De la Sociedad de Naciones a la ONU.
Tras la masacre que supuso la Primera Guerra Mundial, en 1919 se crea la Sociedad de Naciones, con el propósito de que fuera un ente supranacional el que ayudara a resolver los conflictos que los países pudieran tener entre sí, encontrando vías de solución que evitaran un nuevo conflicto armado a gran escala.
La Sociedad de Naciones tenía como
objetivos establecer las bases para una paz duradera y la reorganización de las
relaciones internacionales con el nuevo mapa que había generado la caída de los
grandes imperios tras finalizar la Gran Guerra.
Diez años después de su creación tuvo
lugar el “Crack del 29” la mayor crisis económica que el sistema capitalista
había tenido desde su aparición, lo que provocó el empobrecimiento de grandes
masas de personas, la desaparición de miles de empresas, la caída del PIB y el
aumento del descontento de millones de ciudadanos.
En este caldo de cultivo aparecen los fascismos (y el nazismo) que prometen devolver a sus respectivos países la “grandeza” de años anteriores y la recuperación de antiguos imperios.
En este contexto, la Sociedad de
Naciones no puede impedir la participación de potencias extranjeras en la
Guerra Civil española, ni la invasión de Etiopía por parte de Italia, la
anexión de Austria por parte de Alemania, un mundo multipolar donde grandes
potencias con distintos regímenes pujan por la hegemonía política… y, a pesar de
sus resoluciones y discursos grandilocuentes, no impide que Alemania invada
Polonia dando comienzo a la Segunda Guerra Mundial.
Tras la Segunda Guerra Mundial se crea la Organización de Naciones Unidas (ONU) con los mismos objetivos con los que se creó la Sociedad de Naciones, pero asegurándose de haber aprendido de los errores anteriores.
Hoy asistimos a discursos grandilocuentes
en la sede de la ONU que no tienen ningún efecto práctico, las guerras como las
de Ucrania o Sudán, el genocidio provocado por Israel hacia el pueblo palestino
que amenaza con hacerlo extensivo al Líbano, una extrema derecha al alza en
Europa y América, unos Estados Unidos, que hasta ahora habían mantenido la
hegemonía política global se ve amenazado por potencias emergentes con la
fuerza suficiente como para disputarle su posición geopolítica… nos hacen
recordar la misma historia vivida anteriormente. Sabemos que dio a término con
la Sociedad de Naciones esperemos que no sea otra Guerra Mundial la que acabe
con la ONU.
“La
historia no se repite, pero a menudo rima” Mark Twain.