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miércoles, 18 de septiembre de 2024

TURISMOFOBIA

 La necesidad de un cambio en el modelo turístico.

Recién pasado el verano, hemos visto como las zonas turísticas se van tensionando hasta límites que impiden a los vecinos de ciertas poblaciones o zonas hacer su vida con normalidad: la subida de los precios de la vivienda, los alquileres turísticos, ruidos y múltiples molestias derivadas del ocio nocturno descontrolado. Se da la paradoja de que personas que trabajan en estas zonas no encuentran vivienda donde vivir, lo que supone una merma en la mano de obra, esta situación provoca que se rompan los lazos de solidaridad de la comunidad al desaparecer el vínculo entre los vecinos de la misma zona, ya que finalmente no hay vecinos, sino mayoritariamente turistas.

Los beneficios de este modelo turístico se reparten entre pocas manos, quedando la mayoría de la población sujeta a las molestias que un turismo descontrolado provoca. La mayor parte de los pisos turísticos, en España, están en manos de fondos de inversión cuyo único objetivo es aumentar el beneficio de sus accionistas despreocupándose de las molestias provocadas.

No es de extrañar que, ante esta situación, se haya producido un movimiento de resistencia denominado “turismofobia”, como modo de protesta ante un modelo que utiliza los recursos comunes pero no corresponde equitativamente con lo que recibe de la comunidad donde se implanta.

El filósofo italiano Vilfredo Pareto estableció que “la eficiencia óptima del sistema se alcanza cuando no es posible mejorar la situación de un individuo sin empeorar la de otro”, esta cita puede adaptarse perfectamente al punto en el que ha llegado el modelo turístico, donde el beneficio de otros está directamente relacionado con el perjuicio de otros.

Urge replantear el modelo turístico, sobre todo en un lugar como España, donde es un sector económico prioritario, para llegar a un punto de “eficiencia óptima” donde para que la riqueza que genere repercuta en la zona donde se ejerce la actividad, de no ser así este modelo está abocado al fracaso en poco tiempo, del mismo modo habría que replantear una diversificación en el modelo económico, como se suele decir, no es buena idea “poner todos los huevos en la misma cesta”.

En época de bonanza económica los empleos de bajo valor añadido relacionados con el sector turístico son los primeros en crecer, pero también son los primeros en bajar cuando las tornas cambian.

“El pueblo que confía su subsistencia a un solo producto, se suicida” José Martí

miércoles, 11 de septiembre de 2024

LO IMPORTANTE Y LO ANECDÓTICO

 

Según el Observatorio del Suicidio en España, se producen en nuestro país más de cuatro mil suicidios al año, esto supone una media de once personas al día se suicidan en nuestro país, una cifra preocupante, convirtiéndose en la principal causa de fallecimientos por causa no naturales, por encima de accidentes de tráfico, asesinatos, etc.


Por otro lado, según el Ministerio de Trabajo más de ochocientas personas pierden la vida en accidentes laborales, lo que supone que más de dos personas diariamente pierden la vida desarrollando su trabajo.

Estos números son, a todas luces, preocupantes, sin embargo no son temas que sean tratados por los medios de comunicación con asiduidad, salvo muy contadas ocasiones se hace referencia a ellos. No existe una alarma social respecto a estos temas, no hay la más mínima preocupación por analizar públicamente los motivos de tan elevados números, que además conllevan terribles consecuencias.

Sin embargo un tema que sale recurrentemente en los noticiarios, programas de debate y tertulias varias, es el de la ocupación de vivienda, sin embargo los datos nos muestran que el porcentaje de viviendas ocupadas en España es de 0,06%, siendo la mayoría de estas viviendas desocupadas propiedad de la banca.

Los medios de comunicación han difundido la situación de la ocupación de viviendas como un problema generalizado provocando una alarma social para una situación que es excepcional y para nada generalizada.

Al amparo de esta alarma social, las aseguradoras han multiplicado la venta de seguros “antiocupas”, y empresas encargadas de desocupar viviendas con dudosos métodos han tomado relevancia. Algunos partidos políticos han avivado el fuego difundiendo bulos sobre la gravedad de esta situación con el objetivo de obtener rédito electoral.

Mientras se pone el foco en lo anecdótico los verdaderos problemas siguen sin tratarse, once personas diarias encuentran motivos suficientes para quitarse la vida y dos personas diarias mueren en accidentes de trabajo, sin que esto suponga suficiente motivo para que sea noticia.

La única conclusión a la que llego es que potenciar y exagerar las noticias sobre viviendas ocupadas está generando suculentos beneficios económicos a ciertos sectores que se encuentran en altas esferas de poder. Pero solo hay que centrarse en los datos para entender que la realidad es otra que la que nos quieren “vender”.

“Como, en general, la población no tiene acceso a toda la información, y mucho menos tiene la posibilidad de analizarla en detalle, construye su opinión a partir de las interpretaciones de terceros” Pedro Baños