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martes, 17 de junio de 2025

CORRUPTOS Y CORRUPTORES

             Decía Jean Jacques Rousseu que nadie debería ser tan rico como para poder comprar a otro, ni nadie tan pobre como para tener la necesidad de venderse. A todas luces, los últimos implicados en casos de corrupción no eran pobres, en absoluto, todo lo contrario, disfrutaban, y disfrutan, de un cuantioso patrimonio, por lo tanto la necesidad no ha sido el móvil de esta corruptela, por lo que me inclino por la sentencia del historiador y biógrafo griego Plutarco que dijo “La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre; pero el oro no apaga jamás la avaricia”.


Mucho se está hablando de los audios que acusan a Koldo, Ábalos y Cerdán, de corrupción, independientemente del tono utilizado en las conversaciones, el machismo lleno de testosterona, etc., demuestran que, si los socialistas implicados eran unos corruptos, la empresa ACCIONA es el corruptor.


ACCIONA, es una empresa multinacional dedicada a las infraestructuras y energías renovables, dirigida desde su fundación en 1997, por la familia Entrecanales, y cuenta entre sus accionistas al polémico fondo de inversión Blackrock y cotiza en el IBEX 35.

No hace falta investigar mucho para deducir que la mayor parte de su negocio se lleva a cabo a través de licitaciones públicas para la realización de obras e infraestructuras que son necesarias en los distintos países, para acceder a estas obras, al menos en España, es necesario presentarse a un concurso de licitación pública con otras empresas del sector.

Utilizar métodos fraudulentos para conseguir contratos estatales, incluyendo el soborno de altos cargos políticos, pone en evidencia las debilidades del sistema, por lo que urge poner solución a estas prácticas propias de regímenes que se encuentran en las antípodas de un sistema democrático.

Castigar a los corruptos es tan necesario como castigar a los corruptores, impedir la presentación de empresas que han sido condenadas por corrupción a estas licitaciones es lo menos que debería legislarse para disuadir a otros de llevar a cabo las mismas prácticas.

Por otro lado, decir que los licitadores de obra pública deben presentar varios pliegos (económico, técnico…) que son supervisados por funcionarios que dan el visto bueno a la documentación presentada, por lo que sospecho que no son únicamente los políticos los que han sucumbido al encanto del soborno.

Mientras estamos entretenidos con el circo que han montado, la profundidad del problema debe evitar banalizarse, ya que pone en cuestión toda la estructura de la que nos hemos dotado para construir el Estado de Derecho en el que vivimos.

Si no se corrige a tiempo, puede que todo caiga como un castillo de naipes.

“La realidad verdadera no es nunca la más manifiesta” Claude Levi-Strauss

lunes, 9 de junio de 2025

LA AMISTAD ES UN ESTADO DE CONVENIENCIA

 

Durante la presentación de “Noviembre desordenado” de Juan Antonio González Ruiz-Henestrosa, durante el turno de palabra de los asistentes, salió a colación el debate sobre uno de los aforismos situados en “Animalario III” que dice de la siguiente manera: “La amistad es un estado de conveniencia”.

Las posturas que se confrontaban se dividían entre parte del público que se mostraba en contra de esta afirmación y el autor que la defendía como cierta.

Me pareció un tema interesante sobre el que pensar, ya que los aforismos me fascinan por tener tanta profundidad en tan pocas palabras, desde ese día no paro de reflexionar sobre este aforismo llegando a la siguiente conclusión.

Aristóteles, en su obra “Ética para Nicómaco” dice que el fin último de la vida humana es la felicidad, siguiendo al filósofo estagirita, la amistad es una relación recíproca de benevolencia, donde cada individuo desea el bien al otro por el otro mismo, no por utilidad o placer, por lo tanto, en la amistad, podríamos decir que existe un deseo de bien mutuo, ya que el propio concepto de amistad incumbe a más de un sujeto, es un concepto que no tiene sentido en la individualidad, si no existiera este deseo del bien de la otra persona no podría denominarse amistad.

Podría resumir que el bien de mis amigos y amigas me hace feliz per se, y si decía Aristóteles que el fin último de la vida es encontrar la felicidad, tener amistades es algo que me conviene a mí y a aquellas personas que me consideran su amigo.

