Mucho se ha escrito ya sobre el
proceso de independencia de Cataluña, pero es conveniente recordar los orígenes
del callejón sin salida en el que parece haberse metido tanto el Gobierno
Central como la Generalitat de Cataluña.
El
nacionalismo catalán, ha sido sostenido históricamente por Ciu, que ha
negociado indistintamente con los gobiernos tanto del Partido Popular como del
Partido Socialista, sacando partidas sustanciosas para su región, sin
establecer líneas rojas muy difíciles de sobrepasar por los distintos gobiernos
centrales.
La
crisis financiera del 2008 hace que Cataluña, como el resto del Estado aplique
una serie de recortes sociales que levantan el descontento de los ciudadanos
catalanes, ya que, como en el resto de España, quienes soportan la mayor parte
de los recortes son los trabajadores y trabajadoras catalanes, ante el
descontento generalizado y temiendo perder su cuota de poder la estrategia
urdida por Ciu es “sacar a pasear la bandera”.
Es
por ello, que en 2011, alude a un trato desigual entre Cataluña y País Vasco, y
exige al gobierno central un pacto fiscal similar al histórico Fuero Vasco,
aludiendo a que si Cataluña contara con la misma financiación que vascos y
navarros no hubiera tenido necesidad de realizar los recortes tan sangrante que
estaba llevando a cabo, por lo tanto puso la diana en los “verdaderos
culpables” de su política restrictiva con su habitual “España nos roba”.
Este discurso victimista, no
cayó en saco roto y fue utilizado por el Partido Popular, para atacar al nacionalismo
catalán con la idea de abanderar la “unidad de España” contra los “rompe
patrias” insolidarios del Este peninsular, utilizada como cortina de humo para
distraer a los ciudadanos de los recortes que ellos estaban llevando a cabo.
Ambos utilizaron discursos vacíos de argumentos racionales enarbolando las
distintas banderas nacionales con el fin de exaltar a sus seguidores en sus
distintas emociones patrias.
Esta
táctica no es nueva, ya que los movimientos nacionalistas nacieron en el Siglo
XVIII, con el auge del capitalismo industrial exaltando los ideales de la
Revolución Francesa, en contra de los Estados absolutistas de la época, con el
mismo objetivo: la acumulación de poder económico por parte de la oligarquía
burguesa en contra de la nobleza estatal, como dice Frantz Fanon en su ensayo; África:
La trampa del nacionalismo los movimientos nacionalistas sólo han servido
para llevar a cabo un cambio de manos en el poder económico mientras el pueblo
sigue pasando las mismas penalidades.
El nacionalismo, cualquier
nacionalismo, se nutre de dos fuentes: un pasado común con una historia
compartida y una alteridad o contrario que perjudica el desarrollo de esa
nación, tocando la fibra emocional de la población que al sentirse herida en
sus sentimientos nacionales prioriza la defensa de éstos en contra de intereses
de clase.
Que
la situación catalana está en un callejón sin salida, no es algo que yo vaya a
descubrir, se ha convertido en un problema político de difícil solución: La
Generalitat quiere realizar un referéndum pactado para Cataluña, con el
Gobierno Central y este se niega a aceptar estas condiciones ya que la
Constitución deja claro que la soberanía nacional recae en el conjunto de todos
los españoles. Por lo tanto, la única salida que le queda a la Generalitat es
hacer un referéndum no pactado, por lo que no tendrá una participación
significativa lo que no legitimará el proceso. Por otro lado la Generalitat
podría pactar un referéndum sobre la autodeterminación de Cataluña en todo el
Estado Español, lo que si estaría dentro de la Constitución y después acogerse
a los resultados de las fronteras catalanas para legitimar el proceso de
legitimación, pero esto supondría dar un paso que rompería el tira y afloja con
Madrid y por lo tanto el fin del circo, algo que no conviene ni al gobierno
catalán ni al central.
En
todo este circo no he metido ni a ERC ni a la CUP, por una sencilla razón, son
partidos independentistas, que aunque parecido, no es lo mismo que
nacionalista, y por lo tanto sus objetivos son otros distintos a los de los
partidos nacionalistas.
El derecho de
autodeterminación de los pueblos, está recogida en los pactos internacionales
de Derechos Humanos y también en numerosas resoluciones de la Asamblea General
de la ONU.
Voy a concluir con dos citas
que resumen mi parecer sobre esta cuestión:
“La burguesía no tiene Dios, no
tiene patria, sólo tiene bolsillos” Juan Manuel Sánchez Gordillo.
“Todo imbécil execrable, que no
tiene en el mundo nada de que pueda enorgullecerse, se refugia en este último
recurso, vanagloriarse de la nación a que pertenece por casualidad” Arthur
Shopenhauer.
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