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miércoles, 28 de junio de 2017

A VUELTAS CON CATALUÑA

              Mucho se ha escrito ya sobre el proceso de independencia de Cataluña, pero es conveniente recordar los orígenes del callejón sin salida en el que parece haberse metido tanto el Gobierno Central como la Generalitat de Cataluña.
             El nacionalismo catalán, ha sido sostenido históricamente por Ciu, que ha negociado indistintamente con los gobiernos tanto del Partido Popular como del Partido Socialista, sacando partidas sustanciosas para su región, sin establecer líneas rojas muy difíciles de sobrepasar por los distintos gobiernos centrales.
                La crisis financiera del 2008 hace que Cataluña, como el resto del Estado aplique una serie de recortes sociales que levantan el descontento de los ciudadanos catalanes, ya que, como en el resto de España, quienes soportan la mayor parte de los recortes son los trabajadores y trabajadoras catalanes, ante el descontento generalizado y temiendo perder su cuota de poder la estrategia urdida por Ciu es “sacar a pasear la bandera”.



                Es por ello, que en 2011, alude a un trato desigual entre Cataluña y País Vasco, y exige al gobierno central un pacto fiscal similar al histórico Fuero Vasco, aludiendo a que si Cataluña contara con la misma financiación que vascos y navarros no hubiera tenido necesidad de realizar los recortes tan sangrante que estaba llevando a cabo, por lo tanto puso la diana en los “verdaderos culpables” de su política restrictiva con su habitual “España nos roba”.



            Este discurso victimista, no cayó en saco roto y fue utilizado por el Partido Popular, para atacar al nacionalismo catalán con la idea de abanderar la “unidad de España” contra los “rompe patrias” insolidarios del Este peninsular, utilizada como cortina de humo para distraer a los ciudadanos de los recortes que ellos estaban llevando a cabo. Ambos utilizaron discursos vacíos de argumentos racionales enarbolando las distintas banderas nacionales con el fin de exaltar a sus seguidores en sus distintas emociones patrias.
                Esta táctica no es nueva, ya que los movimientos nacionalistas nacieron en el Siglo XVIII, con el auge del capitalismo industrial exaltando los ideales de la Revolución Francesa, en contra de los Estados absolutistas de la época, con el mismo objetivo: la acumulación de poder económico por parte de la oligarquía burguesa en contra de la nobleza estatal, como dice Frantz Fanon en su ensayo; África: La trampa del nacionalismo los movimientos nacionalistas sólo han servido para llevar a cabo un cambio de manos en el poder económico mientras el pueblo sigue pasando las mismas penalidades.
            El nacionalismo, cualquier nacionalismo, se nutre de dos fuentes: un pasado común con una historia compartida y una alteridad o contrario que perjudica el desarrollo de esa nación, tocando la fibra emocional de la población que al sentirse herida en sus sentimientos nacionales prioriza la defensa de éstos en contra de intereses de clase.



                Que la situación catalana está en un callejón sin salida, no es algo que yo vaya a descubrir, se ha convertido en un problema político de difícil solución: La Generalitat quiere realizar un referéndum pactado para Cataluña, con el Gobierno Central y este se niega a aceptar estas condiciones ya que la Constitución deja claro que la soberanía nacional recae en el conjunto de todos los españoles. Por lo tanto, la única salida que le queda a la Generalitat es hacer un referéndum no pactado, por lo que no tendrá una participación significativa lo que no legitimará el proceso. Por otro lado la Generalitat podría pactar un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña en todo el Estado Español, lo que si estaría dentro de la Constitución y después acogerse a los resultados de las fronteras catalanas para legitimar el proceso de legitimación, pero esto supondría dar un paso que rompería el tira y afloja con Madrid y por lo tanto el fin del circo, algo que no conviene ni al gobierno catalán ni al central.
                En todo este circo no he metido ni a ERC ni a la CUP, por una sencilla razón, son partidos independentistas, que aunque parecido, no es lo mismo que nacionalista, y por lo tanto sus objetivos son otros distintos a los de los partidos nacionalistas.
            El derecho de autodeterminación de los pueblos, está recogida en los pactos internacionales de Derechos Humanos y también en numerosas resoluciones de la Asamblea General de la ONU.
            Voy a concluir con dos citas que resumen mi parecer sobre esta cuestión:
“La burguesía no tiene Dios, no tiene patria, sólo tiene bolsillos” Juan Manuel Sánchez Gordillo.
“Todo imbécil execrable, que no tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último recurso, vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad” Arthur Shopenhauer.

Salud.

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