Translate

miércoles, 22 de octubre de 2025

ENSEÑANZAS BÍBLICAS

 

Mi profesor de historia del arte durante el bachiller solía decir que tanto si somos creyentes, agnósticos o ateos, la sociedad donde vivimos está repleta de símbolos religiosos y que debemos conocer esos símbolos para entender el mundo que nos rodea. Esa fue una de las motivaciones que me llevó a leer La Biblia, ya que, si debía conocer esos símbolos para poder identificarlos, que mejor que acudir a la fuente original.

La Biblia, por otro lado, es el libro más vendido de la historia, lo que le supone cierto interés más allá del estrictamente religioso. Es una lectura que recomiendo a cualquier persona, independientemente de su credo (o su falta de él), es una obra fascinante.

Uno de los pasajes que me parece más interesante se encuentra en el Evangelio según San Mateo 22:34-40, que transcribo a continuación:

“Aquí los fariseos – uno de ellos, un intérprete de la Ley – le preguntan a Jesús para ponerlo a prueba:

`Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la Ley?´

Jesús le respondió:

`Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y el más grande mandamiento.

Y el segundo es semejante:

`Amarás a tu prójimo como a ti mismo´

De estos dos mandamientos dependen toda Ley y los Profetas´

Este pasaje es interesante por varios motivos: en primer lugar, porque Jesús es una autoridad reconocida por las tres grandes religiones monoteístas del mundo, así como por los que no profesan ninguna religión: para los judíos es una persona piadosa conocedora de la ley, para los cristianos es la encarnación de Dios en la Tierra, para los musulmanes el penúltimo profeta y para los que no profesan ninguna religión un humanista. En segundo lugar, por el mensaje en sí mismo.

Jesús reduce los diez mandamientos a dos: Amarás a Dios… y el segundo, lo considera igual de importante que el primero “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, sin cumplir el segundo no se puede cumplir el primero. Porque Dios se encuentra en tu prójimo, o, si queremos hacer una interpretación más teológica, no puedes amar a Dios si no amas a los demás. Teniendo en cuenta que el “prójimo” es todo aquel que no somos nosotros, debemos actuar con los demás como nos gustaría que actuaran con nosotros. Para eso necesitamos practicar la empatía, la solidaridad, la comprensión, etc. Quizás si todos nos comportáramos siguiendo estas premisas el mundo sería un lugar un poco mejor.

Puede que otro día me de por analizar lo que Jesús pensaba de los ricos.

“El hecho de creer en Dios y de adorarlo no garantiza vivir como a Dios le agrada” Papa Francisco

No hay comentarios:

Publicar un comentario