Durante los siglos XV y XVI el sistema económico que dominó en la Edad Media da paso a un nuevo sistema que abarcaría toda la Edad Moderna, el sistema feudal daba paso al Capitalismo Mercantil.
La aparición de este nuevo sistema económico genera
una nueva clase social, la burguesía, que tiene su origen en los artesanos y
comerciantes de la etapa anterior.
A pesar de su enriquecimiento económico, la
burguesía seguía perteneciendo al mismo estamento que la plebe por lo que
estaba obligada a pagar impuestos, estaba excluida de las decisiones políticas
y por lo tanto no participaba de los círculos de poder.
La única forma de ascender socialmente para la
burguesía era a través del matrimonio con la nobleza, y así, emparentando a sus hijos e hijas con las familias nobles, conseguían
unir el poder económico con el poder político, además de aprovechar las
ventajas económicas que le generaba formar
parte del estamento de los privilegiados.
A medida que pasaban los siglos, la burguesía iba tomando conciencia del poder de su clase social y comenzaba a percibir a la nobleza como un grupo de zánganos que no generaban nada y que se valían de su título nobiliario, adquirido por nacimiento, para vivir del trabajo ajeno.
El cambio de modelo generado por la Revolución
Industrial afianza el posicionamiento de la burguesía, que comienza a tomar
conciencia de clase dando lugar en el siglo XIX a las Revoluciones Liberales, a
través de las cuales se implanta un nuevo sistema socieconómico en el que la
burguesía sustituye a la nobleza como clase privilegiada, dando paso a la Edad Contemporánea.
Hoy en pleno siglo XXI, la burguesía continúa ostentando el poder que adquirió siglos atrás, mientras que la nueva clase social que emanó de la Revolución Industrial, la clase trabajadora, sueña con que algún día pueda formar parte de la élite, bien a través del matrimonio de sus hijos, bien a través de algún golpe de fortuna.
Si tomamos el
paralelismo con la evolución de la burguesía como clase social y la evolución
de la clase trabajadora, aún quedan siglos para llegar a tomar conciencia de su
poder como clase social. Todo depende del momento en que la clase trabajadora
tome conciencia de sí misma, se sienta orgullosa de lo que es y de su poder,
para poder dar un nuevo salto en el progreso histórico.
“El motor de la
historia es la lucha de clases” Karl Marx.
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