Uno de los grandes avances del ser humano ha sido la producción intensiva, tenemos como ejemplos las granjas y las fábricas.
Las
granjas aparecen con la sedentarización del ser humano, la domesticación de
animales consiguió la facilidad de obtener el consumo diario que derivó en la
producción intensiva de productos de origen animal: leche, huevos, carne… estos
productos facilitaban la alimentación de una mayor población.
Del
mismo modo, tras la revolución industrial, la producción intensiva de productos
consiguió que un gran número de personan tuvieran acceso a distintos tipos de
productos fabricados en serie, que cumplían diferentes funciones.
En la actualidad un nuevo sujeto es producido en cadena y de forma intensiva “el político”.
Podemos
comprobar, desde el más humilde ámbito local hasta las altas esferas nacionales
e internacionales, como los políticos se “crían” en las “juventudes” de los
partidos políticos desde temprana edad, allí se les moldea y se les vincula
ideológica y emocionalmente con el partido político en cuestión. Cuando estos
jóvenes tienen la “calidad” exigida por los cánones planteados por sus dirigentes,
empiezan a trabajar para las siglas políticas en cuestión, este trabajo
comienza en una empresa vinculada al partido o como consejero o “cargo de libre
disposición” en alguna administración, para llegado el momento, y habiendo
demostrado la fidelidad debida, ser incluido en una lista electoral para
trabajar como cargo electo del partido.
Son muchos los ejemplos que tenemos de políticos que han militado y trabajado, exclusivamente para su partido, por lo tanto, es al partido al que deben lealtad, no a un ideal o al pueblo que representa, sino al partido.
Políticos criados como en las granjas para llenar los espacios de poder que se van generando, para ello deben mostrar fidelidad, lealtad a sus dirigentes, ser acríticos con las decisiones del partido y sobre todo mostrar su absoluta entrega en las tareas encomendadas, de no ser así no pasaran de afiliados de base que para lo único a lo que se les llamará será para pegar carteles en las distintas campañas electorales.
Decía
José Bono (exministro y antiguo presidente de Castilla la Mancha) que para ser diputado
lo que hay que hacer es conocer a la persona que hace las listas y podemos
comprobar que ese es el principal valor que demuestran muchos de los candidatos
a las distintas citas electorales.
A
pesar de todo, somos la ciudadanía que los vota los que legitimamos esta
situación, por lo que somos en parte responsables de la perpetuación de esta
dinámica. La democracia requiere una responsabilidad, no solo a los que nos
gobiernan, sino también al pueblo que los elige.
“El mundo no recompensa la honestidad y la independencia,
recompensa la obediencia y el servicio” Noam Chomsky
Creo que salvo honrosas excepciones, tienes razón y el sistema está generalizado. Pero aún, forma parte de la condición humana y veo difícil el cambio
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