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jueves, 3 de marzo de 2022

NUEVA OLA DE REFUGIADOS.

 

La guerra en Ucrania, como cualquier guerra, ha provocado el éxodo masivo de refugiados que huyen del país en busca de seguridad y alejarse de un conflicto en el que está en juego algo más importante que todas las cuestiones geopolíticas, la propia vida.

La salida de un país en guerra nunca resulta un camino fácil, está plagado de los peligros propios de un conflicto armado. Todos los países europeos se han apresurado a pedir que se abran vías seguras para que la población civil pueda abandonar Ucrania para ponerse a salvo, del mismo modo todos los países europeos se han ofrecido a acoger a estos refugiados, algo que es digno de alabanza, máxime cuando no se actúa igual en todos los conflictos.

África es un continente devastado por la guerra, donde actualmente existen más de diez conflictos armados y un número considerable de dictaduras que ejercen una represión brutal contra toda la población en general y contra cualquier tipo de oposición en concreto. Sin embargo el papel de Europa en estos casos es muy distinto, dificultando las vías seguras para salir de las zonas de conflicto así como para acoger a los refugiados que estas guerras expulsan de su territorio (https://www.africavive.es/mapa-de-africa-conflictos-activos/).

A fecha de 31 de diciembre de 2020 España recibió 68.435 propuestas de asilo, aceptando únicamente 5758, un 8,41% de todas las solicitudes presentadas, esta situación provoca que los demandantes de asilo rehúsen esta vía y se jueguen la vida para poder cruzar a Europa, en un camino que resulta tan peligroso como permanecer en la zona de conflicto (https://www.epdata.es/datos/peticiones-asilo-espana-estadistica-graficos/389#:~:text=Datos%20actualizados%20el%209%20de,25%25%20inferior%20al%20a%C3%B1o%20anterior.)

Este cambio de actitud con respecto a los refugiados nos hace plantearnos la siguiente pregunta ¿únicamente se abrirán vías seguras para los refugiados ucranianos?

Mientras se debatía en el Congreso de los Diputados el envío de armas ofensivas a Ucrania el pasado 2 de marzo, 2000 personas intentaban saltar la valla de Melilla  huyendo de la pobreza, el hambre y también de la guerra. Sería conveniente que recordáramos el artículo 3 de la Convención de Ginebra “Las personas que no participen directamente en las hostilidades… serán tratadas con humanidad, sin distinción alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o la creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo”.

Aplaudiendo la decisión que se ha tomado para actuar con los refugiados ucranianos no podemos más que esperar que se lleve el mismo procedimiento para todos los refugiados vengan de donde vengan.

“La solidaridad exige de quien se solidariza una actitud radical” Paulo Freire.

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