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domingo, 27 de abril de 2025

¿Y SI APAGAN INTERNET?

 Reflexiones sobre la respuesta del ser humano a un apagón tecnológico.

El mundo de hoy no se puede entender sin la influencia de Internet, muchos de los aspectos de la vida cotidiana están vinculados a la red de redes: hablar por teléfono, ver la televisión: tanto la tradicional como los distintos canales de televisión en streaming. A la hora de viajar utilizamos las distintas páginas para encontrar hoteles, vuelos, billetes de tren, consultamos que visitar en nuestro destino en las distintas páginas web, y valoramos los restaurantes donde comemos dejando una reseña en alguna página, para que las personas que lo visiten detrás nuestra conozcan nuestra “valiosa” experiencia., etc.


Ya no es necesario visitar las tiendas en busca de los productos que queremos, al alcance de nuestra mano (en sentido literal) se encuentran todos los productos que existen en el mercado global y en pocos días el producto elegido cruza el mundo para llegar a la puerta de nuestra casa, el cual hemos pagado de forma telemática.

Algo similar pasa con las interacciones personales, para poder hablar con cualquier persona con la que queramos, para ponernos en contacto con ellas no es necesario verlas físicamente, sino que a través de cualquier aplicación de mensajería instantánea podemos hablar con ella sin necesidad de movernos. Es más, incluso los juegos online permiten contactar con las personas que deseemos para pasar un rato de ocio.

Son muchos otros aspectos los que están dominados por Internet en los que no voy a profundizar por no extenderme.

Sin embargo, ¿qué ocurriría si Internet dejara de prestar servicio a nivel global? Supongo, que el caos se apoderaría de la población en general, ya que las rutinas diarias, de una forma u otra, están vinculadas con acciones en Internet, pero si algo nos enseñó el confinamiento durante la pandemia del COVID es que el ser humano es una animal de recursos para poder seguir socializando, no olvidemos que nuestra esencia, como especie, es ser un Ser Social, tal y como dijo Aristóteles.

Pienso que lo primero que generaría la caída de Internet sería una vuelta al contacto físico, a buscarnos para hablar, para saber de nosotros. Las relaciones personales se fortalecerían a través de la palabra hablada cara a cara. Nuestra presencia en las calles aumentaría como forma de ocio, podríamos disfrutar del paisaje que nos rodea al no ir mirando el móvil mientras vamos andando y nos acostumbraríamos a llevar a cabo nuestras responsabilidades de forma más pausada. Disfrutaríamos de nuestro tiempo libre sin tener que leer mensajes y mails del trabajo mientras estamos en nuestro periodo de descanso. El lápiz y el papel, volverían a tener el protagonismo que les quitó el ordenador.

La inmediatez quedaría en un segundo plano y seríamos más pacientes a la hora de conseguir lo que queremos.

Pero, si después de un tiempo, Internet volviera a funcionar, tal y como también nos enseñó la pandemia del COVID, volveríamos a ser los mismos que somos hoy y recordaríamos ese paréntesis con agrado o con pavor, dependiendo de cómo nos hubiéramos adaptado a ser de nuevo, simples seres humanos.

“En el fondo, son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida” Wilhelm von Humboldt

lunes, 21 de abril de 2025

EL PONTIFICADO DE FRANCISCO

 

El 21 de abril de 2025 nos despertamos con la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, el pontífice que sustituyó al conservador Benedicto XVI, fue la esperanza de la progresía católica que esperaba de un Pontífice latinoamericano una visión más acorde a los tiempos que vivimos que su antecesor, que fue conocido como por ser el guardián de la ortodoxia católica.

El discurso de Francisco ha tenido sus luces y sus sombras, donde ha tenido actos de acercamiento a otras religiones, ha instado a los gobiernos a regular a la población migrante y ha abogado por el derecho a unas condiciones dignas de vida de la población más pobre.

Al otro lado de la balanza se encuentra el discurso más reaccionario en relación a la homosexualidad a la que determinó como “pecado”, o su oposición a que la mujer tuviera un papel más determinante dentro de la iglesia católica.

Es justo destacar que Francisco tuvo que lidiar con una fuerte oposición conservadora que criticó sus discursos más progresistas soportando declaraciones de los cardenales más reaccionarios que criticaban la posición del Papa en relación a la población migrante entendiendo éstas como contrarias a la doctrina católica.

Quizás la obra más importante que nos deja Francisco como líder espiritual de más de mil cuatrocientos millones de católicos es la encíclica Fratelli tutti, escrita en 2020, cuyo tema principal es la fraternidad y la amistad social y donde recoge su posición sobre la migración, entendiendo que los flujos migratorios deben tratarse desde un enfoque humano, en ella cita textualmente “el pecado es negarse a encontrar al otro, al diferente, al prójimo, cuando ésta es, de hecho, una oportunidad privilegiada para encontrar al Señor”.

Los designios por los que se nombrará a un nuevo pontífice son inescrutables, y tradicionalmente la iglesia ha ido alternando (aunque esto no sea ninguna regla inquebrantable) a Papas de corte conservador con Papas de corte progresista. La salida de la fumata blanca nos anunciará al nuevo Papa. El tiempo dirá si este nuevo Papa terminará el trabajo comenzado por Bergoglio o volverá a la iglesia a posiciones más conservadoras. Mientras tanto, habrá que esperar a que el Cardenal Protodiácono nos anuncie Habemus Papam.

“La legítima regulación de la migración nunca debe socavar la dignidad esencial de las personas” Papa Francisco