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lunes, 25 de noviembre de 2013

¿QUE ES EL PROGRESO?

Hoy veremos la idea de progreso que propone C. Lévi Strauss en su escrito Raza e Historia, para ello veremos las distintas concepciones que se tienen del término progreso, estas son tan variadas como autores, aquí intentaremos exponer una muestra significativa de ello.
Comenzaremos viendo el concepto de progreso para Jean Jacques Rousseau, padre de la obra “El Contrato Social” escrito en 1761, dentro de la corriente de la Ilustración y en los albores de la Edad Contemporánea, en él Rousseau explica que una vez aparecida la propiedad privada comienza la desigualdad y que el ser humano ha de dirigir el progreso hacia la vuelta de un “estado natural” para poder tener un futuro dorado.

Adam Smith, padre del liberalismo económico, en su obra “la riqueza de las naciones” encontró en el progreso la herramienta necesaria para llevar a las naciones a la estabilidad económica.

Para Karl Marx el progreso como escribiría en “El Capital” y en el “Manifiesto Comunista” llevaría a la humanidad a la eliminación del capitalismo y la aparición del socialismo.

Estos tres autores entienden el progreso como el avance hacia una mejor situación del ser humano, aunque no entran en detalle de cómo ha “progresado” la humanidad hasta el día de hoy.
Una de las etapas que suelen ponerse de ejemplo para explicar el progreso de las civilizaciones suele ser la revolución Neolítica que se dio a nivel global.
Según Marvin Harris (1984:167) “El progreso del Neolítico abrió tantas posibilidades culturales y ecológicas nuevas que se invirtió esta relación[1]. Por primera vez en la historia del mundo, nuevos sistemas ecológico-naturales se sucedieron rápidamente unos a otros, con más rapidez de la que podían difundirse a regiones potencialmente receptivas”. Para Harris el progreso es una cuestión de fallo y error.

Según Lévi Strauss el progreso no es lineal sino que las distintas etapas se superponen y conviven, hasta que la más útil eclipsa a la menos útil siendo desechada ésta. Esto también es equiparable al plano racial, donde el Homo Sapiens, es más que probable, conviviera con el Neanderthal, sobreviviendo quien obtuvo una mejor adaptación al medio.
Para Lévi Strauss el “progreso” no es ni necesario ni continuo, procede a saltos y en cada variación se obtienen adelantos y retrocesos.
Esto no justifica que el progreso sea homogéneo para todas las culturas, las culturas evolucionarán de una forma similar aquellas que entren en contacto entre sí, ya que colaborarán e imitaran los “progresos” de sus vecinos aportando cambios de su cosecha propia, pero partiendo de la corriente del relativismo cultural esto no quiere decir que unas culturas sean más avanzadas que otras por el desarrollo que hayan obtenido ya que todas progresan para cubrir sus necesidades y esto no justifica que se puede considerar a una cultura por encima de otra.
La supremacía armamentística hizo que los países ibéricos pudieran colonizar el continente americano en busca de recursos para mantener el estatus económico de las metrópolis obteniendo, no sólo nuevos territorios, sino también nuevos vasallos que pagaran los tributos a la corona que permitieran mantener su nivel de vida. Años más tarde, con la implantación de la revolución industrial y el capitalismo, en Inglaterra, se hace necesaria la búsqueda de nuevas fuentes de materia prima y nuevos mercados a los que “suministrar” objetos manufacturados, se utilizan argumentos económicos, raciales y paternalistas para la explotación de los nuevos terrenos colonizados entre otros el exportar el “progreso” a los “salvajes” colonizados.
Pero previo al descubrimiento de América nos encontramos con civilizaciones precolombinas como son los Incas o los Aztecas que son imperios de una complejidad social, político y económica importante, habiendo avanzado por ejemplo en matemáticas mucho más que los europeos, haciendo que, por ejemplo, su calendario fuera mucho más exacto que el nuestro, y que fueron sometidos simplemente porque la capacidad armamentística de los europeos era superior.
De todas formas la idea de progreso no está zanjada. El pasado 5 de septiembre de 2011 expertos en antropología, entre ellos el profesor de Investigación del CSIC Luis Díaz de Viana aseguraban que había que revisar la idea de progreso en el pasado Congreso de la Federación de Asociaciones de Antropología del Estado Español, celebrado en la Universidad de León.
Díaz de Viana propone una “rehumanización” del hombre actual, haciendo especial hincapié en la búsqueda del arraigo y a la identidad, y que el avance tecnológico no puede conllevar que el ser humano se aleje de sus raíces porque puede provocar su deshumanización, ya que la cultura es lo que constituye al ser humano como tal[2].
En una antigua película, Metrópolis, dirigida por Fritz Lang de 1926, se expone como el “progreso” tecnológico termina convirtiendo a todos los seres humanos en parte de una enorme maquinaria al servicio del Capital.

