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miércoles, 15 de diciembre de 2021

FELIZ NAVIDAD.

 El capitalismo lo corrompe todo, desde su aparición se ha ido extendiendo por todas las estructuras sociales, como si se tratara de un moho, una especie invasora, o una plaga. Se incrusta en el núcleo del sistema y termina transformando todo lo que toca cambiando su significado original.

Quizás sean las fechas navideñas donde el capitalismo muestra sus características más evidentes. Estas fechas han sido celebradas por la humanidad desde tiempo inmemorial, independientemente del motivo místico que se le haya querido dar dependiendo de la  época y cultura en que se haya desarrollado. Indiscutiblemente, que la luz del día comience a ganarle tiempo a la oscuridad de la noche, es motivo de celebración.

En navidad, todos nos replanteamos nuestro futuro con buenos deseos para los demás, especialmente para nuestros seres queridos, propósitos de mejora personal, solemos pedir que no nos falte la salud y que nuestros proyectos personales se desarrollen con éxito. Sin embargo, esto se ha visto traducido en una época de consumo desmedido, compras irracionales, donde gastamos una cantidad ingente de dinero para “demostrar” a nuestros seres queridos cuanto nos importan.

Todos los miembros de nuestra sociedad actuamos de forma similar con el objetivo de cumplir con las expectativas que la sociedad tiene en nosotros, no regalar nada por estas fechas a nuestras personas queridas nos convertirían, a los ojos de los demás, en inadaptados, huraños, provocando el rechazo por parte de la “tribu” por no acatar las “convenciones sociales” propias de estas fechas. Y nadie quiere ser rechazado por las personas que quiere.

No cumplir con las expectativas provocaría el rechazo de la sociedad, apartándote de los eventos sociales donde se construye comunidad, condenando a esa persona al ostracismo, puesto que no hay alternativa a la existente.

Vivimos un tiempo donde el capitalismo triunfante se hace cada vez más fuerte, como ya preconizaría Francis Fukuyama en “El fin de la historia”.

Si pusiéramos más énfasis en nuestros deseos verdaderos de salud, solidaridad, ayuda mutua, etc., las navidades serían el principio de un mundo mejor, un mundo más justo, más solidario, más coherente con nuestras necesidades reales, donde realmente la luz vencería a la oscuridad.

Mientras tomamos conciencia, sigamos comprando para “demostrar” a nuestros seres queridos cuanto los queremos. Feliz Navidad.

“Es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo” Fredric Jameson

Manuel Carmona Curtido

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