Una frase muy común es que “tener un hijo te cambia la vida”, y es cierto que tener un hijo/a modifica tus hábitos cotidianos, pero lo que de verdad cambia tu vida y la determina para siempre es el trabajo que tengas.
El trabajo que desarrolles va a
determinar tus horas de descanso, los viajes que hagas, la ropa que lleves, las
actividades de ocio que disfrutes, la red social que crees, y las oportunidades
a las que puedas acceder, porque al fin y al cabo todo estará condicionado al
sueldo que cobres.
Por otro lado, y en gran medida, el acceso al puesto de trabajo viene determinado por tu posición social, como apunta Joseph Stiglitz la mayoría de las personas que nacen en una clase social morirán en esa clase social por mucho que se esfuercen por ascender, o por muchos deméritos que hagan para descender.
En un Sistema que tiene tan presente
el concepto de “Libertad”, este ha llegado a convertirse en un significante vacío,
puesto que las limitaciones socioeconómicas a las que todos estamos sujetos
establecen muros invisibles que nos impiden trascender a nuestro propio origen.
La ausencia de límites con la que se asocia al concepto de “libertad”, también
conocida como “Libertad negativa”, es una falacia.
Muchos de los empleos que se consiguen a lo largo de la vida laboral, de cualquier persona, está directamente relacionado con su red social, por lo tanto es lógico entender que si la red social está vinculada con las élites económicas los empleos a los que opten los demandantes de estas élites se encuentren en cargos directivos de las empresas afines. Por otro lado si la red social se encuentra vinculada en los empleos propios de la clase trabajadora, los empleos a los que accederá serán los propios a esta clase.
Esto no quiere decir que haya
personas que viniendo de estratos sociales inferiores no puedan acceder a capas
socioeconómica superiores, pero el esfuerzo para acceder a ellas es mucho mayor
que para las personas que ya son miembros de esta clase social.
Por otro lado, si existe un sector de
la población que tiene una marcada conciencia de clase, esta es las élites
económicas, y luchan por mantener sus privilegios ante cualquier “intruso” que
pertenezca a otro estrato social, como bien explicó el multimillonario
norteamericano, Warren Buffet.
“A los pobres se les enseña a cargar
con la culpa de su pobreza y así dirigen su resentimiento, primordialmente,
contra sí mismos o contra aquellos con quienes deben competir y que se
encuentran en el mismo peldaño de la escala de movilidad ascendente” Marvin
Harris.
Manuel Carmona Curtido
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