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jueves, 24 de enero de 2019

OTRA VEZ VENEZUELA.



La democracia tiene como virtud que ningún gobierno puede perpetuarse en el poder sin el consentimiento de los gobernados, igualmente es más que probable que en algún momento gobierne una opción política que no sea de “mi” agrado, sin embargo un demócrata no puede tildar de “dictadura” un gobierno que ha ganado limpiamente unas elecciones.
Tristemente, volvemos a vivir un nuevo golpe de estado en Venezuela, un país que ha sufrido distintos intentos de golpes de Estado desde que Hugo Chávez ganara las elecciones presidenciales en 1999.


Cada vez que hay elecciones se siembra la duda de la limpieza en el proceso electoral, y nunca los organismos internacionales han considerado que se haya saltado las normas, es más ni siquiera la oposición venezolana ha podido tildar de fraudulentas ninguna de las elecciones a las que se han presentado, y en los últimos comicios decidieron no presentarse oliendo una nueva derrota ante Nicolás Maduro.
La figura de Maduro, es controvertida y se puede estar de acuerdo o no con su gestión, pero lo que no tiene discusión es que es el presidente legítimo de Venezuela, decir lo contrario es estar a favor de los golpistas y por lo tanto no ser demócrata.
                La oposición venezolana ha matado a chavistas, ha secuestrado un helicóptero y tiroteado un ministerio, bombardeado un desfile militar, etc., sin embargo el pueblo de Venezuela vuelve a dar el gobierno al PSUV, porque primero con Chávez y después con Maduro viven mejor que cuando gobernaron Rafael Caldera o Ramón José Velásquez.
                No nos engañemos, a la derecha venezolana no le importa el pueblo venezolano, su único interés es volver a privatizar los pozos petrolíferos para ponerlos en manos de las empresas estadounidenses y que puedan seguir expoliando el país.
                El águila imperial cierra sus garras en Latinoamérica, una revitalizada “Doctrina Monroe” que ya ha expulsado del tablero a Brasil, que lo intentó con Ortega y ahora de nuevo lo pretende hacer con Venezuela, todo ello bien aderezado con la propaganda occidental incluidos los medios de comunicación españoles al servicio del Dólar.
                Si cierran el camino de la democracia para que los pueblos puedan gobernarse a sí mismos ¿Qué nos queda?
"El camino de la lucha armada no es el camino que hayan escogido los revolucionarios, sino que es el camino que los opresores le han impuesto a los pueblos. Y los pueblos entonces tienen dos alternativas: o doblegarse o luchar" Fidel Castro.

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