El pasado día
3 de julio, Javier Urra ofreció una conferencia en el Centro Asociado de la
UNED en Motril, a la que he tenido la suerte de acceder.
Javier Urra es
psicólogo forense y ex Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, autor de
libros como: El Pequeño Dictador, Educar con Sentido Común o Primeros Auxilios
Emocionales para Niños y Adolescentes, entre otros.
En mi opinión
es una de las autoridades con las que contamos en este país para hablar de
menores.
En este caso
voy a compartir los apuntes y conclusiones que saqué después de escuchar la
intervención del Sr. Urra.
MENORES: VÍCTIMAS Y
VERDUGOS.
Nacer no es un
hecho solicitado, es una situación completamente azarosa, nacer en un país, en
una familia determinada, nuestro color de piel… es una circunstancia
completamente casual.
Si
bien, los padres y madres tenemos responsabilidad sobre nuestros hijos, esa
responsabilidad es limitada, ya que el niño o niña tiene su propia
responsabilidad con respecto a sus acciones. Existe un alto índice de suicidio
juvenil, estamos creando jóvenes duros pero frágiles.
Desear
la felicidad, es una utopía, ya que no existe la felicidad plena, lo que
provoca la continua frustración de aquellos que se marcan la felicidad como
objetivo. Uno de los problemas de esta sociedad es que aspira a la perfección,
pero esta es inalcanzable. Una de las características del ser humano es el
“sufrimiento”, que nos distingue de los animales que únicamente pueden sentir
“dolor”.
Uno
de los problemas que se plantea es que tipo de educación debemos dar a los
menores, pero realmente a los que hay que educar es a los adultos. Para educar
hay que tener “autoritas”, y en
muchos casos sucede que se dice una cosa y se actúa de manera contraria, eso
los menores lo captan y nos resta credibilidad como educadores.
MENORES COMO VÍCTIMAS.
Los
adultos han tomado el espacio de la juventud. Hoy nadie quiere envejecer, y no
se trata únicamente del número de operaciones estéticas que se llevan a cabo
con la intención de disimular la edad que realmente se tiene, sino que también
se ocupan sus espacios y comportamientos, lo que genera un vacío generacional que
los desestructura.
Una
frase muy recurrente, en la actualidad, es “los niños son el futuro”, esta
frase es un sinsentido, ya que los niños son el presente y los adultos somos
los restos del niño que fuimos. Los niños tienen entidad propia y por lo tanto
tienen sus propias necesidades.
Comunidades
Autónomas como Madrid o Andalucía, se encuentran saturados con respecto a la
tutela de menores. A ninguna Comunidad
Autónoma le conviene retirar la tutela de los menores de la familia, ya que se
crea un problema: político, económico y social, pero realmente es que hay
padres que no saben o no quieren asumir su responsabilidad.
Debido
a la falta de responsabilidad de esos padres, la sociedad debe cubrir esta
carencia, ya que esa es una de las características que nos hace humanos.
La Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero, reguladora de
la responsabilidad penal de los menores, es la ley que regula la
responsabilidad penal de los mayores de 14 años hasta los 18 años por la
comisión de los hechos tipificados como delitos o faltas. Esta ley ha sido
duramente criticada. Ya que la sociedad, con el apoyo de los medios de
comunicación, pide el linchamiento, no la justicia.
La mayor parte de los
menores que son dirigidos a Fiscalía de Menores como víctimas de maltrato lo hacen
a través de los médicos, sin embargo desde el profesorado no existe la misma
tendencia.
Existen dos tipos de maltrato, el físico, más
evidente, y el emocional.
MENORES COMO VERDUGOS.
En los distintos
centros de protección y reforma podemos encontrar chicos con 14 años que no
tienen ilusión por la vida, para cambiar esta posición debemos darle un motivo
por los que vivir, hacer que se sientan útiles.
A pesar de las
críticas hacia Ley Orgánica 5/2000 de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los menores la delincuencia juvenil sigue bajando, lo que
es un logro del trabajo que se hace con estos menores.