Quizás deberíamos volver a releer a J.J. Rousseau y encaminar el “progreso” hacia el “estado natural” de las cosas.

Bibliografía.
Moreno Feliu, P. 2010: Encrucijadas Antropológicas, Madrid, Editorial Universitaria Ramón Areces.
Rousseau, J.J.: 1761 (1983): El Contrato Social, Madrid. Editorial Sarpe.
Smith, A: 1776 (2006): La Riqueza de las Naciones, Argentina, Editorial El Ortiba.
Marx, K y Engels, F: 1859 (2007): El Capital, Barberá del Vallés, Editorial Edico Comunicación.
Marx, K y Engels, F: 1872 (1999): El Manifiesto Comunista, Barberá del Vallés, Editorial Edico Comunicación.
Harris M, 1971 (1984) Introducción a la Antropología General, Madrid, Editorial Alianza.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Monopoly



Cuando era pequeño, jugando a uno de mis juegos de mesa favoritos, me tocó responder  a la siguiente pregunta; “¿Qué juego está prohibido en la Unión Soviética? Cuya respuesta era: El Monopoly. En aquel momento no entendí bien porque podía estar prohibido en aquel país, y al preguntar a mis padres el porqué, me contestaron que era porque se trataba de un juego capitalista. En aquel momento me conformé con aquella respuesta aunque no entendía bien el motivo.

Al intentar dar una respuesta a aquella pregunta de mi primera juventud parto de la premisa que todos los lectores conocen el juego del Monopoly, de no ser así en este enlace podrán encontrar las normas de dicho juego:
El objetivo del juego del Monopoly es ganar a costa de “arruinar” al resto de los jugadores, para ello todos los jugadores parten de las mismas condiciones “económicas” y a través de la suerte y de unas habilidades “negociadoras” básicas pueden conseguir su objetivo.

Es muy curioso el tipo de comportamientos que se dan durante el juego: al principio cuando todos los jugadores tienen las mismas condiciones, los comportamientos pueden ser similares, todos basan su estrategia en la suerte de caer en las casillas deseadas, pero a medida que el juego va avanzando y la igualdad “económica” va desapareciendo los comportamientos también van cambiando.
Comenzaremos a analizar el comportamiento de los perdedores.
Cuando el jugador lleva perdido aproximadamente una cuarta parte del dinero inicial no se aprecia una especial preocupación, ya que se achaca la situación a una cuestión de suerte, y que la situación puede cambiar si ésta cambia, cuando se lleva perdido la mitad del patrimonio inicial el nerviosismo empieza a hacerse visible y se intenta cambiar de estrategia, a partir de aquí partimos desde la desventaja a la hora de negociar cualquier acción, hecho que será aprovechado por nuestros contrincantes para conseguir una posición aún más ventajosa  si cabe.
Cuando el jugador ha perdido las tres cuartas partes del patrimonio inicial, se encuentra a merced del jugador que va ganando y las posturas  ante la negociación son sumisas, donde prácticamente es el jugador con mayor poder “económico” el que dirige la negociación.
Si resulta curioso cómo va bajando el nivel de seguridad y de control sobre la partida a medida va disminuyendo el “dinero”, más curioso resulta si cabe la actitud del jugador ganador.
El jugador que va ganando a medida que va aumentando su patrimonio va actuando con mayor desdén y prepotencia, maneja el dinero con mayor soltura y llega a ser irritante para el resto de jugadores a los que en ocasiones puede llegar a avasallar con su actitud.
A la hora de negociar con el resto de jugadores parte de una posición de ventaja, dirige la negociación de la que resulta una posición de aún más poder.
El jugador que vence tiene que partir de las siguientes premisas: la suerte, la ambición (que bien puede resultar una virtud) y la avaricia (que partiendo de las premisas del justo medio aristotélico es a todas luces un vicio) ya que el objetivo es hacer que los demás pierdan, el vencedor será quién consiga acaparar todo el “dinero” y “propiedades” del resto de los jugadores.
Podemos decir que el juego de Monopoly destaca en los jugadores valores como la sumisión o la frustración en los perdedores y la prepotencia o la avaricia, en los ganadores.
Comparando con otro juego de mesa clásico, como puede ser el ajedrez, éste también consta en vencer al contrincante, pero para ello ha de utilizarse, la estrategia y el conocimiento, que pueden considerarse dos virtudes (siguiendo el modelo de justo medio anteriormente citado).
Podemos llegar a la conclusión que el juego del Monopoly destaca los valores del sistema capitalista como es la máxima “tanto tienes, tanto vales”. Valores, que pienso, no son los más apropiados para inculcar en un juego lúdico.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

