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martes, 2 de julio de 2019

CONÓCETE A TI MISMO, SI PUEDES.


El Oráculo de Delfos, era un templo dedicado principalmente al Dios Apolo, situado en la localidad de Delfos en Grecia, este templo se hizo famoso, por ser un lugar de consultas a los Dioses por parte de los griegos en la época clásica y aunque hubo muchos más oráculos, el situado en Delfos es el más famoso de ellos.

En el templo de Delfos estaban inscritas ciento cuarenta y siete máximas como: “no confíes en la suerte”, “nada en demasía” u “obtén las cosas justamente”, pero sin duda la más famosa de estas inscripciones es “conócete a ti mismo”.
Conocerse a uno mismo, aunque pueda parecer fácil, es una tarea muy difícil, estamos compuestos por rasgos físicos, emociones, intereses, gustos, ideologías, aficiones… y cada una de estas características forman un rasgo de nuestra personalidad.

Una frase que se le atribuye a Albert Einstein dice: “Si no puedes explicarlo es que no lo entiendes”, entonces ¿podríamos explicar cómo somos nosotros mismos?,  aparentemente debería de ser una tarea fácil describirnos a nosotros mismos, nadie debería conocernos como nosotros nos conocemos, pero sin embargo, estoy seguro que una descripción de cualquier persona realizada por si misma dejaría una cantidad importante de rasgos y características sin mencionar. Habría que destacar que muchas de estas características cambian por infinidad de razones: cambios de estados de ánimo, de situaciones personales, etc., eso sí, si eres calvo, eso no cambia, lo puedes incluir en tu descripción sin ningún tipo de problema.
Conocerse a uno mismo requiere un amplio proceso de meditación, autocrítica, análisis, valoración, actividades que requieren que nos dediquemos bastante tiempo a nosotros mismos
Sin embargo, algo que parece mucho más fácil, es describir a otra persona. Por lo general, esta descripción no profundiza en la personalidad de esta persona sino que destaca las características que queremos destacar y que a nuestro parecer le identifica, además estas descripciones se hacen de forma categórica, sin tener en cuenta los posibles cambios que pueda producir en esa persona factores externos a ella misma.

Les propongo un reto, descríbanse a sí mismos, ¿serían capaces de rellenar un folio nombrando las características que definen su personalidad? A pesar de la complejidad de cualquier ser humano no debería ser difícil realizar esta tarea, sin embargo, sería capaz de apostar a que no les resulta nada fácil.
Si no son capaces de definirse a sí mismo, como tienen la osadía de definir a los demás (no lo nieguen, todos y todas lo hemos hecho alguna vez).
Hagámosle caso al Oráculo de Delfos y conozcámonos a nosotros mismos, si es que podemos.
“Conocer bien a los otros es inteligencia, conocerse a sí mismo es sabiduría” Albert Einstein.

1 comentario:

  1. Luis Manteiga Pousa18 de febrero de 2023, 22:24

    Conocerse a uno mismo. No es cosa fácil esa. No se hasta que punto es posible. No se hasta que punto es conveniente o no. Y además está el tema de los cambios. No se...

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