El antisemitismo es un término que se ha usado muy a la ligera desde el final de los años treinta del siglo pasado. Generalmente, se asocia el término “antisemitismo” con el “odio a los judíos” pero el término tiene acepciones mucho más amplias, y reducirlo al “odio a los judíos” es una simplificación demasiado reduccionista.
Los pueblos “semitas” tienen su origen en la mitología bíblica, se define semitas a los descendientes de Sem, hijo de Noé, que tras el diluvio universal se expandieron y se reprodujeron por oriente próximo. Por lo tanto los “semitas” serían todos los habitantes de aquella zona cuyas raíces se pierden en la historia, abarcando a las personas originarias de aquella zona.
Los judíos,
que han sido un pueblo sin nación desde tiempo inmemorial, citan su origen histórico
en la zona de oriente próximo, del mismo modo los Palestinos que viven allí,
donde no todos practican la religión musulmana (existe un número importante de
palestinos cristianos) son del mismo modo semitas, con una base mucho más
fiable que la de los israelíes de origen europeo, puesto que han vivido siempre
en aquella zona.
Siguiendo este razonamiento, desde que las democracias occidentales designaran la zona de Palestina donde establecer la nación de Israel, especialmente tras la segunda guerra mundial, han sido los israelíes, con ayuda de Estados Unidos y Gran Bretaña principalmente, los que se han dedicado a establecer leyes de discriminación contra el pueblo palestino originario, quienes han asesinado, encarcelado y vulnerado sus derechos fundamentales como personas, independientemente si los palestinos profesaban la religión musulmana, cristiana o ninguna de ellas. Han utilizado la barbarie del Holocausto para actuar de la misma forma que la Alemania Nazi actuó contra sus oponentes, utilizando la religión como excusa para eliminar a sus oponentes, en este caso aquellos con los que compite por el territorio.
Desde los
años cincuenta hasta ahora, si podemos calificar a un pueblo como antisemita,
por todos los argumentos expresados hasta ahora, este pueblo es el Estado de
Israel.
Criticar al Estado de Israel por la masacre que está llevando a cabo con el pueblo Palestino, no es ser antisemita, puesto que los palestinos también son semitas, es criticar unas acciones que vulneran los derechos humanos, que asesinan indiscriminadamente a inocentes por su origen, y que tiene una agenda expansionista que vulnera todas las leyes internacionales, actitud impropia de un Estado democrático.
Mirar hacia
otro lado mientras se cometen este tipo de atrocidades es ponerse del lado del
opresor, y ya sabemos las consecuencias de actuar así, solo hay que echar un
vistazo a los libros de historia del siglo XX.
“A veces no hacer nada es lo más violento que se puede
hacer” Slavoj Zizek
¡Magnífica ocasión la proporcionada por Hamas en el cobarde y asesino lanzamiento de 3000 cohetes sobre Israel! Esa acción absurda proporcionó a los israelitas, con el pretexto de defenderse de ese ataque, de exterminar a Hamas, y de paso, al pueblo palestino.
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