ERIC WOLF: LA CONSTRUCCIÓN DE IDEOLOGÍAS.

Eric Wolf (1923 – 1999) antropólogo e historiador estadounidense de origen judío, fue conocido por sus estudios sobre el campesinado, la influencia de Europa y sus relaciones con América Latina, una de sus obras más conocidas es Europa y la gente sin historia escrita en 1982 y traducida al español en 1987. Eric Wolf defendía una visión holista de los estudios que debían inscribirse en los contextos socioeconómicos mundiales y no sólo en los locales.
Fue discípulo de J. Steward que pretendía que la antropología explicara el modo en que las sociedades evolucionan y se adaptan a un medio físico.
La importancia de Wolf para la antropología se centra en cuestiones de poder, como podemos ver en el texto que estamos comentando.

El problema principal del que nos habla el texto es la construcción de ideologías.
Wolf pone de manifiesto que existe diferencia entre la comunicación ordinaria y la comunicación ritual, esta última está dirigida a transmitir una visión concreta del hecho. Una cosa es el significado práctico (por ejemplo: hacer la cama) y otro el significado que se le da (la cama han de hacerla las mujeres), partiendo de esta base se comienza a construir la ideología.
Según el autor, para ello es necesaria la institucionalización de códigos, esto es, imponer un significado al código que se desea implantar y reducir el resto de posibles o anteriores significados a los permitidos. Podríamos decir que se trata de la alienación del lenguaje. Repetir el “nuevo” significado a través del mayor número de canales posibles hasta que es aceptado por la sociedad a la que va dirigida.
Como bien dice Wolf es una cuestión de poder, con ello se trata de limitar las acciones de la población sometida a este poder.
La utilización del lenguaje como arma de poder, ya fue representada por G. Orwell en su novela 1984, donde el departamento de “neolengua” se encargaba de dar un nuevo significado al vocabulario y eliminar palabras “inapropiadas”.

Aunque no ha sido únicamente en la novela de Orwell donde se ha utilizado el “neolenguaje”, hace poco pudimos oír al actual ministro de economía, Luis de Guindos,  que, la economía había obtenido un crecimiento negativo del 1%, (lo que sería, había bajado un 1%) o como se criminalizan protestas ciudadanas como la acampada de sol de 2011 donde nació el movimiento 15M, los escraches, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca… para ello el poder tiene a su disposición un ejército de medios de “comunicación” que se encarga de cambiar los significación ritual de las palabras hasta hacer que todos nos limitemos a decir lo que el poder quiera que digamos.

