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miércoles, 18 de junio de 2014

¿SER O TENER? ESA ES LA CUESTION

El aumento de productos falsificados se ha multiplicado desde el comienzo de la crisis, la pregunta clave para entender este aumento es la siguiente: ¿Por qué?
Vivimos en sistema sociopolítico donde prima el “tener” por encima del “ser” los grandes iconos de éxito en la actualidad, están estrechamente vinculados con la posesión de una gran fortuna, no se hace mención al trabajo realizado para obtener esa gran fortuna, ese es un hecho sin importancia a día de hoy.
Vemos como nuestros jóvenes y no tan jóvenes basan en muchos casos su felicidad en poseer artículos de marca, independientemente de que su calidad sea superior o no, este sería un hecho que se podría discutir, y que no disfrutan del artículo en sí mismo sino que su satisfacción queda reducida a poseer cuanto más mejor, independientemente de la necesidad que se tenga de ello. Esta felicidad es efímera ya que una vez queda satisfecho ese capricho su objetivo pasa automáticamente a la posesión de otro.
El lucir una u otra marca no es más que el poder demostrar al resto de la sociedad de que se posee la capacidad económica suficiente como para poder adquirirla, de ahí que muchas de estas marcas luzcan en sus modelos de una manera bien visible y como parte del diseño el nombre de ésta.
Las acusaciones, a marcas como Nike, de explotación infantil en países del tercer mundo no han hecho que disminuyan las ventas de esta marca, sino que son muchos modelos de referencia los que patrocinan dichas marcas, que la marca Inditex haya sido acusada del mismo delito, al mantener talleres donde se explotaban laboralmente a menores no ha hecho que dicha marca haya disminuido en ningún caso sus ventas.



Las personas que tenemos responsabilidades educativas, y en ello incluyo a padres, maestros, educadores, etc, tenemos la obligación de revertir esta tendencia ya que no todos tienen la misma capacidad económica y el hecho de no poder adquirir una u otra marca supondrá un aumento de la infelicidad de los menores a nuestro cargo. No todos tenemos la misma capacidad económica pero sí todos tenemos la capacidad de ser buenas personas y con esto me refiero a tener la capacidad de hacer buenas obras hacía los demás y es aquí donde debemos hacer hincapié en la valoración de los menores que tenemos a nuestro cargo, para que reviertan su escala de valores, tan bombardeada por los medios de comunicación.
Esta situación es bien aprovechada por el crimen organizado como explica el escritor napolitano Roberto Saviano en su obra Gomorra, donde hace una descripción del imperio económico de la camorra napolitana, y donde explica como la camorra obtiene pingües beneficios de la falsificación de productos, y como estos son introducidos en el circuito legal de tiendas oficiales.



Gobiernos como el Chino, hacen la vista gorda, mientras el mercado de la falsificación se expande por todo el país, y gracias la globalización, por el resto del mundo, propiciando grandes pérdidas a las marcas falsificadas.
No nos engañemos, las falsificaciones existen porque existe un mercado que lo consume. Pero si analizamos las motivaciones de estos consumidores, no es otra que la de mostrar a la sociedad que tienen la capacidad económica superior a la que tienen realmente y por lo tanto muestran una imagen de éxito que no es real.
Esto nos lleva directamente a la definición de éxito, según la R.A.E. el éxito se define como: 1. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. 2. Buena aceptación que tiene alguien o algo.
Si nos centramos en su segunda acepción, ¿realmente buscamos la aceptación por parte de los demás a través de nuestra capacidad económica? Si es así la infelicidad está asegurada ya que siempre tendremos modelos de referencia inalcanzables para la mayoría.
Deberíamos dejar de pensar tanto en “tener” y empezar a valorar el “ser”, ya que nuestra capacidad de ser, más solidarios, más justos, más compresivos, …, es ilimitada.



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