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miércoles, 7 de abril de 2021

LOS MALOS COMERCIALES.

             Si algo aprendí durante los diez años que trabajé como comercial es que si para vender tu producto o servicio tienes que hablar mal del de la competencia, entonces tu producto o servicio no merece la pena. Lamentablemente, la técnica de despreciar a la competencia es una técnica usada demasiadas veces por los malos comerciales. Cualquier empresa debe ver en la competencia a su principal maestro y aprender de ella para mejorar.

Por eso, cuando un comercial intente venderte algo menospreciando el producto o servicio de la competencia desconfía, lo que te ofrece no tiene características dignas de admirar o que se diferencien del resto.

De un tiempo a esta parte esta técnica de venta se ha trasladado a la política y hace ya demasiado tiempo que los partidos que se presentan a las elecciones han dejado de explicar que es lo que harían si consiguieran el gobierno y se han dedicado a criticar a sus oponentes políticos dejando a los votantes en la siguiente disyuntiva “o yo, o el caos”.

Las elecciones a la Comunidad de Madrid tienen una especial importancia en el resto del Estado debido al centralismo sociológico impregnado en las más hondas raíces del sentir español y que la España de las autonomías no ha conseguido eliminar.

Explicar las medidas propuestas en los distintos programas electorales ha sido sustituido por la publicación de memes donde se ridiculiza al oponente, se insulta al contrario o se miente descaradamente, llegando, a veces, a ser un verdadero insulto a la inteligencia. Las bases ideológicas que sustentarán las acciones que se llevarían a cabo si se consiguiera la victoria electoral, han sido sustituidas por la exaltación de un líder o lideresa carismático/a que nos prometen salvarnos del caos que se produciría si ganara la opción contraria.

Y aunque todo esto es obvio, claro y patente, los ciudadanos/as, que somos quienes “sufriremos” las decisiones que tomarán las opciones vencedoras durante los próximos cuatro años, tragamos y alentamos el método con el que estos malos comerciales quieren “vendernos” sus servicios.

Todo esto no es un llamamiento a la abstención, nada más lejos de mi intención, votar es el pequeño espacio que esta democracia nos ha dejado para hacernos oír, lo que pido al votante es algo más complejo, le pido que se informe, que profundice en las opciones políticas que contraste los programas electorales con sus intereses y que vote en conciencia a quien crea que va a defender mejor sus intereses y necesidades. A fin de cuentas la democracia es nuestra última esperanza.

“A usted no le interesa la política, pero a la política le interesa usted” León Trotsky.

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