Tras este razonamiento, llego a la conclusión de que el aforismo de Juan Antonio González, es acertado y el autor lleva razón al afirmar que “la amistad es un estado de conveniencia”, en un sentido recíproco ya que me acerca a la eudaimonia (felicidad).

Una vez llegado a este punto, revisen su lista de conocidos y reconozcan (para sus adentros) cuantos de los que hasta ahora han llamado amigo o amiga lo son realmente. En un mundo donde el “yo” se ha impuesto al “nosotros” cultivar la amistad (la amistad en sentido aristotélico) no es fácil.

Una cosa más, no pierdan la oportunidad de leer “Noviembre desordenado”.

“Sea amigo aquel que se alegra con las bienaventuranzas de uno y se entristece con las penas” Aristóteles.

miércoles, 4 de junio de 2025

CARTA ABIERTA AL ALGORITMO DE INTERNET

 

Querido algoritmo:

Desde que apareciste, las redes sociales en particular e Internet en general se han vuelto más aburridas, más predecible y por lo tanto más inservibles y aburridas. Lamento comenzar esta carta con esta crudeza, pero no hago más que expresar en lo que realmente has convertido algo que comenzó siendo entretenido y útil.

Los comienzos de Internet allá por los albores del año dos mil, se intuían como un cajón infinito donde podría caber toda la información para que estuviera al alcance de cualquier persona con acceso a la misma, comenzó siendo un “cajón de sastre” que solo necesitaba un poco de organización para poder acceder de manera más cómoda a la información que se buscaba.

Los principios, como casi todos los principios, resultaban ilusionantes y se dejaba entrever la infinidad de aplicaciones a la que, personas comunes, podríamos acceder a la información que, en otra época, estaba fuera de nuestro alcance.

Pero la realidad es que el orden que necesitaba toda esa información tomó derroteros muy distintos a los esperados, los buscadores (Google, yahoo, etc.) no ordenan los contenidos por relevancia, ni por su verificación, ni por su utilidad, sino que el contenido fue priorizado por su impacto en las personas según sus intereses y como el ser humano tiene cierta tendencia al morbo y a la exageración, y también ha demostrado tener cierto interés por teorías conspiranoicas así, los contenidos que potencian estos valores se posicionan por encima de los contenidos contrastados. Por lo tanto, es más fácil encontrar contenidos que refuerzan lo primero que lo segundo. Además, como las “cookies” guardan información sobre nuestras búsquedas, estos contenidos multiplican su visibilidad haciéndonos creer que estas teorías disparatadas son la realidad.

En relación a las redes sociales, pasa algo parecido. Por ejemplo, Facebook, una aplicación que nos dio la oportunidad de ponernos en contacto, con personas que se encontraban lejos, con personas que no conocíamos, pero con los que coincidíamos en gustos, se ha convertido en un panel publicitario, donde productos o “discursos” que nos son afines, se repiten hasta la extenuación, y donde ya es complicado ver las publicaciones de las personas que tenemos agregadas como “amigas”.

¿Qué decir de X? (anteriormente conocida como Twitter) se ha convertido en un estercolero de odio, donde la gente expande todo el rencor que lleva dentro, de manera anónima y contra gente, que en muchas ocasiones ni conoce, ni le preocupa la repercusión que pueda generar sus comentarios.

Con Instagram pasa un poco, igual que con Facebook, se ha convertido en un panel publicitario, cuyos filtros nos hacen creer que somos fotógrafos profesionales, convirtiendo a personas que no aportan nada en verdaderas personas influyentes (que ahora se llaman influencers).

Querido algoritmo, sé que tu forma de actuar es interesada, que tu objetivo no es acercarnos la información, sino alimentar una de las necesidades humanas más elementales: engordar nuestro ego haciéndonos creer que tenemos razón en lo que pensamos, sin embargo lo que haces es confundirnos y dificultarnos que encontremos la información veraz, contrastada y verdaderamente útil, para volvernos cada vez más idiotas, y puede que hayas ganado alguna batalla, pero la guerra acaba de comenzar.

“Twitter te hace creer que eres sabio, Instagram que eres fotógrafo, y Facebook que tienes amigos. El despertar va a ser duro” Jean-François Leroy