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martes, 18 de junio de 2019

¿DÓNDE ESTÁN LOS SINDICATOS?


¿Dónde están los sindicatos? Esa es una pregunta habitual que todos oímos cuando aparece un conflicto que afecta al conjunto de los trabajadores y trabajadoras, sobre todo si afecta al poder adquisitivo de los mismos. Pero la pregunta debería ser otra, una pregunta que no culpe a un ente impersonal y nos exima de responsabilidades al conjunto de los afectados.
Los sindicatos tienen su origen como respuesta a los desmanes del proceso de industrialización en los siglos XVIII y XIX en Estados Unidos e Inglaterra.

Según la Real Academia de la Lengua Española la definición de sindicato es “asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de sus intereses”. La definición de “sindicato amarillo”, un término menos popular que el anterior, también viene recogida por la RAE siendo su definición “Organización sindical cuyo objetivo es minar la acción reivindicativa de los sindicatos obreros”. La conclusión que podemos llegar es que si existen los “sindicatos amarillos” es porque la acción de los sindicatos obreros es realmente efectiva, si no fuera así no hubiera sido necesaria su aparición.

Los sindicatos surgen como respuesta a la necesidad de unidad de la clase trabajadora para defender sus intereses y es en la unión donde reside la fuerza de los trabajadores y trabajadoras, pero en la actualidad el individualismo impuesto por el sistema capitalista, ha relegado la función sindical a un recurso legal cuando tenemos un problema laboral.
Pero los sindicatos están formados por personas y estas personas son los referentes en la defensa de los derechos laborales, lamentablemente la tasa de trabajadores afiliados a sindicatos es bastante bajo, lo que ha provocado la desprotección de la clase trabajadora ante los desmanes del sistema[1]. Curiosamente los países nórdicos, donde los derechos de los trabajadores están más protegidos es donde mayor porcentaje de sindicación hay.

Tenemos que dejar de pensar como nos “han vendido” los sindicatos y empecemos a actuar, que cuantos más fuerza tengan los sindicatos más fuerza tendrá la clase trabajadora a la hora de defender sus intereses.
Podemos encontrar un millón de argumentos para vilipendiar a los sindicatos, también podemos encontrar un millón de argumentos para no afiliarnos a un sindicato, pero si los sindicatos se nutren de trabajadores y trabajadoras y proponemos, actuamos y nos movilizamos será más difícil que trepas y arribistas vean el movimiento sindical como un sector donde medrar profesionalmente traicionando a aquello que deben defender.
Quizás la pregunta sea ¿dónde está la clase trabajadora? el sistema nos ha individualizado tanto que hemos perdido la conciencia colectiva de clase. Pero no os engañéis, el individuo es un ser frágil y vulnerable, la unión hace la fuerza, no es casual que la traducción de “sindicato” en inglés es “labor union”.
“El derecho a huelga se consiguió haciendo huelgas, el de reunión, reuniéndose, el derecho de asociación, asociándose, y todos estos atributos de la libertad, es únicamente la acción de las masas la que puede acabar imponiéndolos” Marcelino Camacho.



[1] https://www.ednh.news/es/la-tasa-de-afiliacion-sindical-en-europa/

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