El sector editorial en España está en
auge, además de ser un generador de empleo, en 2015 generó 49.500 puestos de
trabajo, según estudio presentado por el Observatorio del Libro en junio de
2017, es una herramienta fundamental para la difusión de la cultura entre los
ciudadanos, así como, un pilar básico para tener una población formada y
crítica, base de cualquier Estado avanzado[1].
A pesar de
ser un sector en auge, el hábito por la lectura no es una de las características
que definan a los españoles, en el año 2015 el 35% de los españoles encuestados
por el Centro de Investigaciones Sociológicas[2]
reconocía no leer nunca o casi nunca, a pesar de ser un pasatiempo agradable,
un buen hábito lector hace a cualquier persona más consciente de la realidad
que vive y previene enfermedades como el alzhéimer.
Aunque no
se tenga afición a la lectura, es fácil encontrar en cualquier casa de nuestro
país, algún libro, aunque sea uno, y es que no sólo el libro es importante por
su contenido sino por su forma, una cuidada edición, una bonita presentación y
un volumen apropiado es un buen adorno para cualquier salón.
Cuál ha sido
mi sorpresa, cuando he visto en distintas tiendas de decoración, que el libro
ha empezado a ser más importante por su continente que por su contenido, y
ofrecen como objeto decorativo, cajas que simulan un voluminoso libro con una
cuidada presentación, imitando a aquellas antiguas ediciones con su pasta de
cuero y sus adornos en dorado, o modernos tratados sobre entomología.
Pero mi
sorpresa ha ido más allá cuando no sólo hay cajas que simulan ser libros, sino
que también hay cuadros que representan librerías repletas de antiguos
volúmenes de obras clásicas, así se puede ver a Moliere, Voltaire o Víctor
Hugo, entre otros, adornando un fondo de cualquier lámina, para terminar en
cualquier salón de alguna casa.
Esto me lleva a la siguiente reflexión,
para muchas personas es más importante aparentar que tener, o que los libros
están de moda, pero no está de moda leer, ¿qué tipo de sociedad tenemos? Cuando
un libro es más importante por su encuadernación que por su contenido, cuando
hay quien prefiere hacer creer a quien visita su casa que tiene libros en lugar
de cajas decorativas.
Si les gusta decorar su casa con libros,
compren libros, así, quizás en algún momento, guiados por la curiosidad les de
por abrirlo y descifrar que es lo que dice ese aparente batiburrillo de
símbolos, también llamado “letras”, puede que se sorprendan de lo que un autor
desconocido les dice a través de sus escritos, si no es así, lo que descubrirán
cuando lo abran será una caja vacía.
Los libros, los de verdad, son el mejor
mobiliario para el cerebro, úsenlos, aunque sólo sea para decorar.
“La lectura es a la mente, lo que el ejercicio
al cuerpo” Joseph Addison.
Salud.
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