lunes, 11 de noviembre de 2013

RAZONES EXPUESTAS POR HERSKOVITS PARA RECHAZAR LA DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS EN 1948

Lo primero que debemos hacer para entender las razones que expone Herskovits para rechazar la Declaración de Derechos Humanos en 1948, es contextualizar la situación histórica en que dicha declaración se produce.
La Declaración de los Derechos Humanos se firma el 10 de diciembre de 1948, como respuesta a la ominosa situación que se habían encontrado los países aliados en los campos de exterminio nazis durante la segunda guerra mundial. Dicha Declaración trata de cuantificar los valores esenciales que debe de disfrutar cualquier ser humano, y es un desarrollo  de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano escritos en 1789 durante la Revolución Francesa, que a su vez fue inspirada en la Declaración de Independencia de Estados Unidos, que reflejaba la tendencia filosófica del s. XVIII, época que dio paso a la Edad Contemporánea.
La Declaración de los Derechos Humanos fue aprobada por los miembros que componían la ONU, en 1948, teniendo como resultado 48 votos a favor, 8 abstenciones, y 2 ausencias.
De todas formas a pesar de la importancia del documento no es obligatorio o vinculante, aunque hay constituciones nacionales que lo incluyen en su articulado como la Constitución Española de 1978 en su artículo  10.2[1]
Su autor es Melville J. Herskovits[2], presidente de la American Antropological Association en 1947 que es cuando se firma su declaración, aproximadamente un año antes de la Declaración de los Derechos Humanos, es discípulo de F. Boas y unos de los creadores del relativismo cultural, de ahí su postura referente a la Declaración de los Derechos Humanos.
Para Herskovits la Declaración de los Derechos Humanos es parcial ya que toma como referencia al ser humano a nivel individual, de ahí el carácter liberal de la Declaración, obviando al ser humano como ser social.
Para que existiera una verdadera Declaración de los Derechos Humanos, estos deben incluir a TODOS los humanos y no solamente a los pertenecientes a un círculo cultural para evitar el etnocentrismo dominante teniendo como referente cultural Norteamérica y Europa.
Herskovits señala que existen distintos tipos de sociedades  y todas igualmente válidas ya que no hay forma de cuantificar la valía de una cultura, en este argumento pone de manifiesto su defensa del relativismo cultural y es exactamente lo que demanda de la Declaración de la ONU, que haga referencia a la valía del ser humano como ser social.
También hace referencia al papel del colonialismo y como este ha servido para que los países colonizadores hayan explotado a lo largo de los siglos a los países colonizados, menospreciando su forma de vida, sus creencias, e imponiendo una forma de vivir y unas creencias que nada tenían que ver con las originales.
Herskovits hace referencia a como los países occidentales han utilizado un falso paternalismo para con los países colonizados, siendo estos explotados económicamente y anulada su autonomía política para poder disponer de sus asuntos como ellos mejor crean. No es menos cierto que cada uno de los seres humanos piensa que la forma de vida más adecuada es la que cada uno lleva, por lo tanto debe ser respetadas todas y cada una de ellas.
Llegado a este punto Herskovits plantea una tres puntos que deben ser tenidos en cuenta en la Declaración de los Derechos Humanos y sobrepasan el nivel individual del sujeto, complementándolo como ser social[3]:
  1. El individuo desarrolla su personalidad a través de su cultura, por tanto, el respeto hacia las diferencias individuales conlleva un respeto hacia las diferencias culturales.
Como podemos leer en este punto el autor no entiende al ser humano sino como ser social, donde se forma íntegramente dentro del grupo, por lo tanto para poder respetar sus derechos en plenitud, debemos de partir en respetar los derechos del grupo cultural al que pertenece, este punto puede crear controversia ya que todos y cada uno de nosotros considera su modo de vida como el más apropiado, y mientras unos grupos tienen unas costumbres otros grupos tienen justo la contraria y ambas pueden estar justificadas atendiendo al trasfondo cultural al que pertenece.
