El idioma
español contiene más de 88.000 palabras, Miguel de Cervantes usó en el Quijote
cerca de 23.000 palabras diferentes y una persona media usa 300 palabras en su
uso cotidiano del lenguaje.
Las palabras
no son, únicamente, una forma de comunicarnos, sino la forma que tenemos de
percibir el mundo. Necesitamos nombrar lo que percibimos para poder entenderlo:
objetos, personas, sentimientos, emociones, acciones…
A mayor
conocimiento de vocabulario, más capacidad de comprender el mundo que nos rodea
y para enriquecer nuestro vocabulario la mejor opción es a través de la
lectura. Esa es una de las muchas que tiene la lectura de enriquecernos.
Lamentablemente,
hay palabras que debido a la falta de uso tienden a desaparecer, y no
porque su significado no esté vigente en
la actualidad, sino simplemente porque por uno u otro motivo dejamos de
utilizarlas.
“Cirigallo” y “Cazcalear” son ejemplos claros de ello.
Según la RAE
“cirigallo” significa “persona que pasa
el tiempo yendo y viniendo, sin hacer nada de provechoso” un significado
similar, aunque con matices sensiblemente diferenciadores es el significado del
verbo “cazcalear” “andar de una parte a
otra, como si estuviera muy ocupado sin hacer nada” y aunque puede parecer
que cirigallo es el sustantivo del verbo cazcalear, no es así, el cirigallo no
tiene que simular hace algo de provecho, aunque no lo haga, sin embargo la
persona que cazcalea debe simular que está ocupada.
Como se puede
comprobar, son palabras que están en completa actualidad. Mientras tanto,
seguimos españolizando términos anglófonos al mismo tiempo que caen en el
olvido palabras tan útiles como estas.
Pensemos por
un momento ¿Cuántos cirigallos conocemos? Qué cara se le quedaría a nuestro
interlocutor si le dijéramos:
-
Deja de hacer el cirigallo.
Seguramente no
entendería a que nos referimos y seguiría yendo de aquí para allá sin hacer
nada de provecho.
¿A cuántas
personas vemos a diario acostumbradas a cazcalear?
El uso de
estas palabras, al menos, nos servirá para llamar a las cosas por su nombre sin
que el aludido se sienta molesto en ningún momento, según dicen la ignorancia
es la base de la felicidad.
A fin de
cuentas ampliar nuestro vocabulario nos ayudará a ver la realidad en High
Definition.
“El lenguaje es el vestido de los
pensamientos” Samuel Johnson.
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