han convertido en un medio
de comunicación de masas a añadir a los tradicionales.
Me sorprende
cuando personas que tengo agregadas a mis redes sociales difunden y comparten
noticias falsas, bulos, lo que ahora se llama, dentro de la colonización
cultural que vivimos “fake news”.
“Noticias”
cuyo único fin es intoxicar y generar un estado de malestar, bastante patente
por otra parte, dentro de la ciudadanía. Informaciones falsas, sobre
inmigración, el conflicto catalán, la izquierda política…
Existe un
método muy sencillo para desenmascarar estas noticias falsas: utilizar el
sentido común. De todas formas existen otros métodos más elaborados para
conocer la veracidad de una noticia: ¿está difundida por un medio de
comunicación fiable? ¿es una noticia que se repita en varios medios? ¿tiene
repercusión en los medios de comunicación extranjeros? ¿las imágenes que
presenta concuerdan con el titular?
Esto me lleva
a la siguiente pregunta: ¿importa a las personas que difunden estos bulos la
veracidad de la noticia? Imagino que en la mayoría de los casos, sí les
importa, pero debido a la falta de profundidad con la que se tratan los temas
en la actualidad, se quedan con el titular, de ahí la velocidad a la que
circulan este tipo de informaciones falsas por la red.
La importancia
de generar opinión a través de las redes sociales no ha pasado desapercibido
para nadie, y el propio Estado Islámico, gestiona miles de cuentas de twitter
con perfiles de extrema derecha con el objetivo de expandir el odio al extranjero
en Europa y Estados Unidos con el fin de que los musulmanes que viven en estos
territorios vivan la opresión generada por occidente de tal manera que no les
quede otra que abrazar los postulados integristas islámicos como respuesta al
racismo y xenofobia recibida. Incluso las elecciones presidenciales de Estados
Unidos, al parecer, sufrieron el ataque de este tipo de noticias, manipulando
la opinión de los estadounidenses provocando, según las últimas informaciones,
la victoria de D. Trump, un hecho que está siendo investigado en Estados
Unidos.
Somos tan
influenciables a la información que nos llega desde las redes sociales, que
muchos de los profesionales de este sector, han declarado abiertamente que no
utilizarían jamás este tipo de aplicaciones.
Existen
plataformas dedicadas a desenmascarar este tipo de bulos, pero desenmascarar un
bulo es más complicado que generar uno nuevo.
En la era de
la información es cuando más desinformados estamos.
“Es más fácil engañar a la gente que demostrarles que han sido
engañados”
Mark Twain.
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