Pongo como ejemplo en el siglo XVI, durante la conquista de América, los españoles ponen de manifiesto el horror que supone los sacrificios humanos que llevan a cabo el pueblo azteca, sin embargo se veía con total normalidad que la Inquisición torturara y matara en nombre de Dios, y a ambas posturas nos posicionamos en contra en la actualidad. Contextualizando cada acción, tanto los aztecas como los inquisidores consideraban que hacían un buen acto, pero hay que tomar las referencias de la época para poder comprenderlo.
  1. El Respeto a las diferencias entre culturas está validado por el hecho científico de que no se ha descubierto ninguna técnica de evaluación cualitativa de culturas.
La Antropología[4] según la RAE (Real Academia Española) es: 1. Estudio de la realidad humana. 2. Ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre.
Como ciencia debe basarse en hechos contrastados, no en conjeturas ni suposiciones, por lo que al no haber ningún método científico que pueda evaluar cualitativamente cada cultura, no se puede basar en ningún criterio para decir si tal o cual cultura es mejor o peor. Por lo que la Declaración de los Derechos Humanos no puede basar su contenido en el eje filosófico de la Europa del s. XVIII ya que así sólo abarca una parte de la población y es la que se siente identificada con dicha corriente filosófica. En la actualidad es posible conocer los ejes maestros que rigen la forma de vida desde Asia a América, pasando por África u Oceanía, continentes que han sido expoliados por las potencias europeas desde su descubrimiento, imponiendo su forma de vida y su moral menospreciando la cultura indígena siendo tratada de “inferior” sin motivo.
  1. Las normas y los valores son relativos  a la cultura de la que se derivan, de manera que cualquier intento de formular postulados que surjan de las creencias o los códigos morales de una cultura debe por esto mismo restar valor a la aplicabilidad  de cualquier Declaración de los Derechos Humanos a la humanidad en su conjunto.
Los  conceptos de bien o mal se desarrollan dentro del marco cultural de referencia, no teniendo porque coincidir con otro marco de referencia, y no por esto ha de cuestionarse la idoneidad de dichos conceptos.
Siendo esto cierto, encuadrado dentro del relativismo cultural que promueve Herskovits, no podemos dejar de caer en la tentación de cuestionar la idoneidad de unas u otras costumbres, pondré como ejemplo una noticia que ha sido muy difundida por los medios últimamente, la prohibición de conducir de las mujeres de Arabia Saudí[5]. A raíz de esta noticia me hago las siguientes preguntas: ¿Somos los occidentales las personas apropiadas para cuestionar esta ley? ¿El desafío de las mujeres sauditas está condicionado por el marco de referencia cultural occidental? ¿Es esto una muestra de colaboración cultural para un avance cultural?
Llegado a este punto podríamos sacar varias conclusiones:
La Declaración de los Derechos Humanos está basada en un contexto histórico y filosófico concreto, que da respuesta a la situación geopolítica resultante de la II Guerra Mundial.
Al tomar como referencia la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 promulgada durante la Revolución Francesa tomando como eje filosófico la Ilustración, primando el individualismo frente al ser humano como ser social, por lo que la concepción que promulga del ser humano es incompleta, este punto es al que hace referencia Herskovits.
Habría que tener en cuenta el significado de Humano para cada cultura, ya que para la Alemania nazi, los humanos eran los pertenecientes a la raza aria, todos los demás eran subgéneros de ese grupo o subhumanos. Para los antiguos esclavistas los africanos carecían de alma por lo tanto no podían considerarse humanos. Teniendo en cuenta ambos conceptos tanto los nazis como los esclavistas podrían haber cumplido la Declaración de los Derechos Humanos de 1948.





