La situación
de los educadores y educadoras de los Centros de Protección de Menores, a día
de hoy, está llegando a ser verdaderamente frustrante debido a la falta de
infraestructuras y recursos con los que se cuentan. A ellos y ellas dedico
estas palabras.
El último
centro de protección de menores en el que estuve trabajando, tenía detrás de la
puerta de la Sala de Educadores colgada en un corcho la siguiente historia:
“Cierto día, caminando por la playa reparé en
un hombre que se agachaba a cada momento, recogía algo de la arena y lo lanzaba
al mar. Hacía lo mismo una y otra vez. Tan pronto como me aproximé me di cuenta
de que lo que el hombre agarraba eran estrellas de mar que las olas depositaban
en la arena, y una a una las arrojaba de nuevo al mar.
Intrigado, lo interrogué sobre lo que estaba
haciendo, a lo cual me respondió: estoy lanzando estas estrellas marinas
nuevamente al océano.
Como ves, la marea baja y estas estrellas han
quedado en la orilla. Si no las arrojo al mar morirán aquí por falta de
oxígeno. Entiendo, le dije, pero debe haber miles de estrellas de mar sobre la
playa. No puedes lanzarlas a todas. Son demasiadas. Y quizás no te des cuenta
de que esto sucede probablemente en cientos de playas a lo largo de la costa
¿no estás haciendo algo que no tiene sentido? El nativo sonrió, se inclinó y
tomó una estrella marina y mientras la lanzaba de vuelta al mar me respondió:
¡para esta si lo tuvo!”.
En estos tiempos en los que el trabajo en los
Centros de Protección se hace tan complicado, donde los educadores/as se
sienten impotentes ante la falta de recursos, la masificación de menores en los
centros, donde apenas pueden ser atendidos, donde la frustración, el desánimo y
la rabia, hacen mella hasta el punto de querer abandonar el barco, recordad; TIENE
SENTIDO.
Muchos de estos menores, no son conscientes,
al igual que las estrellas de mar, de la labor que hacéis por ellos, pero TIENE
SENTIDO.
La falta de dotación por parte de las
instituciones, que limitan los recursos de tal manera que la mejor baza con la
que podéis contar es vuestra imaginación, sin embargo, TIENE SENTIDO.
Porque, de los cientos de jóvenes con los que
trabajáis, si sólo uno, tiene la oportunidad de tener una vida mejor, TIENE
SENTIDO.
Que seáis ejemplo para ellos, de honestidad, trabajo,
constancia, honradez, hace que este trabajo TENGA SENTIDO.
Que estos jóvenes tengan a alguien a su lado
que crea en ellos, es por lo que este
trabajo TIENE SENTIDO.
“La educación es un acto de coraje;
cobardes y recelosos abstenerse”
Fernando Savater.
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