La Semana Santa nos evoca tiempos de la dominación romana en la tierra de Palestina, de eso no solo se encargan las procesiones de las distintas hermandades que procesionan por nuestras calles, sino que la televisión, por estas fechas, se encarga de volver a retransmitir una y otra vez películas ambientadas en aquella época.
En el siglo I,
el imperio romano ocupaba toda la franja del mar Mediterráneo, no en vano lo
llamaban Mare Nostrum y se encargaban
de que sus territorios abastecieran al imperio de las materias necesarias para
el mantenimiento del mismo: cereales, minerales, carne, esclavos, etc. La
Palestina de entonces estaba habitada por personas que pertenecían a distintas
ramas del judaísmo como los fariseos, los saduceos o los esenios y todos ellos
fueron dominados por el yugo del imperio romano.
Esta dominación tuvo como respuesta la creación de una corriente judía que se fundamentaba en el nacionalismo y su integrismo religioso, como fueron los zelotes que combatieron al invasor durante un largo periodo. Es de esperar que esta respuesta nacionalista y violenta fuera la repercusión generada por el pueblo invadido hacia el imperio que lo dominaba.
Como
respuesta, la represión del imperio romano fue enorme hacia todos aquellos que
se oponían a la voluntad del Cesar, las crucifixiones eran un recurso
disuasorio recurrente para evitar que la llama de los movimientos liberadores
se extendieran por toda la zona, aún así el siglo I fue una época muy convulsa,
con muchos movimientos nacionalistas que luchaban contra los romanos.
Veintiún siglos después, la zona sigue siendo una zona de convulsa donde los judíos son ahora los invasores, y las personas que habitaban esas tierras las invadidas, la represión ejercida por el ejército israelí es y ha sido enorme a lo largo de los años, con miles de personas, incluidos niños y niñas, encarceladas sin juicio y sin condena firme. Esta situación ha generado un movimiento de resistencia palestina fundamentada en el nacionalismo y el integrismo religioso, representados en Hamás, como en su día fueron los zelotes judíos.
El genocidio
que está perpetrando Israel contra el pueblo palestino lleva la friolera de más
de 60.000 muertos, siendo más de la mitad niños y niñas.
Mientras
tanto, en occidente se sigue venerando a un líder religioso que luchó contra la
dominación romana con otras armas y que terminó crucificado en una cruz como
tantos otros.
“Ver lo que está delante de nuestros ojos requiere
un esfuerzo constante” George Orwell
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