[1] España. Constitución Española, 1978
[3] Moreno Feliu, P. 2010: Encrucijadas Antropológicas, Editorial Universitaria Ramón Areces.
[4] VVAA, 2006: Diccionario Esencial de la Lengua Española. Madrid, Espasa Calpe, S.A.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Concepto de Raza y Cultura de Lévi-Strauss



En el siguiente ensayo intentaré profundizar en el concepto de cultura que propone  Lévi-Strauss en su escrito Raza e Historia, donde se centra entre la diferencia entre raza y cultura para plantear una alegato antirracista basado en estudios científicos, analizando toda cultura dentro de la corriente del relativismo cultural, donde se analiza el mundo dentro de los parámetros  propios de cada cultura, es una oposición al etnocentrismo, donde se analiza  el mundo de acuerdo a los parámetros  de la cultura propia.
En una época donde se da un crecimiento de movimientos racistas espoleados por la situación de crisis económica en la que vivimos, es positivo retomar conceptos para poder evitar el surgimiento de movimientos racistas que basan su ideología en la supremacía de una raza por encima de otra.
Veremos también como algunas culturas se han aprovechado de un mayor armamento para progresar a costa de otras, y como el contacto de varias culturas termina con la modificación de ambas.
En este ensayo utilizaremos términos como Raza o Cultura, que interesa que queden claro su significado y como tienen varias acepciones podría dar pie a malentendidos, por lo que partiremos de sus respectivas definiciones:
Raza: Cada uno de los grupos en que se subdividen algunas especies biológicas y cuyos caracteres diferentes se perpetúan por herencia.
Cultura: -popular. Conjunto de manifestaciones en que se expresa la vida tradicional de un pueblo1.
Estos dos términos son utilizados muy alegremente de forma general, y si nos paramos en su definición podemos darnos cuenta que son muy diferentes, el concepto de raza es una condición puramente genética, el segundo está relacionado con la interacción de los grupos humanos independientes de la raza a la que pertenezca, como dice Lévi-Strauss “Cuando se intenta caracterizar las razas biológicas por propiedades psicológicas particulares, se aparta un tanto de la verdad científica ya se las defina de manera positiva como negativamente”2, pero es fácil vincular ambos términos, ya que originalmente el mundo se hallaba dividido racialmente dando condiciones físicas adaptativas diferentes a cada una de ellas dependiendo de la zona donde estuvieran ubicadas. Debido a diversos motivos; expansión, colonización, imperialismo… ha hecho que estos grupos humanos hayan ido mezclándose, asimilándose unos a otros, dividiéndose, etc, por lo que la humanidad va homogeneizándose racialmente debido al mestizaje, pero esto no puede darse en un periodo corto de tiempo, sino que su proceso es lento con avances y retrocesos.
Uno de los periodos de retroceso de la humanidad fue la primera mitad del s. XX donde la eugenesia (aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana) tomó mayor auge donde muchos de los estados la llevaron a cabo, países como Alemania, quizás el caso más conocido por el resultado del holocausto, o Estados Unidos, donde se esterilizaron a miles de personas para preservar la pureza racial. Parece que este oscuro tiempo ha pasado.
Si nos centramos en el concepto  “Cultura” tenemos evitar que su análisis parta de un etnocentrismo latente, ya que todo análisis se ve condicionado por nuestra base cultural que nos hará percibirla de una manera sesgada, ya que muchas veces vemos como un rasgo fuera de toda civilización cualquier representación cultural que se aleje de lo que tenemos asimilado por nuestra experiencia como civilizado, hay que utilizar la corriente relativista para evitar que esto suceda.
Podemos decir que existen tantas culturas como grupos humanos, podemos ver como en los pueblos que nos rodean, de los que nos separan escasos kilómetros, tienen tradiciones y manifestaciones culturales diferentes a las nuestras, también es cierto que hay manifestaciones culturales que se han extendido por diferentes territorios, ya sea por los fenómenos migratorios, el colonialismo…
Lo que podemos decir que cuando dos culturas han tomado contacto una ha sido influenciada por la otra y viceversa, lo que ha generado una evolución en ambas culturas, unas veces por asimilación de una por otra, otras veces por eliminación de una de ellas. El contacto de varías culturas ha dado como resultado el progreso del grupo humano que se ha visto implicado, ya que la relación entre varios grupos humanos hace que unos tomen de los otros soluciones a problemas que quizás no han encontrado por sí mismos, por lo que podemos encontrar en la colaboración entre culturas un proceso de progreso de la humanidad, podemos decir que los periodos de mayor avance en la humanidad han sido momentos en que la confluencia de varias culturas han influido para que se den cambios significativos, por ejemplo la influencia entre la cultura griega y la romana, el Renacimiento con la colaboración entre la cultura occidental, asiática y americana…
Podríamos pensar que dicha colaboración puede ser un motor de progreso, esto es muy discutible y podríamos poner como ejemplo la revolución neolítica, donde se dieron avances tecnológicos a nivel global, que mejoraron las condiciones de vida del hombre del neolítico, a partir de la época del colonialismo, entran en contacto las culturas autóctonas con las colonizadoras, cuyo resultado es la explotación de la cultura autóctona, que son sometidas por la fuerza de las armas, no porque la cultura colonizadora sea superior. La cultura colonizadora se aprovecha de los recursos, naturales, económicos y humanos de la cultura colonizada entrando en una dinámica en la que las culturas colonizadas van siendo absorbidas por la cultura colonizadora y va asumiendo rasgos culturales como propios o van creándose nuevas referencias culturales como puede ser el ejemplo de la santería1 , en su tercera acepción Sistema de cultos que tiene como elemento esencial la adoración de deidades surgidas del sincretismo entre creencias africanas y la religión católica ,o el aumento del cristianismo por todo el territorio colonizado.
Después de todo esto podemos llegar a la conclusión de que no puede considerarse a ninguna cultura superior a la otra podríamos encuadrarnos dentro del concepto de “Relativismo Cultural” toda cultura tiene que ser entendida dentro de sus propias características. El proceso de explotación llevado a cabo por los países europeos a lo largo de la época de la colonización no se debe a ser una cultura superior sino a tener una mayor tecnología armamentística, ya que todo el terreno colonizado lo fue por las armas.
Toda cultura cuando entra en contacto con otra ambas se ven modificadas dando como resultado en muchos casos la desaparición de una de ellas, la modificación de ambas, asimilación, o la desaparición de una de ellas. Como dijo Jommo Kennyatta, padre  y fundador de la nación de Keniana, “Cuando el hombre blanco vino, nosotros teníamos la tierra y ellos tenían la Biblia. Nos enseñaron a rezar con nuestros ojos cerrados y cuando los abrimos, ellos tenían la tierra y nosotros la Biblia”
El concepto de raza es distinto al de cultura, ya que el primero es un hecho genético y el segundo se refiere a la interacción de grupos humanos que se ven modificados cuando entra en contacto con otro grupo humano.