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jueves, 21 de octubre de 2021

NÚMEROS REDONDOS.

 Los años redondos son idóneos para hacer balance, mirar con retrospectiva el camino que nos ha llevado al lugar que ocupamos en la actualidad, valorar los cambios que se han producido en ese tiempo e intentar analizar el proceso que ha producido dichos cambios.

Se da la paradoja que en este año impar en el que nos encontramos, se acaba de cumplir la cifra redonda de diez años de la desaparición de la banda terrorista ETA.

Es difícil explicar a las nuevas generaciones la sensación de levantarte con la noticia de un atentado, del asesinato de víctimas inocentes, noticias de secuestros, extorsiones, comunicados de encapuchados cuyo logo era una serpiente y un hacha.

Se acabaron las concentraciones exigiendo a ETA que dejara de matar, que tomara la vía política, de manos blancas y de sentir miedo, de que una bala perdida o un trozo de metralla despistado alcanzara a algún inocente.

Son diez años de paz, al menos en lo que se refiere al terrorismo etarra.

Han pasado diez años y algunos parece que no se han enterado, que siguen nombrando a los que sembraron el terror durante tantos años como si aún estuvieran presentes, como si nunca se hubieran ido.

Y es ahora con la perspectiva que te dan estos diez años cuando entiendes las alusiones continuas de algunos grupos políticos a la banda terrorista. Según Jonathan Powell, mediador en las negociaciones con la banda terrorista, "El PP puso en peligro  el proceso de paz", porque al parecer algunos con ETA “vivían mejor”.

Y lo que digo, puede parecer duro, pero así de duro lo representan aquellos, que olvidando a los muertos, nombran una y otra vez a una banda terrorista que ya no existe, una banda terrorista que fue vencida, una banda terrorista que es parte de la historia negra de España.

Porque ETA significa para ellos (la derecha española y españolista) el mal del que nos tienen que salvar, la justificación para la mano dura, les hace verse como el caballero medieval salvador de la damisela en apuros que para ellos es la ciudadanía española.

Hace unos días el líder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegui, ha pedido perdón a las víctimas de ETA, ha reconocido que todo ese dolor nunca debió haberse producido y la respuesta de la derecha española ha sido que llega tarde.

Otegui puede que llegue tarde, pero ellos aún no han llegado a enterarse de que ETA ya no existe, que no los necesitamos para ser salvados del mal, y que sin ETA vivimos mejor.

Dejen de agitar el fantasma de ETA en su propio beneficio, que los días de miedo y terror pasaron, esperemos que para siempre.

“La única manera de hacer frente al terrorismo es tratar con los problemas que crean el terrorismo, para resolverlos si es posible, y que eso no es posible asegurar que existe una alternativa a la violencia” Cofer Black.

Manuel Carmona Curtido.

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