Nos
encontramos con problemas graves que hay
que atajar cuanto antes:
1. Violencia
de género:
a.
Es estructural, se da en todos los países del
mundo, con respecto a esta situación nos encontramos con la “paradoja nórdica”,
a pesar de que en los países nórdicos la mujer parece haber encontrado la
equidad con respecto al hombre, el número de asesinatos por causas de género es
mayor, en proporción, que en los países mediterráneos, lo que nos hace pensar
que el mayor nivel de igualdad entre hombres y mujeres es un hecho que algunos
hombres no van a tolerar.
b.
Es instrumental, la violencia es ejercida contra
la pareja, pero no con todas las mujeres. 1/3 de esos hombres se termina
suicidando, principalmente por dos motivos: 1) por burlar a la justicia y 2)
por quedarse sin títere que manejar.
c.
Va a empeorar, cada vez se dan más separaciones,
no se educa en el respeto, se aguanta menos, y no se está preparando a los
niños para afrontar la ruptura de los padres.
Ante los casos
de divorcios, los hombres se sienten indefensos, pero como dice Victoria Camps
“la justicia no debe ser igualitaria” sino que debe favorecer a la parte más
desprotegida socialmente.
Uno de los
hechos que nos encontramos actualmente es que hay muchas chicas que son
profundamente machistas, mostrando un comportamiento independiente en grupo
pero siendo muy dependientes en lo individual.
2. Jóvenes
abducidos por el Estado Islámico, esta organización, muy activa en las redes,
ha captado a muchos jóvenes, que no encontrando su propio espacio, se han
dejado seducir por una propaganda que glorifica la violencia y lo encaja en un
grupo social. Su tratamiento es difícil, ya que ellos no ven a un terapeuta o
un profesional, ven a un infiel contra el que hay que combatir.
3. La
relación entre alcohol y menores es difícil de trabajar, ya que hay una
percepción del consumo del alcohol y las drogas muy difuso, una de las
propuestas que están encima de la mesa es la de sancionar a los padres, por los
actos cometidos por los menores en relación a estas sustancias. Existen muchos
intereses económicos creados con respecto al alcohol lo que hace difícil
consensuar una campaña de concienciación para disminuir su consumo.
4. Violencia
filo-parental. Podría definirse como una patología del amor, ya que a pesar de
la violencia ejercida contra los padres, es patente el amor que hay hacia
ellos. Muchos de los chicos tratados en los centros de protección en relación a
estas circunstancias son adoptados, por lo que es deducible que en su más corta
edad han sufrido un déficit de afecto que les lleva a estar todo el día
fastidiando a sus padres, con la necesidad de saber que serán queridos hagan lo
que hagan. La dedicación de los padres con los chicos más conflictivos puede
provocar desazón en los hermanos que sienten que no se les trata con la misma
atención.
CONCLUSIÓN.
Los menores
son el eslabón más frágil de nuestra sociedad, es por ello que deben ser
atendidos en sus necesidades hasta que consiguen ser lo suficientemente maduros
para emanciparse.
Es obligación
de la familia cubrir las necesidades de los menores, no sólo físiológica y
protección, sino también afectiva. Es quizás esta última, la afectiva la que
genere más conflicto, ya que los menores necesitan sentirse queridos y quizás
sea uno de los principales focos de conflicto filo-parental.
Los menores tienen
entidad propia, generan sus propios pensamientos y toman sus propias decisiones,
es por ello que es responsabilidad de los adultos dotar a estos menores de
herramientas para que sus decisiones sean tomadas en base a unas premisas
válidas, y evitar así conductas asociales que en nada les benefician a ellos y
a su entorno.
Si la familia
no es capaz de ofrecer estas herramientas, es obligación de las instituciones
trabajar con el objetivo de hacer de este menor un adulto con una vida
normalizada. Lamentablemente no siempre se consigue.
“Nuestros hijos deben ser ricos, pero ricos en sonrisas”.
Javier Urra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario